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Desarrollo Humano Y Etica


Enviado por   •  11 de Abril de 2014  •  5.662 Palabras (23 Páginas)  •  312 Visitas

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Este artículo de reflexión acerca de la necesidad de trabajar la formación humanística de las personas ha sido de vital importancia en todas las culturas y épocas de la humanidad, no obstante, pareciera que en la época contemporánea el estudio de las humanidades ha caído en un desplazamiento, suplantación y olvido injustos. De tal modo, y partiendo de las preguntas ¿por qué es importante hablar de formación humanística en nuestros días? y ¿qué características ha de tener la formación humanística para nuestro tiempo? se propondrá un humanismo acorde a las necesidades de las personas y sociedades de hoy en día, que rechace todo tipo de reduccionismo ante lo humano y que reconozca la formación humanística como el método más propicio para la perfección de las potencias y facultades inherentes a la persona humana, cuyo valor en sí misma, dignidad y libertad han de sustentar cualquier acto formativo.

A pesar de todas las situaciones, pensar en el humanismo para hoy, debe surgir de una deuda que ha de tener el hombre consigo mismo y con los procesos de formación de nuevas generaciones de hombres, deuda que consiste en educar hacia el interior en profundidad y perfección, en fortalecer el proceso de crecimiento personal de todos los individuos de la sociedad. Con esto, es propicio decir que no se pretenderá en las siguientes ideas adentrarse en el difícil problema de cómo han de enseñarse las humanidades, lo que se hará es incitar a la reflexión del por qué es necesario hacerlo.

Para esto, se ha de abordar a un breve recorrido histórico, Toda civilización, sociedad y cultura en la historia ha tenido una preocupación especial por la educación de sus individuos, pues consideraron que la formación de buenos integrantes haría de ellas grandes reinos, imperios o estados.

La experiencia educativa del helenismo en el siglos III a. C - I a. C, mantuvo su influencia cultural hasta el siglo V de nuestra era, donde de manera clara se observa el ideal de hacer crecer el espíritu de los pueblos, resaltando a la persona en sí misma que marcha en continuo camino hacia lo superior. Es claro que esto ya había sido señalado por las tradiciones filosóficas desde los presocráticos, pasando por Sócrates, hasta llegar a Platón y Aristóteles, con la Academia y el Liceo, donde se promulgó una constante búsqueda de la areté, la virtud individual y social. Con esta inicial aproximación a la preocupación sobre el humanismo en la antigüedad, se puede observar que siempre el término humanitas se ve asociado a la civilitas, a la formación del individuo para que demuestre un ejercicio armónico entre sus libertades y sus relaciones sociales, no en vano la antigüedad clásica tomaba la formación de la persona como una manera de formar excelentes ciudadanos.

La formación humanística, y como debe ser toda educación, demuestra aquí la interconexión entre el hecho individual, social y universal del acto educativo. Siguiendo tales postulados, los griegos y romanos libres cultivaron la retórica, la gramática y la lógica, razón por la que se les llamó artes liberales en los estudios humanísticos posteriores, que los convirtieron en una especie de prestigio heredado de la antigüedad clásica. De este fenómeno resultan algunas de las primeras aproximaciones al ideal humanístico, denominado humanitas, entre otros, por Marco Tulio Cicerón (106-43 a. C), uno de los más grandes exponentes y apologetas de la formación humanista que haya conocido la historia. una de las primeras clasificaciones de las artes liberales elaborada por Marco Terencio Varrón (116-27 a. C) contenían las siguientes artes: gramática, dialéctica, retórica, geometría, aritmética,astronomía, música, medicina y arquitectura.

Es así como la paideia griega fue revivificada en la humanitas romana, tal absorción se dio en parte a los trabajos de Cicerón y Quintiliano y su preocupación por el dominio de la maestría verbal, la precisión intelectual y la habilidad dialéctica.

No obstante, no se trataba únicamente de hablar bien, la humanitas ofrecía la oportunidad de “…poder elaborar, presentar o criticar un concepto, idea o argumento,

operaciones mentales que requieren una muy completa educación en las artes liberales…”. Precisamente esto fue lo que tomó Cicerón en la palabra

humanitas, viendo tales procesos como la senda para perfeccionar y desarrollar las

cualidades esenciales y privativas de la persona humana.

A partir de los siglos V y VI de nuestra era, las

artes liberales heredadas de la antigüedad se

tomaron como vías hacia la pasión filosófica y

teológica, como anhelo de sabiduría integral, y

se convirtieron en la famosa organización

curricular de la Edad media. Tales vías del

conocimiento eran: las tres vías verbales o

trívium, con la gramática, la lógica o

dialéctica y la retorica; y las cuatro vías

matemáticas o quadrivium con la aritmética,

la geometría, la astronomía y la música. Esta fue la manera

de unir en un sólo método de estudio, los dos

grandes pensamientos de la antigüedad, el

matemático y el filosófico. mediante el trívium y el

quadriviumse busco la formación de un ideal de

hombre, uno creyente, letrado, prudente y

esculpido en las artes de la palabra, el número

y el espacio. A la vez, es evidente que

el término humanismo es asociado a un gran

periodo de agitación cultural en Europa, se

hace referencia, por supuesto, al

Renacimiento, época de revolución en las

estructuras de pensamiento y de vida social,

política, económica y artística, que pasaba la

energía de la comprensión del mundo a las

fuerzas humanas.

Los studia humanitatis de Cicerón, fueron

aceptados plenamente por el humanismo

renacentista de los siglos XV y XVI, tejiéndose

la idea de un hombre total que centra su poder

en su entendimiento, uno con vigor analítico,

inductivo, matemático y vivencial. El hombre

como eje de la acción, transformó al individuo

en algo importante para sí mismo, lo instituyó

como objeto de estudio, adelantándose a la

racionalidad de los modernos.

El humanismo renacentista, derivado aquí de

Cicerón y Quintiliano, ofrece una definición de

su cometido en las bellas palabras del

pensador renacentista Pablo Vergerio

“Denominamos liberales los estudios

dignos del hombre libre; por los cuales

se ejercita la virtud y se logra la

sabiduría, y el cuerpo y el espíritu se

dirigen hacia cosas nobles; conducentes

...

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