Doxa Y Episteme En La Filosofia De Platon

Doxa y episteme en la filosofía de Platón.

I.En esta redacción se nos plantea el problema de la relación entre doxa y episteme desde el punto de vista de Platón, es decir, el dualismo epistemológico que este establece en torno al conocimiento. Dicho dualismo deriva del dualismo ontológico, es decir, de la distinción entre dos mundos, el mundo inteligible o mundo de las Ideas, y el mundo sensible o material. Dado que hay dos mundos distintos, debe de haber dos formas de llegar a conocerlos. Así se establecen dos niveles o grados de saber, uno que hace referencia al modo de conocer el mundo material (doxa) y otro al modo de conocer el mundo inteligible (episteme). Una vez aclarado de donde proviene dicho dualismo epistemológico, nos podemos plantear cuestiones como las siguientes: ¿Qué diferencias hay entre doxa(opinión) y episteme(conocimiento científico), es decir, entre estos dos grados de conocimiento? ¿Es un conocimiento más real que el otro? ¿Podemos alcanzar un conocimiento verdadero sobre lo real? ¿Qué es lo verdaderamente real?

II.Para entender a qué se refiere Platón cuando hace referencia a doxa y episteme, primero debemos entender cuál es el sentido de su filosofía. Esta es, por una parte, una reacción contra las teorías filosóficas y epistemológicas de los sofistas, es decir, contra el relativismo, el escepticismo y el empirismo político. Por otra parte, es fruto de la insatisfacción y el descontento de Platón con la situación política de su época. Esta insatisfacción llevará a Platón a formular la denominada teoría política del filósofo-gobernante, como solución a los males políticos de su tiempo. La principal preocupación de Platón es alcanzar un estado justo y cohesionado y, para ello, es absolutamente necesario que éste esté gobernado por personas que conozcan que es la justicia en sí y el bien en así. Es decir, que sólo los filósofos podrán llegar a ser esas personas sabias y virtuosas y, por tanto, a gobernar. Platón toma aquí el intelectualismo moral de Sócrates, aplicándolo al terreno de la política. Según esta teoría, la virtud es igual a conocimiento. Sólo aquel que conoce el bien en sí, obrará necesariamente bien. Por lo tanto, aquel que llegue a conocer lo que es la justicia en sí obrará justamente. Dicha persona sería la candidata idónea, según Platón, para gobernar su estado, ya que así conseguiría una sociedad feliz, unida y bien gobernada. Y, como bien he dicho, solo pueden ser justos y buenos aquellos que conozcan la esencia de justicia y bien, es decir, que los filósofos serían los gobernantes perfectos. Por ello, la educación en Platón cobra tanta importancia, pues es el método por el que los filósofos pueden alcanzar el verdadero conocimiento sobre justicia y bien. Este planteamiento supone la existencia de una verdad objetiva y la posibilidad de que la razón humana pueda llegar a alcanzarla. Esto implicaría, por tanto, que existen ciertas realidades eternas e inmutables, conocidas por Platón como Ideas o Formas. Así pues, la educación antes mencionada está estrechamente ligada al modo de alcanzar estas ideas, que constituyen la esencia de las cosas materiales. Por lo tanto, la filosofía de Platón está ligada por un lado, a una teoría del conocimiento y, por otro, a una teoría de la realidad. Ambas teorías se funden en la teoría de las Ideas. Dicha teoría surge del convencimiento de Platón de que sí existen verdades objetivas, universales y absolutas acerca de la realidad. Platón afirma que el mundo material es un mundo del devenir y que, por tanto, al estar en continuo cambio, no podemos obtener verdadero conocimiento de él. En consecuencia, deberá de haber otro mundo en el que podamos conocer esas realidades eternas e inmutables.

En definitiva, si ha de existir la verdad

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