El Hombre
Enviado por LaRenaYNRBTT • 9 de Noviembre de 2011 • 4.304 Palabras (18 Páginas) • 469 Visitas
Instituto Superior Particular Incorporado Nº 4027
“Inmaculada Concepción”
ESPECIALIDAD: “Técnico Superior en Sistemas de Gestión”
CURSO: 3º AÑO
ASIGNATURA: Filosofía
APELLIDO Y NOMBRE DEL DOCENTE:
Linari, Adrian
APELLIDO Y NOMBRE DEL ALUMNO:
Ribatto, Yamila
FECHA: 8 de Noviembre de 2011
TRABAJO PRÁCTICO: “Antropología”
INTRODUCCIÓN
En este trabajo presento, aquello que en la actualidad el hombre se cuestiona, la del ser, la del propio existir que nos envuelve, del que quisiéramos trascender.
A lo largo de la historia de la filosofía, han tratado de describir y llegar a ciertas conclusiones, algunos obtuvieron teorías muy acertadas y otros un poco más fantásticas.
El principal fin de este trabajo es llegar a responder la siguiente pregunta: ¿Cuál es la concepción del hombre, según el pensamiento filosófico?
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FILÓSOFOS
Platón
Platón concibe al hombre como un compuesto de dos sustancias unidas accidentalmente: el alma y el cuerpo. Mientras que la primera es inmortal y afín al mundo inteligible, el segundo es mortal y pertenece al mundo sensible. Por ello, según Platón, el cuerpo es como una cárcel para el alma de la cual ha de liberarse mediante un proceso de purificación.
Aristóteles
Según Aristóteles, el ser humano es una única sustancia compuesta de alma y cuerpo, que se relacionan como forma y materia, y, por tanto, como acto y potencia. El alma es, pues, el principio que anima al cuerpo. Esta concepción del hombre parece negar la inmortalidad del alma, pues la considera inseparable del cuerpo. Como en la naturaleza hay tres grados de vida, existen también tres clases de alma.
Aristóteles y Platón
La teoría de la sustancia mantenida por Aristóteles le apartará también de la interpretación platónica del hombre. Platón, en efecto, había concebido al hombre como el resultado de una unión accidental entre el alma y el cuerpo, dos entidades de naturaleza diferente que se veían obligadas a convivir provisionalmente, hallándose el alma en el cuerpo como un piloto en su nave o como un prisionero en su celda. La muerte significa para el hombre la separación del alma y el cuerpo. Siendo el alma inmortal y el cuerpo corruptible, Platón identificará al hombre propiamente con su alma, por lo que, de alguna manera, concibe la idea de que el fin de la vida del hombre está más allá de su vida en la tierra.
Aristóteles, sin embargo, ha de concebir al ser humano de acuerdo con su teoría de la sustancia, es decir, en consonancia con la idea de que no es posible la existencia de formas separadas: la sustancia es un compuesto indisoluble de materia y forma. El hombre ha de ser una sustancia compuesta de materia y forma: la materia del hombre es el cuerpo y su forma el alma. Aristóteles acepta, como era admitido entre los filósofos griegos, la existencia del alma como principio vital: todos los seres vivos, por el hecho de serlo, están dotados de alma, tanto los vegetales como los animales. Pero interpreta también que ese alma es la forma de la sustancia, es decir, el acto del hombre, en la medida en que la forma representa la actualización o la realización de una sustancia. Coincidirá pues, con Platón, en la concepción de que el hombre es un compuesto de alma y cuerpo; pero se separará de Platón al concebir esa unión no como accidental, sino como sustancial. No existen el alma por un lado y el cuerpo por otro lado, sino que ambos existen exclusivamente en la sustancia "hombre" la distinción entre alma y cuerpo es real, pero sólo puede ser pensada.
Jean-Baptiste Lamarck
Lamarck en su teoría propuso que la vida evolucionaba “por tanteos y sucesivamente”, que a medida que los individuos de una de nuestras especies cambian de situación, de clima, de manera de ser o de hábito, reciben por ello las influencias que cambian poco a poco la consistencia y las proporciones de sus partes, de su forma, sus facultades y hasta su misma organización. Sería la capacidad de los organismos de adaptarnos al medio ambiente y los sucesivos cambios que se han dado en esos ambientes, lo que habría propiciado la Evolución y la actual diversidad de especies.
Como mecanismo para traducir esos presupuestos en cambios evolutivos, propuso el mecanismo conocido como “herencia de los caracteres adquiridos”, refiriéndose a la, hasta el día de hoy no demostrada, capacidad de los organismos de trasladar a la herencia los caracteres adquiridos en vida. Esta herencia no sería ni directa ni individual, sino que sería tras largo tiempo de estar sometidos a parecidas circunstancias y afectarían al conjunto de los individuos del grupo sometido a esas circunstancias.
Charles Darwin
Darwin se dio cuenta, después de algunas investigaciones, que las diferencias entre las especies podían estar conectadas con el hecho de que cada especie vivía en un medio natural distinto, con distinta alimentación. En ese momento comenzó a delinear sus ideas acerca de la evolución.
Darwin entendió que toda población consiste de individuos ligeramente distintos unos de otros. Las variaciones que existen entre los individuos hacen que cada uno tenga distintas capacidades para adaptarse al medio natural, reproducirse exitosamente y transmitir sus rasgos a su descendencia. Al paso de las generaciones, los rasgos de los individuos que mejor se adaptaron a las condiciones naturales se vuelven más comunes y la población evoluciona. Darwin llamó a este proceso "descendencia con modificación". Del mismo modo, la naturaleza selecciona las especies mejor adaptadas para sobrevivir y reproducirse. Este proceso se conoce como "selección natural".
La teoría evolutiva o darwinismo se concreta en los siguientes puntos o postulados:
1. Las formas de vida no son estáticas sino que evolucionan; las especies cambian continuamente, unas se originan y otros se extinguen.
2. El proceso de la evolución es gradual, lento y continuo, sin saltos discontinuos o cambios súbitos.
3. Los organismos parecidos se hallan emparentados y descienden de un antepasado común.
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