Arte.
Enviado por AnabelMondragon • 28 de Agosto de 2013 • Ensayo • 611 Palabras (3 Páginas) • 224 Visitas
La primera vez que la vi pensé "pero que mujer tan rara, raramente bella". Llevaba unas botas que gritaban punk, punk, punk, a los cuatro vientos. Su cabello era una madeja desordenada de pelos rebeldes, ondulados, como me gusta. Su pantalón-tubo dejaba a la vista su evidente flacura, una silueta como de guitarra angosta, dúctil al tacto y supuse que a los besos también. Hola, me dijo. Quién eres vos, le dije. Empezamos a charlar y yo era aburridísimo para ella, lo notaba por la lentitud con que sus labios se movían al hablar, y porque la conversación parecía empujada por trailers sin carga y aun así no fluía. Yo era muy aburrido para ella, me decía a mí mismo cada minuto. Nunca le dije que me encantaba, que sus locuras e ideas locas me divertían. Yo siendo tan informal era tan formal para ella, que me sentía como un anciano a su lado. No la hubiera hecho feliz, porque la felicidad no estaba en su naturaleza humana, pero del choque de ambos hubiera resultado algo bueno, aunque sea unos cuantos escritos al azar o a causa de.
Jonathan
No soy dulce, más bien soy tiernamente ácido. No te besaré en las nubes, menos aun si son color rosa, prefiero besarte bajo la lluvia aunque el agua estropee tu cabello. No te bajaré una estrella, los astros están bien en el cielo, dejémoslos tranquilos, pero tal vez veamos estrellas y una que otra luna jugando a desnudarnos o a besarnos en la ducha. No alabaré la música que escuchas, tengo mis propias preferencias un tanto extrañas y variadas, te dedicaré canciones sugestivas que sean perfectas para hacer el amor, nada de amor eterno o suicidios amorosos, o tal vez sí pero de los viejos. ¿Flores?, quizás, no prometo nada, solo si a mí me gustan, porque soy sincero y amo los girasoles, te llevaré uno o dos de vez en cuando, fingiré ser romántico y tú fingirás que te agrada, o si no fingimos mejor aún. Chocolates, sí, pero no como sorpresa, si caminamos juntos y tienes ganas los compraré, o tal vez los compres tú, pero eso si, los comemos juntos o no hay trato. Sexo, claro, aunque en todo lo que te he dicho ha estado implícito, imagina un día en el que estamos caminando juntos y te beso bajo la lluvia, te habré llevado girasoles y en el camino a casa compraremos chocolates, luego los comeremos desnudos gastándolos más en nuestros cuerpos que en nuestras bocas, al final las estrellas en la ducha, jugando a besarnos, jugando a ser lunas.
Jonathan
“Era perfectamente natural que te acordaras de él a la hora de las nostalgias, cuando uno se deja corromper por esas ausencias que llamamos recuerdos y hay que remendar con palabras y con imágenes tanto hueco insaciable.”
— Julio Cortázar.
“No fuiste el amor de mi vida,
ni de mis días, ni de mi momento.
Pero te quise y te quiero, aunque
estemos destinados a no ser.”
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