Capitan Veneno

Pedro Antonio de Alarcón. Por ENCYCLOPEDIA BRITÁNNICA PUBLISHERS INC. 5º Edición, 1994-1995.Volumen 1, Página: 136.

Libro escrito por Pedro Antonio de Alarcón, él texto tiene una gusto clásico, envolviendo el autor con algunas bromas en ciertas partes de la historia y dándote un drama que te hace desear seguir leyendo, a pesar de ser un libro corto esta muy bien explicado en sus 136 paginas.

La historia esta situada en Madrid que en ese tiempo se encontraba en guerra, la tarde del 26 de marzo de 1848, entre la monarquía y la república.

En esta historia nos relata el autor la historia de un militar español de cuarenta años de edad aproximadamente, de carácter muy duro, malhumorado, insociable, cuyo concepto de las mujeres, era desagradable y que consideraba al Matrimonio como el peor castigo que un hombre digno y respetable pudiera tener. Perdiendo a su madre en su nacimiento, amantado por una cabra y perdiendo a su padre por suicidio, la vida le enseño a este hombre a aborrecer la bondad y los actos caritativos.

En la aventura de un combate lo hace caer mal herido frente a la vivienda de un grupo de mujeres generosas que le dan cuidados durante su recuperación. Aferrándose a la vida, sale delante en su recuperación, con el apoyo de la viuda: Doña Teresa Carrillo de Albornoz, y su hija llamada Angustias, una hermosa y joven señorita, y su criada, gallega de los Albornoz. Que entre los 4 se encuentran en constante guerra por el mar carácter del Capitán Veneno, pero con el tiempo se han de apreciar y hasta querer como familia. Con la muerte de Doña Teresa Carrillo de Albornoz, queda huérfana la señorita Angustias, ya el capitán veneno perdidamente enamorada de ella le pide matrimonio, para así casarse al poco tiempo Angustias con una persona completamente diferente al que llego a ser el capitán veneno, en lo cual el autor al final de la obra nos dice:

¨Cuatro años después, Cierto día, el Márquez de Tomillares, que no lo veía desde hace muchos años, se presentó a visitarlo, Después de recorrer varias habitaciones, encontrando al paso a nuevos sirvientes que se limitaban a repetirle: “el señor está en la biblioteca”, llego al fin a la historiada puerta de tal aposento, la abrió de pronto, y quedó estupefacto al ver el grupo que se ofreció ante su vista.

En medio estaba un hombre puesto a cuatro pies sobre la alfombra: encima del estaba montado un niño como de tres años, espoleándolo con los talones, y otro niño como de un año y medio, colocado delante de su despeinada cabeza, le jalaba la corbata, como de un ronzal, diciéndole en su graciosa forma de hablar:

-¡Arre, mula ¡

Soltando una carcajada el Márquez.¨

Siendo ahora solo don Jorge de Córdoba un hombre felizmente casado y con hijos.

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