El Programa de Transición Nace el Centro de Estudios Socialistas Carlos Marx
Enviado por styledany • 25 de Noviembre de 2015 • Ensayo • 78.544 Palabras (315 Páginas) • 154 Visitas
El Programa de Transición
Nace el Centro de Estudios Socialistas Carlos Marx
20 años han pasado desde la caída de la burocracia estalinista en Europa del Este. Pese a que esos regímenes no tenían nada en común con el auténtico socialismo, la burguesía no cesa de repetir una y otra vez que con dicho acontecimiento el socialismo ya no tiene ninguna perspectiva futura. Una y otra vez surgen estudios “científicos” pretendiendo demostrar el triunfo del capitalismo.
Una variedad de esos mismos teóricos burgueses no dudaban en señalar hace unos diez años que la era de las crisis había finalizado, que se había creado una nueva economía en donde el problema sería administrar la abundancia.
A pesar de todas las charlatanerías, la humanidad se sumerge en una profunda crisis que el capitalismo no sólo no ha podido resolver sino que, en sus supuestas soluciones, genera nuevas contradicciones que añaden más y más leña al fuego.
En pleno siglo XXI millones de niños mueren de hambre, nuevas epidemias se desarrollan, el desempleo se masifica, mientras la burguesía crea espacios de inversión en “nuevas aéreas”, entre ellas el tráfico de estupefacientes, redes de prostitución, mercado de órganos, trafico de indocumentados, de armas y un largo etcétera.
Las teorías burguesas se han mostrado tan inútiles para predecir esta severa crisis humana, como incapaces para señalar alternativas. Transitan entre el pesimismo y el cinismo de la filosofía del “sálvese quien pueda”.
A pesar de todo los trabajadores siguen adelante, organizan luchas de todo tipo y en prácticamente todos los contextos, desde Grecia donde se desatan huelga tras huelga buscando evitar que la clase en el poder le endilgue el pago de una crisis que ellos no provocaron, hasta lugares como el Perú donde los trabajadores mineros efectúan bloqueos luchando por sus derechos.
La lucha de clases no ha cesado, pero es un hecho que la reflexión teórica desde el punto de vista de los explotados vive uno de sus peores momentos. La mayoría de las editoriales burguesas ha condenado a la gran producción teórica socialista y revolucionaria al silencio. Ello, a pesar de que el mismo Marx vuelve a ser uno de los autores más leídos en la Alemania de la actualidad.
Con algunas notables excepciones, los trabajadores se tienen que enfrentar a sus explotadores sin medios, tanto para expresarse, como para reflexionar, sobre los derroteros de su lucha.
Resulta paradójico que esto suceda precisamente en el momento en que es más urgente que nunca la lucha por la superación total del capitalismo. Los trabajadores han demostrado que no están dispuestos a permitir que el capitalismo siga arrastrando a la humanidad al abismo, particularmente América Latina ha sido escenario de un proceso revolucionario en toda la regla que tiene como epicentro la revolución bolivariana de Venezuela pero que tiene los más variados escenarios en todo el continente.
Las propias calles de Estados Unidos, con cientos de miles de indocumentados, han sido escenario de este gran movimiento popular que exige análisis y perspectivas claras.
Por todo ello la Corriente Marxista Internacional lanza el esfuerzo de construir un espacio de reflexión revolucionaria, el Centro de Estudios Socialistas Carlos Marx. Partiendo de experiencias anteriores emprenderemos una lucha por la difusión de los clásicos del marxismo, al mismo tiempo que promoveremos el análisis de todos los temas de la actualidad que apoyen la lucha de los explotados por su liberación.
En este proceso que ahora emprendemos no tenemos más apoyo que el que los trabajadores y el movimiento en general nos puedan brindar, no obstante estamos plenamente seguros de que con esa base avanzaremos en el sendero de fundir la lucha de masas con las ideas del autentico marxismo.
Te invitamos al esfuerzo de construcción del Centro de Estudios Socialistas Carlos Marx, después de todo, los proletarios no tenemos nada que perder, excepto nuestras cadenas, tenemos en cambio ¡un mundo que ganar!
Introducción a la edición española de El Programa de Transición
Alan Woods
Confucio escribió: “Hay tres cosas que no se pueden ocultar: el sol, la luna y la verdad”. La decisión de publicar El programa de transición de Trotsky no podría ser más oportuna. Han pasado veinte años desde la caída del Muro de Berlín y del subsiguiente colapso de la Unión Soviética. En aquel momento, mucha gente pensó que el Comunismo y el Socialismo habían muerto.
La burguesía estaba eufórica. Hablaba del “fin de la historia” y predijo un maravilloso futuro de paz y prosperidad sobre las bases de la “economía de libre mercado”. Ahora, sólo dos décadas más tarde, todos los sueños de la burguesía y los defensores del capitalismo yacen en ruinas y las ideas del socialismo y del marxismo, una vez más, están en el orden del día.
Lo que falló en la Unión Soviética no fue el socialismo o el comunismo, sino una caricatura burocrática y totalitaria que surgió sobre las bases del aislamiento de la Revolución Rusa en condiciones de extremo atraso material y cultural. La degeneración burocrática de la Revolución Rusa provocó el ascenso de la monstruosa dictadura de Stalin. Como resultado, las genuinas ideas del marxismo revolucionario estuvieron marginadas en el seno del movimiento obrero durante décadas.
Ya en 1938 todos los colaboradores de Lenin habían sido asesinados tras los monstruosos juicios farsa organizados por Stalin y la burocracia, cuyos intereses él representaba. Como cualquier criminal, los usurpadores no querían dejar tras de sí ningún testigo. Sólo un hombre permaneció firme y levantó su valiente voz contra los crímenes de Stalin, en defensa de las tradiciones reales del leninismo y de la Revolución de Octubre: las tradiciones de la democracia obrera y el internacionalismo socialista.
Trotsky y sus seguidores de la Oposición de Izquierdas, después de ser expulsados de la Unión Soviética, intentaron reformar los Partidos Comunistas y la Internacional Comunista y devolverles a las ideas y programa de Lenin. Trotsky esperaba que la victoria de Hitler en 1933 -el resultado directo de la política de Stalin- provocase un fermento en el seno de los Partidos Comunistas internacionalmente. Pero la degeneración estalinista de la Komintern había llegado ya demasiado lejos. Los estalinistas declararon que la victoria de los nazis sería breve y lanzaron la increíble consigna de “¡Después de Hitler, nuestro turno!”. El Partido Comunista más grande del mundo fuera de la URSS fue aniquilado, e igual destino sufrieron los socialdemócratas y los sindicatos.
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