El Principe
Enviado por alex_medrano • 3 de Marzo de 2013 • 2.275 Palabras (10 Páginas) • 782 Visitas
Introducción.
“El príncipe”
Maquiavelo es el primer pensador político de la era cristiana que analizo sistemáticamente los requisitos para acceder al poder y conservarlo, “ EL PRINCIPE” es un libro que trata sobre el poder político en una época de ciudades- estado o principados, gobernados por hombres llamados príncipes, en este libro se aborda desde la organización del gobierno hasta como seleccionar a los colaboradores, se escribió con intención de escandalizar, reeducar al lector y lo sigue consiguiendo en la actualidad, su objetivo era desafiar a los lideres políticos de su tiempo explicando a príncipes y aspirantes al trono el funcionamiento real de las dificultades del poder y sugiere al príncipe que antes que nada debe saber luchar debe aprender a ser despiadado, cruel, a mentir, a faltar a su palabra y estar preparado para violar los principios religiosos y morales cuando le convenga, pero también expresa la necesidad de ser compasivo moral y devoto, se dice que Maquiavelo invento la política moderna y realmente cuando leemos el libro, vemos los titulares de los periódicos actuales .
Del mismo modo que a Leonardo le interesaba el estudio minucioso del mundo natural en ciertos sentidos a Maquiavelo le interesaba el estudio minucioso del mundo de la política y de la historia.
Desarrollo.
“Los actos de los hombres especialmente de los príncipes que no se pueden recurrir en ningún tribunal de apelación se deben juzgar por sus resultados” Para Maquiavelo es evidente que el fin es lo que cuenta lo menciona en diferentes ocasiones y a nosotros nos parece un razonamiento malvado, también perseguía lo que algunos eruditos han llamado realismo moral que en primer lugar intentaba crear algo que no existía hasta ese momento.
Al igual que los políticos actuales Maquiavelo justifica los medios engañosos o crueles como necesarios para el bien general, pero se centra en la presencia o ausencia de poder (¿que es?, ¿como se consigue?, ¿como se mantiene?) buenas preguntas en nuestra época pero espantosas, severas y urgentes en la de Maquiavelo. La religión también parecía un asunto entre familias, un ejemplo es Italia que era un caos de de ciudades-estado los papas y otros príncipes cambiaban constantemente de alianzas la separación entre iglesia-estado y se convirtió en uno de los temas principales de la obra.
Mantener la religión apartada del estado era una idea con vida propia, su imagen aparecería reflejada en Estados Unidos cuyos padres fundadores intentaron mantener la política apartada de la religión dejaron constancia de ello en la constitución con la separación entre iglesia y estado. La separación entre ética y política y la creencia de que un buen príncipe no tiene por que ser necesariamente una buena persona, que las apariencias importan mas que la realidad que este fraude se puede practicar, que es mejor ser temido que querido, todas esas famosas conclusiones del príncipe han mal armado a la gente en los últimos siglos y plantean el dilema mas difícil y doloroso sobre la política.
“Matar a un hombre es siempre matar a un hombre” y un príncipe tiene que estar preparado para hacerlo y el costo debe estar preparado para ir al infierno si es preciso, tener el poder, ser gobernante y en pocas palabras ser un príncipe es esencialmente un trabajo dramático sin retorno y sin justificación.
Maquiavelo pensaba que los ejércitos de mercenarios que caracterizaban el sistema militar de la Italia renacentista y de hecho de la buena parte de Europa eran una terrible equivocación, los romanos habían tenido milicias civiles y cada estado debían utilizar a sus propios ciudadanos solo de esta manera se podía conseguir que los civiles expresaron su compromiso y pacto en defensa de su estado y eso daría muy buenos resultados, por lo que respecta las leyes internas a las instituciones y también al carácter peculiar de la nación en su conjunto.
Con el fin de mantener el poder un príncipe se ve a menudo obligado a actuar en contra de la buena fe, la caridad, el buen sentido, o la religión y si es posible no debe desviarse de lo que es correcto pero si es necesario debe hacer el mal. También hay física en la política y tarde que temprano cada líder descubre por si mismo las leyes de la relatividad y la incertidumbre también conocidas como la “ley de las consecuencias involuntarias”.
Maquiavelo comienza a trabaja en lo que llama los discursos sobre la primera década de Tito Livio es un libro de comentarios sobre la obra de ese historiador romano y presenta argumentos convincentes a favor de un sistema de gobierno republicano, entonces de repente decide volver a intentar entrar después de su arresto y destitución de su puesto a el gobierno y escribe con rapidez en solo tres meses “EL PRINCIPE” y entonces es donde nos encontramos ante dos maquiavelos, uno escribe un libro sobre el tema de gobierno republicano y el otro un manual de consejos para los Tiranos.
Yo veo sobre la obra de Maquiavelo como una obra sobre el arte de gobernar y los discursos sobre como conseguir los objetivos deseables en las declaraciones publicas, la política era una obsesión para el y si hubiera podido hacer el mundo como hubiera querido habría preferido una republica, pero podía vivir en un régimen republicano o en un principado y su opinión era de que hay que partir de donde te encuentras y juzgar cualquier forma de gobierno por sus resultados y no solo por sus métodos. Nicolás ofrece un nuevo tipo de gobernante así pues a este príncipe ideal se le cuestiona acerca de cuales son sus cualidades, que a grandes rasgos debe combinar un carácter fuerte, con inteligencia, coraje, habilidad y suerte además de tener un toque de crueldad. Maquiavelo puso énfasis en dos grupos de atributos para el príncipe uno era muy grafico utilizo la imagen del zorro y del león, “un príncipe debe tener la habilidad del zorro para conocer trampas y la valentía del león para de infundir miedo y temor al zorro”.
En momentos muy concreto en lo que èl llama la fundación de un régimen se necesitara un líder con una inteligencia excepcional, ósea, con la inteligencia de un Lincoln, de un Washington, o de un Bonaparte.
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