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Enviado por CONTADE • 29 de Junio de 2015 • 2.120 Palabras (9 Páginas) • 172 Visitas
RIMERAS MANIFESTACIONES DE COOPERATIVISMO EN EL PERÚ A través de los hechos históricos hemos podido ver que las primeras cooperativas peruanas surgen en el siglo XIX promovidas por el movimiento obrero, al igual que el mutualismo artesanal. Según Jorge Basadre (Historia de la República del Perú, 6ta. Edic. Tomo VII, pág. 68), las primeras manifestaciones cooperativas se dan en el contexto del mutualismo obrero y reciben la influencia rochdaliana a través de Fernando Garrido. Sin embargo, el Cooperativismo no pudo prosperar por la falta de capital, organización, disciplina gremial y ambiente político adecuado. De acuerdo a lo que el historiador Basadre sostiene podemos considerar que el iniciador del Mutualismo Obrero y al mismo tiempo del movimiento de organización obrero en el Perú fue Mariano Salazar y Zapata, quien concibió la organización de una Sociedad de Auxilios Mutuos entre los trabajadores del Puerto del Callao en 1850. La idea se concretó en 1858 con la organización e instalación de la Sociedad Filantrópica Democrática.
En 1860 se organiza en Lima la Sociedad de Artesanos de Auxilios Mutuos a iniciativa del maestro sastre Juan Antonio Zubiaga; su hijo Adrián Zubiaga, de oficio zapatero, tuvo al igual que él una importante participación para el establecimiento de la Confederación de Artesanos Unión Universal. - El "Mutualismo Artesanal" tomó gran impulso de 1872 a 1876. En 1873 surge la Sociedad de Auxilios Póstumos. También se organizan la Sociedad Fraternal San José y la Sociedad Tipográfica de Auxilios Mutuos. Este tipo de organizaciones vendrían a tener un carácter cooperativo, las personas se organizaban para darse ayuda mutua y resolver juntos algunas de sus necesidades más inmediatas. En el Cusco se organiza la Sociedad de Artesanos del Cusco. "No faltaron en el Perú los esfuerzos a favor del Cooperativismo, según el modelo de las sociedades europeas de ese tipo conocidas a través de la obra de Garrido para crear nuevos talleres de carpinteros, sombrereros o sastres. Sin embargo, este movimiento no se desarrolló. Faltaron los capitales para alimentarlo, la organización y la disciplina gremial, la experiencia y la tranquilidad política. El cooperativismo no llegó a ser tan sólido y estable como el mutualismo" (Basadre Op. cit.). Basadre señala al cooperativismo como larvado y al mutualismo de tenaz, y sostiene con claridad que además de las tentativas aisladas para organizar la educación de los obreros y realizar exposiciones industriales promovidas y sostenidas por los propios trabajadores, las cooperativas y el mutualismo fueron las "notas distintivas del movimiento obrero". De igual modo surge la tendencia por elegir a representantes de artesanos y obreros en los concejos departamentales y provinciales, incluso en las representaciones al Parlamento.
De otra parte Roberto McLean y Estenós (Sociología del Perú, 1959) nos habla sobre la organización de lo que vendría a constituir la primera cooperativa que se funda en el Perú en 1866. "Conforme se va generando un proletariado en el país, el cual convive con el artesanado, las asociaciones mutualistas van poco a poco propiciando la difusión de las ideas de la cooperación. De este modo por ejemplo, en 1866, algunas instituciones se empeñaban muy incipientemente en agrupar a los trabajadores, funcionaban entonces la Sociedad Fraternal de Obreros- Artesanos de Auxilios Mutuos, Unión de Obreros No. 1 y algunas otras más. Ese mismo año se fundó la Confederación de Artesanos Unión Universal, expresión de la conciencia gremial que procuró siempre mantenerse al margen de las interferencias políticas que pretendieron capitalizarla para dedicarse exclusivamente hasta donde le fuera posible hacerlo, en medio de tantas incomprensiones, egoísmos y acechanzas a la organización de los trabajadores, fundando sus gremios, elaborando sus estatutos, estableciendo una cooperativa de consumo". También Juan Carlos Castro Nué ("Historia del Cooperativismo Peruano", Diario Correo, 25.2.77) aporta importantes datos sobre las manifestaciones y planteamientos en torno al Cooperativismo durante el siglo pasado. De este modo se establece que según el "Diccionario Republicano", editado por Juan de Espinoza en 1855, en el Perú se siguió de cerca la evolución del cooperativismo europeo, ya que en sus páginas se consignan referencias sobre los "Falansterios" de Fourier y los "Talleres Sociales" de Louis Blanc. Eliseo Salas Polanco (1979), importante investigador del cooperativismo, refiere:
"En 1867 se difundió el Estatuto de la cooperativa "El Crédito Social", inspirado por Francisco de Paula Vicuña. Dicho Estatuto establece que la cooperativa operaría como una organización bancaria, con responsabilidad y emitiría billetes a la vista y al portador. Castro afirma que dicha cooperativa contaba con una Asamblea General y un Consejo de Administración integrado por cinco miembros: presidente, vicepresidente, secretario, tesorero y vocal, elegidos por dos años y con funciones rotativas cada cinco semanas. La cuenta principal de esta cooperativa era su Fondo Social integrado por las acciones de los socios considerados los únicos gerentes de la empresa y con el cual se podían otorgar préstamos de tipo popular. La Cooperativa El Crédito Social, pues, vendría a ser la segunda cooperativa peruana, después de la de consumo organizada por la Confederación de Artesanos Unión Universal, en 1866. Francisco García Calderón formula importantes planteamientos sobre el cooperativismo de producción en su obra Diccionario de la Legislación, publicada en 1879. En efecto, García Calderón afirma que "todos necesitan de la Cooperación, cada miembro (trabajador) ha de participar de las pérdidas o de las ganancias comunes, así tendrán interés de aumentar constantemente el trabajo, mejorarlo, perfeccionarlo y del temor de que una pérdida o quebranto afecte los intereses de los asociados". En 1888, los Gremios Unidos de Carroceros, Herreros, Toneleros y Albeytares, con sede en la calle Tigre No. 173, plantean en sus estatutos el decidido propósito de "llevar a la práctica una Cooperativa Obrera".
En abril del mismo año (1888) se publica la obra Libro de las Sociedades Obreras del napolitano Carlos Ramussi y que fue traducida por el peruano Luis Bossio. Dicha publicación se distribuyó entre los trabajadores del muelle Dársena y proponía, entre otros puntos, la organización de empresas cooperativas por los trabajadores. Alberto Elmore, miembro de la Comisión Reformadora del Código de Comercio de 1853, presentó y sometió a debate, en octubre de 1888, un interesante proyecto que contempla que "como sociedades nuevas se crearán las Sociedades de Responsabilidad Limitada y
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