Discurso Completo De Martha Nussbaum

Su Majestad, Sus Altezas, Galardonados con el premio Principe de Asturias, Distinguidas Autoridades, Señoras y Señores

Me siento conmovida y humildemente honrada por ésta distinción que fue toda una sorpresa para mí. Les debo a ustedes y a toda la gente de Asturias mi mas afectuosa gratitud por éste reconocimiento.

Hay algo verdaderamente sorprendente en éste premio y a ello quiero dedicar mi breve discurso.

Lo sorprendente es que estoy recibiendo el premio de Ciencias Sociales y sin embargo yo provengo de las humanidades. Soy una filósofa que ha trabajado no solo la filosofía política, sino también en la naturaleza de las emociones y de la imaginación y en el problema de la vulnerabilidad e interdependencia humanas. A menudo recurriendo a obras literarias y musicales para dilucidar esas cuestiones. No obstante, no creo que sea erróneo clasificar mis contribuciones dentro de las ciencias sociales.

Lo que he hecho a lo largo de los años es desarrollar (en colaboración con economistas) lo que se conoce como el enfoque del desarrollo humano o el enfoque de las capacidades. Se trata de un enfoque que sostiene que el crecimiento económico medido por el PIB per cápita no es suficiente para evaluar la calidad de vida nacional, ya que realmente no capta que es lo que la gente está luchando por conseguir. El enfoque PIB hace caso omiso de la distribución, y por tanto, puede dar una alta calificación a naciones que guardan alarmantes desigualdades de oportunidades.

También ignoran el hecho de que una vida humana próspera tiene muchas partes que varían de forma independiente unas de otras, e independientemente también del crecimiento económico regional o nacional.

Una nación puede tener un alto crecimiento sin libertad política o religiosa, pero la gente desea tener una voz sobre su vida política y moral.

Una nación también puede crecer bien sin una distribución adecuada de las oportunidades de educación, de asistencia sanitaria o de la preservación básica de la integridad corporal, como lo muestra con tanta claridad mi prospero país con sus luchas por la educación y la asistencia sanitaria y su historial lamentable de violencia de género.

Lo que nosotros hemos estado defendiendo entonces, es que la medida correcta de desarrollo se focaliza en las personas, es sensible a la distribución y es plural y que refleja el hecho de que la gente no lucha por la renta nacional, lucha por una vida con sentido para ellos mismos.

Al desarrollar una lista de las capacidades humanas centrales, que yo afirmo son los requisitos mínimos de una vida conforme a la dignidad humana, he tratado de dar cuerpo a éstas ideas y de sugerir algunas metas concretas para todas las naciones. Creo que éste trabajo es sin duda, una contribución a las ciencias sociales y a la economía del desarrollo en particular.

Con frecuencia la economía se

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