El Príncipe, Maquiavelo

Todo hombre ha anhelado “el poder” en algún momento de su vida, está en su naturaleza, está en su ser, es una necesidad básica. El Príncipe describe de manera sustancial y a la vez extensa la naturaleza de este deseo, descifra la clave y llega hasta el núcleo de la verdadera ansia del hombre por llegar a poseer el poder. Además de narrar de manera ilustrativa los distintos caminos para llegar a este. El siguiente es un análisis junto con mi opinión personal acerca de la lectura del libro El Príncipe de Nicolás Maquiavelo, escritor nacido en Florencia, Italia en el año de 1469, hombre ilustre, sencillo; dicho esto por la manera en la que se expresa la cual daba a entender que sabia bien cual era su lugar en la sociedad claro que sin menospreciarse.

Cualquiera podría, en un intento simple de describir el libro decir que se trata de ciencias política (aunque no deje de ser esa su idea primordial) y esa es la idea principal que tenemos muchos antes de tomar en nuestras manos esta pieza literaria y comenzar a leerla. Pero Maquiavelo va más allá de las cuestiones políticas, quizá sin querer puesto que su fin al escribir aquel libro era plasmar según sus vivencias y estudios propios acerca del como los gobernantes ó príncipes como el los llama llegan al poder y cómo pueden estos conservarlo, acrecentarlo o perderlo definitivamente, creando así una Teoría de Estado, sin llegar como el mismo reconoce a crear una utopía; es decir algo inalcanzable o carente de posibilidad. Su obra es totalmente realista y basada como se ha mencionado antes basada en experiencias observadas y estudiadas por el autor, aplicables estas no solo al ámbito político, sino también a la vida propia ajena a cualquier situación de control de poder.

Algo muy particular que pude observar, es que Maquiavelo no era como muchos pensadores o incluso detractores de él lo han mostrado a la sociedad a través de los tiempos, un ejemplo y el más claro su más representativa frase “El fin justifica los medios” ha sido puesta en tela de juicio como una idea totalmente inmoral, egoísta y totalmente carente de ética; sin embargo, Maquiavelo la utilizó en sentido positivo, como una fórmula válida para obtener el bien común. Cabe y es justo hacer mención de “Maquiavelo fue buen cristiano (no digo santo)” , por lo tanto no cabe la posibilidad de que lo escrito por él fuera de alguna manera deshonroso o con el afán de crear tanta discrepancia y animadversión en torno a su obra. Lo repito, concuerdo con otros grandes pensadores en lo que a mí me pareció la idea del libro, no tenía mayor intención que la de guiar a todo aquel que quisiera llevar la vida del poder para mantenerlo de buena manera para lograr el antes mencionado “bien común”.

Antes mencioné que lo logrado por la obra de Maquiavelo tal vez había sido obtenido sin intención alguna, idea reforzada por el hecho de que el reconocimiento y el auge

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