Antropología Egipcia

2. Antropología y escatología egipcias

2.1. Antropología

La antropología proviene del término griego antrophos, que es el hombre que es un ser viviente que posee logos. La antropología es el estadio del individuo, su naturaleza.

2.1.1. Antropología individual

En nuestra cultura el hombre es dual (cuerpo-alma), pero el ser humano egipcio era concebido de más formas no solo de dos; ḏt: cuerpo, ht: vientre, ỉb: corazón (deseo, animo, parte pasional vinculada al pensamiento y memoria). El b3 es un halcón con cabeza humana y manos, y también es el alma que se asocia con la persona viva.

El ka es el espíritu que abandona el cuerpo en la muerte y viaja al más allá. El akh es el noble divino, resultado de la unión del ka (espíritu) y el cuerpo glorificados en el más allá. Otro elemento del ser humano es el sw(y)t: la sombra. Nacemos y morimos con ella, nos acompaña. Es un elemento de nuestra personalidad y no hay que perderla, hay que defenderla y cuidarla. Es tan real como el corazón. El rn es el nombre y su jeroglífico es un hombre con la mano en la boca para representar el habla. El nombre expresa la naturaleza del hombre o de una cosa. Los egipcios pensaban que había una lengua natural o primigenia.

2.1.2. Antropología colectiva

La antropología colectiva es la concepción de la humanidad y su conjunto.

LA CREACIÓN DE LA HUMANIDAD (HABLAR DE HELIOPOLITANA, HERMOPOLITANA, MENFITA Y TEBANA (TEMA 1)

La destrucción de la humanidad

Este texto narra un tema común en otras culturas del próximo oriente; la decisión divina de castigar con el exterminio a la humanidad por su maldad y rebeldía, aunque su destrucción no llega a ser total. Hator, el ojo de Re, está ansiosa por destruir a la humanidad pero el propio Re lo impide. En la segunda parte del texto, Re, cansado de ocuparse de los asuntos humanos, se retira al cielo y deja que los otros dioses se ocupen del gobierno del mundo

2.2. Escatología

La escatología es el más allá y las teorías de la salvación. No querían perder su vida acomodada por eso creían que había otra vida donde podían preservar sus riquezas, no se acaba todo con la muerte. Había una conexión entre sueño y realidad, hay sueños engañosos y otros verdaderos. Debían preservar el cuerpo ya que si se destruía les impedía resucitar desde el más allá, así que los muertos dependían de los vivos. Leer lo que hay escrito en las tumbas beneficiaba al muerto, si destruyes la momia desaparece la vinculación entre los dos mundos. Además de momificar personas, los egipcios momificaban animales de toda clase, pero los más frecuentes eran mamíferos, aves y reptiles asociados con dioses. También se momificaba comida para que sirvieran de alimento a los difuntos. En varias tumbas egipcias, las pinturas de la procesión fúnebre incluyen el transporte de la momia en su ataúd y un bulto cubierto por una piel al que se le llama “tekenu”.

En algunas representaciones el tekenu tiene aspecto humano y se ha llegado a pensar que se tratara de un sacerdote “sem” que a lo largo de la procesión fúnebre simulaba la muerte del difunto, su llegada a la tumba y su resurrección. Un elemento de las tumbas del Imperio Antiguo era el “serdab”, un habitáculo donde se colocaba la estatua del “ka” del difunto, una ventanilla de la pared del serdab permitía al ka ver desde él a los familiares depositando las ofrendas en la mesa de ofrendas. La función de las puertas falsas era la de servir de pasaje que comunicaba el mas allá con la tumba, y por ellas entraban y salían el ka y el ba del difunto en sus visitas a la tumba. En las mesas de ofrendas se depositaban los alimentos, bebidas y perfumes que se ofrecían al difunto para que su ka y su ba se sirvieran de ellos en la otra vida, los platos de ofrendas también tenían esa función. Las estelas funerarias eran losas de piedra o madera sobre las que se pintaban o grababan escenas e inscripciones referentes al difunto. La inscripción suele hacer referencia a las ofrendas de comida y bebida para difunto.

Completado el proceso de momificación del cadáver y la ceremonia de la apertura de la boca, el ba del difunto abandona el cadáver y remonta la montaña de Occidente para dirigirse a la sala donde sería juzgado atravesando múltiples peligros. Recibiría ayuda si conociese las formulas adecuadas: el barquero le permitiría cruzar las aguas que separan el mundo de los vivos del de los muertes, y Hator, la vaca celeste, le transportaría durante una parte del trayecto. Conseguido el acceso a la sala de las dos verdades, el difunto debe proclamar la rectitud de su conducta y declarar, ante los cuarenta y dos dioses de Egipto presidido por Osiris, haberse abstenido en la vida de cometer maldades. Si su declaración fuese negativa, el difunto espera a ver el resultado del pesaje de su corazón, colocado en un platillo de la balanza, mientras que en el otro la pluma de Maat dará testimonio de si declaración ha sido verdadera o falsa, equilibrando o desequilibrando la balanza, y Tot toma nota. Si el difunto no quedara justificado su corazón seria arrojado a Ammit (la devoradora) y quedaría condenado a la extinción. En cambio, si el difunto quedara justificado, su ba y su ka se unen a su cuerpo espiritual y se convierte en un espíritu glorioso, y Horus lo presenta a Osiris que le da entrada a su reino. Una vez que los difuntos fueran espíritus gloriosos, gozaban de su existencia en el paraíso egipcio, o sea el reino de Osiris, que reproduce la vida cotidiana que los humanos llevan en la tierra. En él, hay dos regiones: el campo de las ofrendas y el campo de los juncos.

2.2.1. Escatología tradicional

Se le restauraban los sentidos a los muertos para que viera, comiera… en el más allá mediante un instrumento: la azuela que consistía en un mango de madera y una pequeña cuchilla de hierro al final (el hierro era considerado un material de origen divino porque caía del cielo a causa de los meteoritos). Estas creencias se desarrollan creando una mayor democratización. El dios de la necrópolis (de los muertos) es Khent-Amenti(u) que gobierna a los muertos en el más allá. Los muertos corrientes van al mas allá a través del mundo subterráneo, pero los reyes van ascendiendo al cielo. La religión empieza a aparecer ya que antes era solo hechizos o formulas mágicas.

El sarcófago es la señora de la vida y dentro se representa a la diosa Nut abrazando al cadáver para trasladarlo a la otra vida celeste. El ushabti era un muñeco que se colocaba en la tumba para que en el mas allá realizara las labores penosas o desagradables como sustituto del difunto, y se le solían construir cajas especiales. El cementerio es el lugar de

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