ENSAYO SOBRE LA FILOSOFÍA LATINOAMERICANA

Por lo general cuando hablamos sobre filosofía imaginamos que se refiere a la antigua Grecia, Romana, Alemana, francesa, Contemporánea, etc. Pero nunca nos ponemos a pensar sobre la latinoamericana.

En otras palabras, que no ha habido en Latinoamérica ninguna filosofía original y que sea la expresión genuina de características propias de este pueblo.

Además la llamada “Filosofía Latinoamericana” no es más que un replanteamiento de problemas filosóficos de raíz europea.

A si mismo también podemos distinguir tres periodos en la historia del pensamiento Latinoamericano, el primero comienza en el siglo XVI con la llegada de las órdenes religiosas que iniciaron la enseñanza de la filosofía y con los franciscanos que difundieron las ideas de Duns Scoto.

En cambio la filosofía latinoamericana es asumida como una perspectiva y como una alternativa.

Ambas, perspectiva y alternativa, parten de una situación concreta, de una realidad histórica: América Latina. De ella toman sus elementos esenciales y asumen, desde esa situación, los problemas universales del hombre y de la sociedad.

Las críticas sobre el asunto, por lo general, consideran inapropiado, aun como posibilidad conceptual, el planteamiento de una filosofía latinoamericana.

Esta posición, negativa a su posibilidad y sentido, asume como fundamento teórico la universalidad, esencia del ser y que hacer filosóficos. Consecuencia de ello sería la adulteración de la filosofía que habría perdido su razón de ser para devenir en ambigua subespecie de las ciencias sociales.

La filosofía latinoamericana se caracterizó por su subordinación a intereses religiosos y políticos, además de también por su profundo significado social, sin embargo, lejos está el día en que todos tengan igualdad de oportunidades y desarrollo personal.

Sin embargo es difícil para los pensadores latinoamericanos independizarse tanto de la influencia colonial como del pasado indígena y emerger con un pensamiento propio fruto de una identidad firme y auténtica puesto que tienen un gran parecido con el pensamiento Europeo.

Por esta razón la filosofía latinoamericana necesita descubrir su verdadero Ser, sin dejar de lado su historia ni sus antepasados, porque sería como renegar de los propios padres, teniendo en cuenta especialmente su realidad cotidiana, su ambiente natural, la aceptación del potencial humano y sus condiciones y la elaboración de un proyecto participativo auténtico.

Es decir en otras palabras que la originalidad de la filosofía en Latinoamérica es un tema muy concurrido desde hace ya varias décadas.

En México la filosofía después de la conquista no empieza necesariamente con una filosofía tradicional de los pueblos indígenas sino más bien empieza de cero y este a su vez retoma los conocimientos europeos, que cabe destacar que subsistieron diferentes arquetipos dignos de asimilación, a todo esto el acto de asimilar no es lo mismo que imitar, entonces este no es un acto de impugnación sino el retomar sea doctrinas, conocimientos o que se yo, unívocamente con un designio, el de reflexionar.

Por otra parte el problema de la originalidad en parte reside en q la “ la historia no la componen los mero hechos, sino la conciencia que se tenga de ella “, que quiere decir con esto, que para que los sucesos puedan llegar a ser parte del pasado, tienen que ser asimilados en la conciencia y lo que necesitaban asimilar era que se vivía una mera situación de pueblos coloniales es decir tanto México como otros países prescindían

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