Bourdieu Pierre
Enviado por LAWILA • 30 de Agosto de 2013 • 12.945 Palabras (52 Páginas) • 468 Visitas
Bourdieu, P
El oficio del sociólogo
Introducción: EPISTEMOLOGIA Y METODOLOGÍA
“El método”, no es susceptible de ser estudiado separadamente de las investigaciones en que se lo emplea, o por lo menos, sería éste un estudio muerto, incapaz de fecundar el espíritu que a él se consagre.
Nada habría que agregar a este texto que, al negarse a disociar el método de la práctica, de entrada rechaza todos los discursos del método, si no existiera ya todo un discurso acerca del método que, ante la ausencia de una oposición de peso, amenaza imponer a los investigadores una imagen desdoblada del trabajo científico.
Si bien es cierto que la enseñanza de la investigación requiere, de parte de quienes la conciben como de los que la reciben, una referencia directa y constante a la experiencia en primera persona de la práctica, “la metodología de moda que multiplica los programas de investigaciones reinadas pero hipotéticas, las consideraciones crítica de investigaciones realizadas por otros, o los veredictos metodológicos”, no podría reemplazar una reflexión sobre la relación justa con las técnicas y un esfuerzo, aún azaroso, sobre la relación justa con las técnicas y un esfuerzo, aún azaroso, por trasmitir principios que no pueden presentarse como simples verdades de principio porque son el principio porque son el principio de la investigación de verdades.
En realidad, el esfuerzo por examinar una ciencia en particular a través de los principios generales proporcionados por el sabe epistemológico se justifica y se impone especialmente en el caso de la sociología: en ella todo se impone especialmente en el caso de la sociología: en ella todo conduce, en efecto, a ignorársete saber, desde el estereotipo humanista de la irreductibilidad de las ciencias humanas hasta las características del reclutamiento y la formación de investigadores, sin olvidar la existencia de un conjunto de metodólogos especializados en la reinterpretación selectiva del saber de las otras ciencias. Por tanto, es necesario someter las operaciones de la práctica sociológica a la polémica de la razón epistemológica, para definir, y si es posible inculcar, una actitud de vigilancia que encuentre en el completo conocimiento del error y de los mecanismos que lo engendran uno de los medios para superarlo. La intención de dotar al investigador de los medios para que él mismo supervise su trabajo científico, se opone a los llamados al orden de los censores cuyo negativismo perentorio sólo suscita el horro al error y el recurso resignad a una tecnología investida con la función de exorcismo.
El sociólogo puede encontrar un instrumento privilegiado de vigilancia epistemológica en la sociología del conocimiento, como medio para enriquecer y precisar el conocimiento del error y de las condiciones que lo hacen posible y a veces, inevitable.
La comprensión sociológica de las condiciones del error: una epistemología que ser remite a luna sociología del conocimiento, menos que ninguna otra puede imputar los errores a sujetos que no son nunca ni totalmente, sus autores.
Pedagogía de la investigación
La función de esta obra define su forma y su contenido. Una enseñanza de la investigación cuyo proyecto sea exponer los principios de una práctica profesional y simultáneamente imprimir cierta relación a esta práctica, es decir proporcionar a la vez los instrumentos indispensables para el tratamiento sociológico del objeto y una disposición activa a utilizarlos apropiadamente, debe romper con la rutina del discurso pedagógico para restituir su fuerza heurística a los conceptos y operaciones más completamente “neutralizados” por el ritual de la exposición canónica. Apunta a señalar los actos más prácticos de la práctica sociológica comenzar por un reflexión que trata de recordar, sistematizándolos, las implicaciones de toda práctica, buena o mala, y de concretar en preceptos prácticos el principio de vigilancia epistemológica. Se intentará luego la definición de la función y las condiciones de aplicación de los esquemas teóricos a los que debe recurrir la sociología para construir su objeto, sin pretender presentar estos primeros principios de la interrogación propiamente sociológico y, menos todavía, como una teoría general y universal del sistema social.
Se tratará de evitar, que el saber sociológico pueda aparecer como una suma de técnicas, o como un capital de conceptos separados o separables de su implementación en la investigación.
El problema de la filiación de una investigación sociológica a una teoría particular acerca de lo social, la de Marx, la de Weber o la de Durkein por ejemplo, es siempre secundario respecto del problema de la pertenencia de esta investigación a la ciencia sociológica, el único criterio de esta pertenencia reside, en realidad, en la aplicación de los principios fundamentales de la teoría del conocimiento sociológico que, en tanto tal, de ningún modo separa a autores a los que todo aleja en el plano de la teoría del sistema social.
Epistemología de las ciencias del hombre y epistemología de las ciencias de la naturaleza
La mayoría de los errores a los que se exponen la práctica sociológica y la reflexión sobre la misma radican en una representación falsa de la epistemología de las ciencias de la naturaleza y de la relación que mantiene con la epistemología de las ciencias del hombre.
La metodología y el desplazamiento de la vigilancia
Es necesario someter la práctica científica a una reflexión que, se aplique no a la ciencia verdadera cuyas condiciones de posibilidad de coherencia, cuyos títulos de legitimidad sería necesario establecer, sino a la ciencia que se está haciendo.
Tal tarea, propiamente epistemológica, consiste en descubrir en la práctica científica misma, amenazada sin cesar por ele error, las condiciones en las cuales se puede discernir lo verdadero de los falso, en el pasaje desde un conocimiento menos verdadero a un conocimiento más verdadero.
Puede proporcionar los principios de una reflexión capaz de inspirar y controlar los actos concretos de una práctica verdaderamente científica, definiendo en lo que tengan de específico los principios del “racionalismo regional” propio de la ciencia sociológica.
No se trata aquí de negar que la formalización lógica encarada como medio para poner a prueba la lógica en acto de la investigación y la coherencia de sus resultados constituye uno de los instrumentos más eficaces del control epistemológico, pero esta implementación legítima de los instrumentos lógicos opera demasiado a menudo como garantía de la enfermiza predilección por ejercicios metodológicos
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