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EXPERIENCIA ESTÉTICA


Enviado por   •  6 de Diciembre de 2012  •  3.213 Palabras (13 Páginas)  •  773 Visitas

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LA EXPERIENCIA ESTÉTICA Y EL TEJIDO SOCIAL

EN LA FORMACIÓN CIUDADANA

La estética es la rama de la filosofía que se ocupa de analizar los conceptos y resolver los problemas que se plantean cuando contemplamos objetos estéticos. Objetos estéticos, a su vez, son todos los objetos de la experiencia estética; de ahí que, sólo tras haber caracterizado suficientemente la experiencia estética, nos hallamos en condiciones de delimitar las clases de objetos estéticos. Aunque hay quienes niegan la existencia de cualquier tipo de experiencia específicamente estética, no niegan, sin embargo, la posibilidad de formar juicios estéticos o de dar razones que avalen dichos juicios; la expresión «objetos estéticos» incluiría, pues, aquellos objetos en torno a los cuales se emiten tales juicios y se dan tales razones.

La estética se formula en las cuestiones típicamente filosóficas de « ¿Qué quiere usted decir?» y « ¿Cómo conoce usted?», dentro del campo estético, al igual que la filosofía de la ciencia se plantea esas mismas cuestiones en el campo científico. Así pues, los conceptos de valor estético o de experiencia estética, lo mismo que toda la serie de conceptos específicos de la filosofía del arte, son examinados en la disciplina conocida con el nombre de estética; y preguntas tales como « ¿Qué es lo que hace bellas a las cosas?», o « ¿Existen patrones estéticos? », o « ¿Qué relación hay entre las obras de arte y la naturaleza?» -y cualesquiera otras cuestiones específicas de la filosofía del arte, son cuestiones estéticas.

Las experiencias estéticas son el resultado de percepciones sensibles, poseedoras de un significado que dejan en el alma una sensación permanente y evocadora. El contenido y significado de las experiencias estéticas es algo diferente a lo racional; es de carácter sensible el sentimiento que se apodera del hombre al contemplar el arte, cuando éste le significa verdaderamente algo en su interior. Cuando el hombre percibe algo realmente bello, tiene una experiencia estética.

Por otro lado la expresión artística en la escuela, es el conjunto de habilidades que se desarrollan a través de lenguajes artísticos; estos lenguajes pueden ser corporales, auditivos, plásticos, etc., los cuales permiten comunicar sentimientos, desarrollar imaginación, creatividad, experiencias y vivencias a lo largo del proceso de formación

Para significar la importancia de la experiencia estética es importante tener presente que las percepciones estéticas en esencia son subjetivas, por tanto la Institución Educativa Escuela Normal Superior San José, debería propender por formar personas que aprecien su entorno, siendo contemplativos en la acción, es decir involucrándose directamente en su transformación creativa, tratando siempre de observar todo como una obra de la inspiración divina, brindándoles elementos de análisis que les permitan tomar parte activa en una experiencia, dándoles a entender que por tratarse de una experiencia estética, no puede descalificar o excluir otras experiencias.

La apreciación que se hace sobre un objeto por lo general nos lleva a emitir un juicio que casi siempre es a priori, lo cual nos lleva a insistir mucho más en una formación estética ya que como nos dice Kant: “La aprehensión estética de las cosas no contribuye en nada a su conocimiento, pero aumenta la facultad de conocer, en tanto que mantiene una relación inmediata de ésta con el sentimiento (de agrado o desagrado) subjetivo.”

…”Baumgarten definió una vez la estética como el «ars pulchri cogitandi», el arte de pensar bellamente. Quien sepa escu¬char habrá advertido enseguida que la definición está formada por analogía con la definición de la retórica como ars bene discendi, como el arte de hablar bien. Esto no es casual. Desde muy an¬tiguo, la retórica y la poética se corresponden mutuamente, teniendo la retórica, en cierto modo, la primacía. Esta es la forma universal de la comunicación humana, e incluso hoy sigue de¬terminando nuestra vida social mucho más pro-fundamente que la ciencia. Para la retórica, la definición clásica de ars bene dicendi, arte de ha¬blar bien, resulta convincente de inmediato. Está claro que Baumgarten se apoyó en esta defini¬ción de retórica para definir la estética como el arte de pensar bellamente.”

Lo anterior nos muestra como la experiencia estética no está directamente relacionada con lo cognoscitivo, puesto que al tornarse subjetiva y producto de los sentimientos, no puede ser entendida con elementos que “contaminen” la sensación que la experiencia misma me produce, meditemos lo siguiente: “…incluso en la contemplación estética observamos algo no «por sí mismo», sino por alguna otra razón, por ejemplo, por el placer que nos produce. No seguiríamos prestando atención al objeto percibido si el hacerlo no nos resultase agradable; según esto, ¿no será el goce la finalidad en el caso estético? cabe, en efecto, describirlo así, y acaso la expresión «percibirlo por sí mismo» sea desorientadora” .

La experiencia estética nos exigirá actitudes frente a los diferentes estímulos que recibimos a diario, por lo que nos ayudará a fomentar nuestra capacidad de asombro, ya que nos va a brindar siempre ese “goce” o disfrute por lo que a diario percibimos, llevándonos no solo al pragmatismo de mirar el valor o el servicio que las cosas o elementos nos pueden prestar, sino que nos proporcionarán la satisfacción de degustar de ellas y de apreciarlas en su pura esencia, manteniendo una actitud estética en nuestra manera de contemplar el mundo.

Al contemplar algo estéticamente, respondemos al objeto estético y a lo que puede ofrecernos, no a su relación con nuestra propia vida; si al realizar una apreciación estética estamos personalmente involucrados en dicha experiencia, esto afectará nuestra respuesta estética y por ende nuestra visión estará salida de toda subjetividad.

“…La forma estética de observar, es también ajena a la forma personalizada de hacerlo, en la que el observador, en vez de contemplar el objeto estético para captar lo que le ofrece, considera la relación de dicho objeto hacia él. Quienes no prestan atención a la música, sino que la utilizan como estímulo para su fantasía personal, son buena muestra de esa audición no estética que a menudo pasa por serIo...”

En el Primer Seminario Taller Internacional de Metodología para La Enseñanza de las Artes realizada en la Universidad de La Sabana – 1996, se presentó la ponencia sobre el desarrollo de mentes estéticas, presentando en ella tres grandes aspectos o elementos: sensibilidad estética, apreciación

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