Conocimiento.
Enviado por atarockz • 6 de Septiembre de 2012 • 567 Palabras (3 Páginas) • 331 Visitas
CONOCIMIENTO.
Atalia Navarro Boullosa.
En antiguas civilizaciones siempre se le ha dado una gran importancia a los datos de los sentidos. Los datos de los sentidos o experiencias quedaban reflejados en el consciente de una forma mucho más clara y, por lo tanto, su recuerdo les permitía extrapolar esas impresiones y ajustarlas a su medio de vida, rural, generalmente.
Dichos datos se ajustaban a arquetipos conocidos: animales, plantas, montañas, ríos, bosques, etc. y, todo ello, participaba a los individuos de una secuencia que les permitía ajustar sus experiencias vitales y las compartían y las administraban. Y de ellas partían experiencias y recuerdos que adaptaban nuevamente en sus distintos períodos y su relación con la sociedad en la que vivían. Ahora, los tiempos han cambiado. El hombre se ha nutrido de técnicas, ha impartido la enseñanza, la lectura, y se ha individualizado a un nivel tal en el que el propio conocimiento lo adquiere a través de sí mismo, olvidando esa relación contractual con sus congéneres y, poco a poco, se ha ido desligando de las raíces que antiguamente existían en las sociedades.
Dichas raíces continúan aún hoy, pero el individuo ha perdido parte de ese sentido intuitivo que le permitía gozar de las experiencias.
Durante nuestra vida nos hemos topado con diversas situaciones que nos hacen entrar en contradicción con otras personas y hasta con nosotros mismos, haciéndonos reflexionar acerca de la manera de actuar y de pensar antes a ese instante y preguntarnos “¿por qué..?”, desplegándose para estas incógnitas un sinfín de respuestas, que probablemente nada más conozcamos nosotros mismos.
Pero, según la lógica esto nos convierte en mentirosos tanto a nosotros como a las demás personas, aun evadiendo el hecho de que ellas sepan que están mintiendo con respecto a un hecho o acto presenciado por ellas.
Un ejemplo de esto ubicándonos aproximadamente en el siglo XVII es una señora que se viste como aristócrata, camina y habla como tal, al cruzar la puerta de la casona la verdad es sabida, no es más que una criada que salió por la calle y esto no es más que una apariencia que probablemente a más de uno de los transeúntes en la calle halla engañado, que bien no hubiera sido necesario remontarnos a esa época para ejemplificarlo, basta con ver por aquellas pantallas producto del ingenio de Gonzales Camarena.
Se puede inferir que todas las personas mienten y que resulta difícil saber cuándo lo están haciendo y cuando no, al menos de que ellas nos lo digan o conozcamos (según nuestra percepción) bastante bien a esa persona.
Como dice George Berkeley “Todo lo que podemos conocer como existente debe ser en cierto modo mental”1, y si todo lo que conocemos lo hacemos a través de los datos de los sentidos, sensaciones previas y experiencias de otras personas, y si las personas mienten entonces
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