EL ANTICRISTO
Enviado por rudigerM • 16 de Noviembre de 2012 • 3.507 Palabras (15 Páginas) • 776 Visitas
EL ANTICRISTO
Nietzsche comienza su obra hablando de algo que siempre ha estado presente para los hombres a lo largo de la historia: la felicidad. La búsqueda para encontrarla, pero, qué es realmente lo que nosotros conocemos como felicidad? Fórmula de nuestra felicidad: un sí, un no, una línea recta, una meta.... La creencia sobre la felicidad para uno no es la misma para todos, simplemente lo que es bueno para alguien puede no serlo para otro. El hombre obtiene la felicidad en el fin que él se ha marcado que, casi siempre, tiene que ver con el poder. ¿Qué es bueno? Todo lo que produce poder al hombre.
- ¿Qué es malo? Todo lo que produce debilidad al hombre.
- ¿Qué es felicidad? El sentimiento de que el poder crece. Los débiles padecen.
- ¿Qué es más dañino que cualquier vicio? La compasión por los débiles, lo que hace el cristianismo.
Se califica a los cristianos como “el animal enfermo del hombre”, ya que han idealizado su propia existencia en un ser desconocido, han basado sus ideales en una doctrina no basada en la realidad, y condena al cristianismo como factor de decadencia del hombre.
Se idealiza a un “superhombre”, el hombre ha creado una especie de “superhombre” juntando todas las cualidades buenas y separando las malas y le ha dado forma para creer en ese ser creado, darle la fuerza para basar nuestra vida y creencias en él y en l momento de fallarle sentirnos como un pecadores ( para conseguir la máxima fortaleza espiritual ), como si fuera malo cuando, en realidad, el hombre no lo es y no ha hecho nada.
Existen valores decadentes para el crecimiento del hombre como tal, como es la compasión, la moral, el “tu debes”; todo esto nos lleva a una forma de vida marcada, delimitada; nos prohíbe formas de actuar, de pensar y esto solo lleva al hombre a la decadencia, no permite que pensemos, que crezcamos y nos desarrollemos mentalmente. Siempre marcados por la sombra de nuestras “creencias”.
La compasión se opone al principio de la selección, no merece ser una virtud. El principio de la selección menciona que los más fuertes serán los más aptos para sobrevivir y el débil morirá. ¿Acaso existe la necesidad de sentirnos cobijados por un ser superior para poder actuar?
Este sentir depresivo y contagioso obstaculiza a aquellos instintos que tienden a la conservación y a la elevación del valor de la vida. Es un elemento multiplicador de la miseria, conservador de todo lo miserable. La compasión es el instrumento de la decadencia y que hace entregarse a Dios.
La existencia de sacerdotes dentro de las religiones es la representación mortal de ese ser superior, ya que este es un ente imaginario al que confiamos nuestra “fe”, el sacerdote castiga y adquiere la personalidad de ese Dios, nosotros obedecemos y confiamos. Pero no existe diferencia entre él y nosotros, ambos somos seres de carne y hueso, con capacidad mental y mismas habilidades; pero supuestamente él tiene contacto con aquél ser superior.
Virtudes establecidas por una religión: debes hacer, no debes hacer, debes ser, no debes ser; las virtudes deben ser algo personal, algo desarrollado por nosotros mismos en relación nuestra forma de vida, no un imperativo categórico a seguir que nos lleva de la sociedad donde vivimos.
El hombre no deja de ser como el animal. A su manera cada animal es perfecto, está creado a sus capacidades y razón de estar en la naturaleza. La única diferencia que hace al hombre superior es la capacidad de pensar. Esto tal vez pueda parecer una ventaja a simple vista, pero el pensar nos aleja cada vez más de nuestra felicidad. Los animales actúan por instinto, tienen sed, beben agua; tienen hambre, atrapan a su presa; necesitan aparearse, lo hacen. Y así cubren sus necesidades, no complican su existir pensando, y ellos así son felices.
La moral y la religión, en especial la cristiana, no tienen contacto con la realidad, ya que en ellas todo es imaginario (Dios, alma, pecado, espíritu, interpretaciones de sentimientos...)
El cristianismo es una religión que busca que actuemos para bien, basándonos en principios irreales, no objetivos. Se le inculcan al hombre conceptos que nadie conoce realmente y que cada quien interpreta de diferente manera; es una religión basada en lo imaginario, nadie consta que existe un dios, que el humano tenga alma, que al actuar fuera de lo estipulado por alguien se esté cometiendo un pecado. Como anteriormente mencioné, ¿Dónde está marcada la línea que separa lo bueno de lo malo?, ¿Hasta dónde debo llegar? Mejor dicho la pregunta debería ser ¿Hasta dónde me permitirá mi contexto llegar?
Un pueblo que cree en sí mismo necesita de un Dios para proyectar en él el placer del hombre, el sentimiento de poder, a quien hacer sacrificios... Así, entendemos la religión como un modo de dar gracias a sí mismo, de dar gracias a Dios. Por lo general la gente más humilde, la de menos educación, los pueblos más pobres suelen ser los más creyentes. Precisamente ellos, los más débiles, son los que depositan toda su fe y muchas veces todo lo que tienen en la religión, los más desprotegidos confían en que alguien los resguarda finalmente; aunque ese alguien no les proporcione techo y comida, pero les brinda fuerza para sobrellevar su situación. Tristemente así es en nuestro país. Puedo no tener para pagar mis deudas, pero estoy en la iglesia pidiéndole a Dios que me ayude...
Hay un Dios, un ser elevado con poder superior al humano que cuida y protege a su pueblo porque no quiere verlos sufrir. Hablo de un Dios de amor, un Dios de bien, pero para el caso de la gente creyente ¿Qué pasa cuándo tienen un accidente, cuándo muere alguien, cuando les roban, etc? Se le atribuye muchas veces a Dios el que pasen estas cosas, “ya nos tocaba”, “cuando te toca, te toca”, “por algo pasan las cosas”. Entonces ¿Por qué si es un Dios de amor, éste permite que ellos sufran? Necesariamente tiene que ser un Dios de bien y de mal. Donde la voluntad de poder cae, hay decadencia y Dios se convierte en el Dios de los débiles, aunque ellos se llaman “los buenos”. Es la decadencia de Dios.
El débil y el que sufre en la realidad tiene fundamentos para cobijarse en una religión llena de conceptos irreales, no comprobables, pero a él le harán sentir protegido.
La comparación entre budismo y cristianismo. Nietzche dice que el budismo es la única religión que dice “lucha contra el sufrimiento”, lo acepta, el budismo es positivista y realista. Se fundamenta en conceptos reales, comprobables, no como el cristianismo.
En el budismo
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