En Sin Fines De Lucro…Martha Nussbaum
Enviado por diegobercial • 7 de Diciembre de 2013 • 2.658 Palabras (11 Páginas) • 891 Visitas
En Sin fines de lucro…Martha Nussbaum nos presenta una obra que, como bien sostienen varios de sus comentaristas (e incluso ella misma), más que un trabajo de investigación es un manifiesto en defensa de un tipo de educación que, según la autora, se encuentra en crisis.
Precisamente, se refiere a la decadencia de los espacios curriculares destinados a las artes y las humanidades en pos de un mayor desarrollo de la ciencia aplicada y de los contenidos vinculados directamente con el desarrollo económico. La gravedad de este proceso para las democracias modernas, que para muchos no existe o pasa inadvertido, radica en que justamente esas áreas del conocimiento que están en peligro son las que permiten conformar ciudadanos (con todo lo que ello implica) y no sólo máquinas productoras de riqueza.
A lo largo de los siete capítulos que componen este libro, la autora realiza un recorridoque va desde la presentación de la “crisis silenciosa” por la que atraviesa el tipo de educación que defiende, pasando por la presentación de lo que en sus palabras son la educación para la renta y la educación para la democracia. Asimismo desarrolla de manera extensa la importancia que para todos los modelos educativos reviste la cuestión de la pedagogía, haciendo hincapié, como veremos más adelante, en lo fundamental que resulta la pedagogía socrática para la formación de ciudadanos críticos y activos.
El trabajo se centra en un análisis de los modelos educativos y referentes teóricos de
EEUU y la India a modo de casos testigo, aunque a lo largo de la obra se hace referencia a otros países y autores demostrando claramente la importancia que reviste la temática para todo el concierto internacional además de que la crisis de la educación es una cuestión mundial.
En el primer capítulo, titulado “La crisis silenciosa”, la autora desarrolla lo que ella considera la crisis mundial de la educación, la cual es mucho más nociva para las democracias modernas que cualquier otra crisis, como, por ejemplo, la económica. Dicha crisis se caracteriza por la erradicación de muchos programas de estudio, ya sea de escuelas primarias, secundarias, así como también en los terciarios y universidades, de aquellas asignaturas vinculadas a las artes y las humanidades. Las mismas son “Concebidas como ornamentos inútiles por quienes definen las políticas estatales en un momento en que las naciones deben eliminar todo lo que no tenga ninguna utilidad para ser competitivas en el mercado global” (p. 20). También en este capítulo, la autora señala la importancia de la familia en su rol de educadora y transmisora de aquellos valores imprescindibles para nuestras democracias, además de plantear interrogantes del tipo ¿qué debemos garantizar en la educación? ¿cómo se da el acceso a la educación de calidad en distintos países? ¿ el interés por el desarrollo económico no necesita de las humanidades?.
Con el título “Educación para la renta, educación para la democracia” se inicia el segundo capítulo del libro. En el mismo se plantean los dos paradigmas educativos en pugna, que también implican una mirada casi opuesta de lo que se considera el desarrollo de las naciones. En primer lugar, el “viejo paradigma” para el cual la educación tiene como principal objetivo el de producir crecimiento económico incrementando el PBI per cápita, llamando a esto progreso y señalando que ese desarrollo económico redundaría en una mejora de la salud y la educación. Haciendo foco en los dos países que son objeto de su estudio (EEUU e India),
Nussbaum hace manifiesta lo equívoca que es esta forma de entender el desarrollo. Por otro lado, describiendo la tradición educativa estadounidense sostiene que, aun estando en crisis, está más influenciada por el paradigma del desarrollo humano con base en las humanidades y en las artes que otros países. Este paradigma se basa en la valoración de las capacidades y libertades que tienen todos los ciudadanos y que deberían fomentarse desde las instituciones educativas, en especial promoviendo el ejercicio de la crítica para superar los posibles umbrales de desigualdad que existan. Estos dos modelos, además de tener características muy disímiles, ven con ojos opuestos la necesidad de fomentar en el alumnado el pensamiento crítico y la imaginación, al mismo tiempo que responden a modalidades diferentes de evaluación, ya sea tanto en la forma que ella adopta en uno y en otro como en la manera que se pondera el procesamiento e interpretación de los contenidos.
Con el interrogante de cómo hacer exitosa la transformación de los estudiantes en ciudadanos de la democracia, reflexivos, comprometidos, y que puedan tomar decisiones respecto a una gran cantidad de problemáticas de importancia tanto nacional como mundial, se inicia el tercer capítulo del libro, titulado “Educar ciudadanos: los sentimientos morales (y antimorales)”. Desarrollando las primeras experiencias de los bebés con su entorno, su dependencia y “poder de dominación” hacia los adultos proveedores, Nussbaum pone en evidencia los dos sentimientos básicos del niño -y del adulto-: la repugnancia y el rechazo. Estos sentires, junto con la vergüenza, naturales en el niño durante su evolución, suelen seguir estando presentes en la vida adulta gracias a la experiencia transmitida justamente por los mayores, ya sea en el seno familiar, en la sociedad o en la escuela. Esa repugnancia, que durante el crecimiento del niño se dirige hacia sus propios desechos o la vergüenza de reconocer la fragilidad de su cuerpo, suelen proyectarse luego en otras personas, precisamente en aquellas diferentes, sea por su género, nacionalidad, religión, etc. A esto que la autora llama “choque de civilizaciones” (p. 53, comillas en el original) se puede dar distintas respuestas: por un lado, habrá personas más predispuestas al respeto y la convivencia pasiva, y por otro, existirán quienes se reconforten con la violencia y el deseo de dominación. De lo que se trata, precisamente, es de “generar” más ciudadanos como los primeros y minimizar los sentimientos del segundo tipo.
A lo largo de este capítulo, se dan claros ejemplos de cómo funcionan la autoridad y los grupos de pares en la conformación los sentimientos morales, la empatía y la comprensión hacia el otro (o todo lo contrario, por supuesto), como así también la imagen de masculinidad que se proyecta en Estados Unidos y que también moldea las mentes de los niños. En este contexto, donde, como ya mencionamos confluyen los parámetros educativos y culturales de la familia, la sociedad y la escuela, esta ultima cuenta con algunas ventajas sobre las otras dos estructuras respecto a su modo de transmitir valores a los estudiantes. Por un lado, porque la escuela puede profundizar o minimizar
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