Aristoteles y su filosofía

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LOGRO(S): Analizar los distintos aportes del más grande pensador de la antigüedad clásica, las diferencias marcadas con los sabios contemporáneos a él y comprender la visión que aún, existe en nuestra realidad actual.

CONTEXTUALIZACIÓN DEL TEMA.

ARISTOTELES I

La filosofía de Aristóteles de entrada hace un esfuerzo gigantesco por dar solución al problema del ser y de la ciencia tal como se venía planteando desde Heráclito y Parménides, y que Aristóteles recoge precisamente en el punto muerto en que lo había dejado Platón al no poder resolver la vieja controversia sobre el problema del ser con su teoría de los dos (2) mundos que careció de una respuesta concluyente de sí el ser era algo único, inmutable y eterno como lo propuso Parménides en su visión estática de la realidad o por el contrario si el ser era más bien una multiplicidad de cosas en perpetuo movimiento tal como lo había señalado Heráclito. Aristóteles se encuentra, pues, en la ineludible necesidad de dar una triple respuesta a dicho problema: contra el monismo estático de Parménides, el movilismo de Heráclito y el dualismo de Platón que entendió tanto la realidad compuesta por dos mundos: el sensible y el inteligible como la del hombre que la asimiló como un compuesto de cuerpo y alma.

Contra el monismo estático de Parménides propuso inicialmente dos (2) nociones: ser por si mismo (per se) y ser por accidente (per accidens), y luego el concepto de acto y potencia para explicar el movimiento, para terminar afirmando que no existe un ser único, sino que existen muchos seres (pluralismo), cada uno de los cuales es una sustancia individual y concreta que puede ser afectada de muchas maneras por múltiples modificaciones accidentales. Contra el movilismo de Heráclito, Aristóteles admite el movimiento, pero al mismo tiempo cree en la permanencia de las esencias: “No dicen verdad los que afirman la inmovilidad del todo, ni tampoco los que afirman la movilidad”. Los seres particulares se mueven, pero las esencias son inmutables y permanecen a través de los cambios (mutaciones). Esta tesis la explica con la teoría del acto y la potencia con la que salva el movimiento de los seres, puesto que considera que lo que se mueve no es el ser, sino los seres concretos y particulares.

Sostiene que todos los seres, excepto Dios, son móviles, aunque de distinto modo, según se trate de las substancias celestes, eternas, incorruptibles que sólo se mueven con movimiento circular, o de las substancias del mundo terrestres que se mueven con movimiento local y con movimiento de generación y corrupción. Contra el dualismo idealista de Platón, señala que no existen dos (2) mundos igualmente distintos, sino uno solo. Los universales (ideas) propios del mundo inteligible (substancias segundas) no tienen realidad ontológica, sino lógica. Son conceptos formados por la mente mediante la abstracción. La verdadera realidad ontológica la constituye las realidades (substancias primeras) en sus tres (3) grandes variedades: terrestres, celestes y divina. De este modo consideró Aristóteles que la naturaleza está constituidas por individuos donde cada uno representan la unidad con la característica de que sus partes no pueden dividirse como se verá a continuación con su famosa teoría hilemórfica.

TEORIA HILEMORFICA

El universo -dice- consta de individuos. EL SER UNO no es más que un concepto abstracto de la mente. Interpretando esta idea se puede decir que cuando se habla, por ejemplo, del ser humano se puede comprobar que este término no es más que un concepto que sólo existe en la mente, dado que en la realidad lo que encontramos son millones de personas, donde cada quien tiene su propia existencia individual, concreta e independiente de los demás. Sostiene también Aristóteles que cada cosa (ser) está compuesta de materia y forma, lo que se conoce como Teoría hilemórfica. Con la que se aparta de su maestro Platón, que, al duplicar innecesariamente el mundo, consideraba, por ejemplo, al hombre compuesto de dos (2) cosas totalmente distintas: cuerpo (material) y alma (inmaterial), mientras que Aristóteles, por el contrario, creía que el hombre, como las demás cosas (seres o sustancias), representaba una individualidad imposible de disolver.

En concordancia con esta teoría hilemórfica se puede afirmar entonces y a manera de ejemplo que cuando una persona muere, su cuerpo, es decir, lo material se pudre y se descompone, pero a partir de ese momento, su facultad de pensar (lo inmaterial) también deja de existir. Se debe entender también que en esta teoría hilemórfica que la materia viene a ser el material del que está hecho una cosa y su forma, la esencia de la misma, es decir, aquello que hace que una cosa sea esa cosa y no otra. En este caso, se puede afirmar que Hombre es la esencia de Juan que es una sustancia individual y concreta con la capacidad de razonar (pensar) que a la final termina siendo su esencia, lo que, a su vez, lo hace diferente del resto de seres vivos. De este mismo modo, se puede hacer lo mismo con cualquier objeto de la naturaleza. Si se toma una silla para dar otro ejemplo, si la silla está hecha de madera esta sería la materia y su cualidad principal: que sirve para sentarse en ella, sería la forma, es decir, su esencia.

FILOSOFÍA PRIMERA O METAFÍSICA

Se dice que en función de esta triple (3) actitud es como se debe entender su filosofía primera o metafísica. Aristóteles sostiene que el objeto de la filosofía primera es el “ser en común” o la consideración generalísima del ser en cuanto ser, es decir, de todos los seres en cuanto seres. Como Aristóteles no admite un ser único, sino la existencia de muchos seres, distintos entre sí por una multitud de diferencias formales; las ciencias tienen, entonces, una base real para multiplicarse en concordancia con las distintas clases de seres. Por ello, en Aristóteles existen muchas ciencias particulares, que versan sobre las distintas clases de seres. Cada ser particular es real, y el conjunto de todos los seres es también una realidad, con la salvedad de que el conjunto de todos los seres no es ser, de tal manera que no existe, entonces, una ciencia del ser, sino una ciencia del ser en cuanto ser es decir, de todos los seres, considerados precisamente en cuanto seres.

Esta ciencia es la Filosofía primera o Metafísica que, a diferencia de las demás ciencias particulares, que consideran aspectos particulares de los seres, considera lo que todos los seres tienen en común y no lo que tienen de diferentes. Esto es lo que hace distinta a la Filosofía primera y la define como ciencia generalísima frente a las demás ciencias particulares cuyos objetos de estudios están bastante parcializados, ya sea de los astros si es la astronomía; de la salud del hombre, si es la medicina, etc. Por otro lado, es importante señalar que el término metafísica que en forma directa significa meta como lo que está allá por alcanzar que asociada con la palabra física sería entonces lo que está más allá de lo físico, es decir, de lo material, termina siendo una categoría que apunta siempre a encontrar la esencia de las cosas. De esta manera, se puede decir que el hombre es un ser metafísico porque su esencia no está en lo físico, sino en algo intangible como el pensamiento.

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