Apologia De Socrates

APOLOGIA DE SOCRATES

En este relato se nos narra cómo Sócrates a los setenta años es juzgado en un Tribunal de Atenas, por el hecho de que defiende sus ideas y sus criterios.

Se le acusa de corromper a los jóvenes, aún a las personas mayores y también de crear o tener falsos dioses, él decía que desde hacía años que se le acusaba y por eso tenia dos tipos de acusadores que se encargaban de crearle mala fama entre las personas, debido a la envidia que le tenían y sobre todo porque Sócrates los ponía en evidencia, cuando decía que él no cobraba por enseñar a los jóvenes como lo hacían ellos, al contrario a él le parecía algo muy bello que alguien fuera capaz de enseñar a alguien más, y los jóvenes que lo seguían o que lo acompañaban disfrutaban cuando él examinaba a las personas y en ocasiones ellos queriendo imitarlo hacían lo mismo y claro eso molestaba a las personas y por ello decían que era una mala influencia; Sócrates sabía que se había ganado la enemistad de mucha gente y que si lo condenaban no sería por Meleto ni Anito sino por esas enemistades causadas por la envidia y difamación, sin embargo siempre fue fiel a sus criterios, dice que él siempre ha sido una buena persona a la que quieren condenar por hacer el bien, pero que en lugar de eso deberían darle honores y ser alimentado ya que era muy pobre y que además la cárcel o el destierro nunca serían castigo para él porque de cualquier manera seguiría enseñando a los jóvenes y a toda aquella persona que así lo deseara y que si decidían multarlo pues no tendría con qué pagar la multa por lo que pide a los jueces que lo juzguen objetivamente. Sócrates decía que para que alguien fuera sabio necesitaba buscar la libertad y sobre todo la verdad dos virtudes que él consideraba son las más grandes virtudes que un hombre puede tener dejando en segundo lugar las riquezas y los honores.

También nos narra cómo a Sócrates no le importaba morir, ya que sabía era un hombre de bien, ya que nunca le impidió a nadie acercarse a él; al contrario se ofrecía a todos por igual sin importarle si eran ricos o pobres. Por lo que no le parecía honrado suplicar por su vida a los jueces, lamentarse o llorar eso creía era vergonzoso, prefería morir defendiendo su manera de pensar que vivir avergonzado por traicionarse a si mismo, pues estaba seguro de que no había hecho daño a nadie aunque no lograra convencer a los jueces de ello ya que creía para eso necesitaba más tiempo y no sólo un día de juicio y si había hecho el bien después de la muerte recibiría un bien mayor, ya que para él la muerte es una transformación y no había mayor bien que estar un día con aquellos que ya habían muerto y estaba dispuesto a morir muchas veces si eso fuera cierto, quería encontrarse con todos los grandes héroes de sus tiempos y de la antigüedad, platicar con ellos y darse cuenta si en realidad fueron grandes

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