Benjamin Constant - La Libertad

Lo que siempre ha definido a la historia de forma determinante, son toda una serie de eventos que han marcado de cierta forma a la gente ya que modifica de forma radical la manera en que dicha gente contempla el lugar y el momento en donde vive. Para cuando Marx escribía la ideología alemana, se puede decir que Alemania estaba pasando por un proceso de conflicto en donde se rompe con un esquema que había regido en el desarrollo de la sociedad alemana. Para el autor esto significa que lo único que se logra es una clara “putrefacción del espíritu absoluto”[1], a pesar de que los ideólogos consideren que todo este proceso se llevó a cabo en el ámbito del pensamiento puro.

La crítica que se convierte en prioridad para ese momento se centra en el carácter religioso que va permeando todos los procesos políticos y filosóficos y ya que se había determinado dicho carácter de las cosas, todas debían orientarse a ser aquel objeto religioso por excelencia. Cuando se habla de religión no se puede evitar pensar en los dogmas que la caracterizan de tal modo que toda aquella ciencia particular se tornaba dogmática.

Para el sistema que regía, la creación de ideas y conceptos no significaban más que trabas para el desarrollo del hombre, por lo que el pensamiento debía deshacerse de tales dificultades, incluso si se trataba de las relaciones que formaba con otros seres humanos, pues solo se podían pensar como productos de la conciencia, de tal modo que esas relaciones funcionaban solo como barreras u obstáculos.

La manera en que los individuos manifiestan su manera de vida, se convierte en la manera que producen, haciendo de las condiciones materiales de producción, las condiciones materiales de su propia vida. Incluso en las relaciones sociales se habla de un intercambio, puede ser intercambio de ideas o principios que igualmente están condicionados por las condiciones de producción, entendido el término como la multiplicación de la especie.

Cuando aparece la propuesta sobre la división del trabajo, se da en función de otros principios en la división de la propia sociedad, pues las necesidades de cada grupo se determinan por el tipo de producción que sea ejercido por dicho grupo. La primera división que aparece es sobre las necesidades que tiene la gente de la ciudad y las necesidades que tiene la gente del campo. Sin embargo, cuando esta división en el trabajo ya se ha realizado, no queda más que velar por otros intereses, como la apropiación de bienes que garantizan la continuidad en la producción que ofrece las cualidades de una vida digna para el individuo que ha entregado su fuerza de trabajo.

La concepción de propiedad privada tiene otras connotaciones, en cuanto a el origen de dicho concepto, pues cuando se piensa en la propiedad de una tribu, se deben considerar las posiciones de cada miembro jerárquicamente, poniendo en el tope alto al patriarca que se encarga de regular

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