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Decroly


Enviado por   •  16 de Noviembre de 2014  •  Síntesis  •  3.678 Palabras (15 Páginas)  •  295 Visitas

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Resumen

El aprendizaje de la lectura y escritura en la escuela infantil

Ana Mt CORRAL VILLAcASTíN Universidad Complutense de Madrid

Este artículo refleja sencillamente una apuesta por la infancia y una con- fianza en las insospechadas capacidades de los niños. Ellos han demostrado

que pueden aprender a leer antes de los 6 años, de la misma manera que apren- den a hablar En una civilización tecnológica sofisticada, las formas escritas

del lenguaje nos envuelven por todas partes y nos brindan amplias posibilida- des de conocer.

Por lo tanto, leer, escribir, hablar y escuchar, deberían ser actos tratados de forma natural como integrantes de un proceso de comumeacton.

PALABRAS CLAVE: Leer Aprendizaje precoz, Escuela infantil, Madurez lectora, Metodología, LOGSE.

Abstract

It is a fact that children can learn to read before they are six years oíd; the- refore, not only speaking, but also reading —and writing— should be treated as integral elements of a communication process.

KEY WORDS: Reading, precoclaus learning, reading rna¡turity, methodo- logy LOCSE.

Didáctica, 9 67-94. Servicio de Publicaciones UCM. Madrid, 199768 Ana Al. a Coiral Villacastín Introducción

«Una vez, una madre preguntó a tín famoso pediatra a qué edad debía empezar a formar a su niño.

El le contestó: «¿cuándo va a nacer el niño?». «Bueno, —observó la madre— ya tiene cinco años»

~<Señovraáy,ase a casa ráíidamuente —urgió el especialista—. Ha malgas- tado ya los mejores cinco años de la vida de su hijo»

(DOMAN, 1970) He querido comenzar resaltando esta cita de las mágicas páginas escritas

por Doman, 0. (1970), en su libro «Cómo enseñar a leer a su bebe», porque, a mi entender, recoge la esencia y fundamento de este trabajo, y por lo tanto,

de mis pensamientos. Cada niño es un mundo nuevo, que commenza a aprender desde los primeros instantes de su nacimiento —y algunos afirmarían que tncluso antes—. Siendo conscientes de ello, no podernos malgastar ningún

segundo y esto es lo que da sentido a una defensa de los aprendizajes preco- ces, donde debemos incluir, por qué no, el de la lectura, ya que es una faceta

más de la vida y específica del ser humano.

Remitiéndonos al libro citado anteriormente de Doman (1970), vemos cómo-su-primer-capítu-lo-no-s-cuenta--La--Hi-storia-de Tornmy5-nn-niñe--lesi-onado

cerebral, de quien sus padres afirman que sabe leer antes de los 4 años ante el asombro de los especialistas. En opinión de dicho autor, uno de los grandes impulsores de este tema, Tommy ha sito el catalizador de 20 años de estudio, la mecha para una carga explosiva cuya fuerza ha ido creciendo hasta nues- tros días y todavía lo sigue haciendo.

~<Aprenders necesario para sobrevivir. ¿No es maravilloso que la Natu- raleza haya hecho al niño tan amante de aprender?»

(DOMAN, 1970)

A veces la lectura de una pequeña publicación, puede abrir interrogantes, inquietudes y dar lugar después de una reflexión a despertar cambios de acti- tud, a sembrar nuevos horizontes y amplias expectativas de futuro. Algo así me sucedió a mí.

Cuando cayó en mis manos, hace ya tiempo la publicación de 0. Domnan. Cóni.o enseñar a leer a su bebé, percibí un cierto cosquilleo e impacto cuando trataba de relacionar y unir de manera coherente las dos palabras del referido

título que habían quedado grabadas en ini mnemoria: leer y bebé.

El c¿prendiza¡e de la lectura y la esetituta en la escuela infantil 69

• ¿Es que un niño de 2 o 3 años puede apí-ender a leer? • Si es así, ¿por qué se pierde este tiempo tan vital y se retrasa hasta los

6 años en el ámbito escolar? ~Mantiene después este adelanto?, ¿cómo les afectará en apredizajes

posteriores?, ¿no tendrá efectos negativos? • ¿ Cómo es posible conseguir que llegue a este aprendizaje con cl método

que se sigue en Educación Primaria?

Fueron estos algunos de los interrogantes y meflexiones que me surgieron en los primeros momentos. Pero más tarde, una vez leído, releído y asimilado el libro, creí profundamente en las investigaciones de Doman por varios moti- vos:

1) No podía negar lo que era evidente. Había logrado éxitos extraordina- rios tanto en niños normales como en lesionados cerebrales. Y no era el

unmco. 2) Siempre he confiado en las innumerables capacidades que tienen los

niños pequeños y todo lo que nos pueden aportar (aptitud chomskyana). Arden en un deseo infinito de aprender y nuestra función es abrirles de par en par las puertas de los conocimientos básicos. No podemos coar- tar su potencial, insaciable de curiosidad porque lo que el nito puede llegar a ser, lo que serán sus intereses y facultades futuras, se está detenninando en el período de O a 6 años. Su cerebro es una gran puerta abierta. Asimila todas las informaciones sin esfuerzo consciente y su objetivo es la diversión y la comunicación, Y este es motivo suficiente para comenzar el aprendizaje de la lectura. ¡Qué mejor manera de divertirse!

Ya Montessori (Doman, 1970) concluyó que los niños no utilizaban, ni con mnucho, todas sus posibilidades y que debería dárseles la oportunidad de hacerlo aunque sólo sea porque les encanta.

Puede también constatar que han sido muchos los indicadores que a lo largo de la historia han ido construyendo la senda del Aprendizaje precoz de la lectura, entre los que destaca la profesora Rachel Cohen, en Francia, quien había aplicado las técnicas domanianas transfiriéndolas del ámbito familiar a la escuela infantil. Psicólogos y pedagogos como Brunner (1983) y Moore

(Cohen, 1983) coinciden en Ja idea de que: «los niños pequeños pueden y ¿jale- e-en aprender a leer».

Con estos antecedentes y ini ilusión y confianza en los pequeñajos, aquel impacto inicial al que me refería despertó en mi más entusiasmo, interés y

70 A ‘ma A-!.” Corral Viííacast,n dedicación en relación al tema de la lectoescritura. Fue este el motivo que

impulsó mi decisión a la hora de elegir el contenido de este trabajo.

Buscando la definición de «precoz» en el diccionario encontré este signifi- cado: «desarrollo antes del tiempo normal». Pero, ¿cuál es la edad normal para la lectura?; sería a los 6 años si nos referimos a las normas y criterios admiti- dos actualmente. Estas normas, ¿son inmutables y definitivas? Hoy no hay nada menos evidente.

No podemos ignorar que a los 6 años, cuando los niños empiezan la ense-

ñanza primaria, unos ya saben leer y otros no. Al acabar esta etapa escolar, todavía hay niños con bastante retraso en el aprendizaje de la lectura,

...

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