Ensayo filosofía

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                                 Complejo Educacional Alberto Widmer

                                 Departamento de Filosofía y Psicología

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Índice

Introducción…………………………………………………………………………………3

Desarrollo…………………………………………………………………………………... 4

Conclusión…………………………………………………………………………………..7

Bibliografía………………………………………………………………………………….8

   La respuesta a la interrogante del porqué existe una diversidad en las comunidades, la da la genética, cuya rama de la biología que se preocupa de estudiar la herencia biológica transmitida generación a generación de cada especie. Pero en la actualidad existe una manipulación a nivel molecular a dichos genes, es decir, al ADN. El proceso mencionado anteriormente va en contra de la teoría que ha regido todos estos años, la Selección Natural de Charles Darwin, la cual menciona dos conceptos fundamentales: variabilidad y lucha por la sobrevivencia. Sin embargo, dicha teoría está siendo atentada por la creación de transgénicos, la clonación, corrección de defectos genéticos o simplemente la búsqueda de la perfección.

     Uno de los principales atentados a dicha teoría es la manipulación de genes animales, buscando su adaptación en diferentes ambientes en beneficio de la población humana y no en beneficio del animal, tal como dice Darwin, “el hombre selecciona solamente para su propio bien; la Naturaleza lo hace sólo para el bien del ser que tiene a su cuidado” (1859: cap. IV).

     Existen pruebas que sustentan la teoría evolutiva de Darwin, tales como la similitud de las especies, el registro fósil, comparación de órganos y las pruebas bioquímicas, las cuales nos ayudan a comprender y abalar una teoría que comienza a desaparecer agresivamente por causa de la ingeniería genética convirtiendo un medio natural en un medio artificial.

     Gracias a las pruebas mencionadas precedentemente, el hombre no puede negar su descendencia animal, pero aun así se empeña en cambiar su entorno, ya que, el hombre aprehende de su realidad, proyectándose, sin importar a quien afecta en el acto, aunque muchas veces es a sí mismo.

        El hecho de que el hombre habite donde quiera, su planetaria ubicuidad, significa, claro está, que         carece propiamente de hábitat, de un espacio donde, sin más, pueda habitar. Y, en efecto, la Tierra es         para el hombre originariamente inhabitable. Para poder subsistir intercala entre todo lugar terrestre y         su persona creaciones técnicas, construcciones que deforman, reforman y conforman la Tierra, de         suerte que resulte más o menos, habitable. (Llano, 2005:420)

     Y finalmente podemos encontrar el atentado a sí mismo en los nuevos descubrimientos a finales del siglo XXI, donde se comienza a atentar con la vida humana como tal, buscando la inteligencia, salud y belleza, donde las tres cualidades son las más cotizadas, ¿Es correcto olvidar el orden natural?, o más bien, ¿Es correcto olvidar nuestros orígenes?

     Recientemente se conoció un caso de alteración genética en pollos, en el gen Nakedness, el cual hace que estos pollos nazcan sin plumas para que sobrevivan en un ambiente de altas temperaturas. Se puede observar a simple vista que el beneficio de que no contengan plumas es para el bien del animal, sin embargo, los verdaderos fines de este experimento es para las granjas avícolas, las cuales aminoran sus gastos en las plantas de procesamiento y sin olvidar que el pollo sin plumas tiende a crecer más rápido lo que las ganancias a las empresas son más expeditas.

     El experimento mencionado fue realizado por el doctor Avigdor Cahaner en el año 2002, y su principal argumento es que dicha investigación es ayudar a la evolución, así como hace millones de años el ser humano tenían en su piel un pelaje mayor.

     Dentro de los opositores a esta nueva experimentación encontramos a Joyce D’Silva de Compassion in World Farmin quien cataloga a estos pollos como repugnantes, y agrega “Esto es un ejemplo principal de ciencia enferma y la sugerencia que esto fuera una mejora para  países en vía de desarrollo es obsceno” (2002, NewScientist) y concordando con Darwin.

        Se ha admitido con frecuencia que el hombre ha escogido para la domesticación animales y plantas         que tienen una extraordinaria tendencia intrínseca a variar y también a resistir climas diferentes. No         discuto que estas condiciones han añadido mucho al valor de la mayor parte de nuestras producciones         domésticas; pero ¿cómo pudo un salvaje, cuando domesticó por vez primera un animal, conocer si éste         variaría en las generaciones sucesivas y si soportaría o no otros climas? (1859: Cap. I)

     Si el ser humano es capaz de experimentar con animales indefensos, ¿Qué viene luego?, la respuesta nos conlleva al Proyecto del Genoma Humano, realizado entre los años 1990 y el año 2003 por un programa de investigación internacional , donde su principal objetivo era conocer todos los detalles del genoma humano desde un punto de vista físico y funcional, lo que significa a una serie de experimentos e investigaciones relacionado con los genes, tales como la clonación o corrección de defectos genéticos.

     El PGH consistía en varios proyectos genómicos individuales en todo el mundo donde sus objetivos eran identificar la secuencia de ADN en su totalidad para construir mapas físicos y genéticos detallados. A simple vista todo parecería indicar que contiene beneficios en la salud humana, pero sin evaluar las posibles consecuencias que podría ocasionar a la existencia de la vida.

     Es evidente la escasa capacidad de los seres humanos para anticipar las consecuencias de sus acciones. Las especies que se extinguen día a día o las enfermedades producto de su contaminación. Nos enfrentamos además a este PGH, donde la vida del ser humano no es valorada. “Hay cosas en el mundo que nunca sabremos y muchas que no sabremos con exactitud. Cada ámbito fenomenológico tiene un nivel de cognoscibilidad característico.” (Lewontin, 2001: 47).

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