El Hombre Y La Religión
Enviado por Mawi2013 • 14 de Octubre de 2013 • 474 Palabras (2 Páginas) • 346 Visitas
La miseria religiosa es a la vez la expresión de la miseria real y la protesta contra la miseria real. La religión es el suspiro de la criatura oprimida, el sentimiento de un mundo sin corazón, así como el espíritu de una situación sin alma. Es el opio del pueblo.¹
En un mundo enormemente difícil, en el que los animales, unidos a los elementos, podían más que el ser racional éste debió pensar en el por qué de su existencia y vio la implacable evolución del hombre desde su infancia hasta la vejez; cómo se hundían todos en la extinción física para acabar en la muerte.
Entonces surgió la idea de que existían fuerzas más poderosas a las cuales el hombre estaba sometido y así nació la veneración hacia el Sol, que dio lugar a una multiplicación de dioses, cuyo poder debía halagarse con obsequios y sacrificios, únicos medios de que así hiciesen la vida más llevadera a los indefensos mortales. Nació la Religión primitiva como una creencia en uno o múltiples seres superiores, generalmente invisibles, pero reales, sensibles a las ofrendas de los fieles y rencorosos con los indiferentes. En cada pueblo se perfiló una teoría religiosa distinta y se adoraron dioses nacionales y locales que muchas veces se parecían porque habían nacido de mitos comunes, de la entraña del sentir popular.
El hombre moderno, culto y consciente, busca una explicación armónica y completa del universo. Más allá de la materia existe el mundo del espíritu y las grandes incógnitas que exigen una respuesta: ¿qué sentido tiene la vida?, ¿qué ocurre después de la muerte?, ¿qué es el Universo?, etc. El deseo de unidad es un impulso muy humano. La negación, la duda y las tinieblas rechazan al hombre que tiende a los grandes bienes supremos: la Verdad, la Bondad, la Belleza, la Justicia. El negativismo en materia religiosa no resuelve el gran problema, Hombre y Dios, sino que se limita a descartarlo, a dejarlo a un lado, lo cual no es hallar una solución. La posición religiosa, la fe, en cambio, satisface y proporciona un bienestar íntimo a quien la posee. El "yo confío en Dios" ha dado fuerza a innumerables generaciones para soportar dolores inmensos, realizar grandes trabajos.
El hombre ha sido es y seguirá siendo un misterio para sí mismo. Ahora que estamos en la era de la tecnología y de los avances científicos, no son pocos los que creen que la ciencia acabará explicándolo todo, incluso llegar a desvelar el misterio del hombre como “ser”, ni los que piensan que la ingeniería genética, dará definitivamente en el clavo haciendo desaparecer todas las religiones. Por haber los hay hasta que afirman contundentemente que ya se han construido máquinas más inteligentes que el propio hombre.
¹ Crítica de la Filosofía del Estado de Hegel; México: Editorial Grijalbo S.A. 1968. Karl Marx.
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