El Valor Intrínseco De La Belleza Natural
Enviado por Abcde • 17 de Junio de 2014 • 1.730 Palabras (7 Páginas) • 265 Visitas
Anais Muñoz (Ago-2011)
El valor intrínseco de la belleza natural
La sociedad es un sistema que a su vez está conformado por otros subsistemas, y así sucesivamente, en este planteamiento se sostiene que cada elemento de esta sociedad tiene una función que sirve para el todo.
De esta forma de integración de sociedad se pueden encontrar perspectivas diversas, aquí se abordarán dos, la que considera que existen categorías en las que unas son mayores a otras y por lo tanto se deben cuidar a las más importantes, mientras que desde otra perspectiva se consideran a todos los elementos en un mismo rango, en el que deben ser respetados y preservados por igual para el sano equilibrio del conjunto.
El primer enfoque se basa en la perspectiva antropocéntrica, mientras que el segundo en la ecocéntrica, en este escrito se argumenta porque se considera necesario regirse bajo el segundo enfoque.
Asimismo se aborda aplicación de los parámetros estéticos a los seres naturales, que pueden alterar su equilibrio al ser impuestos en contra de lo establecido por la propia naturaleza.
Se pretende responder a la pregunta ¿Merecen los seres naturales ser valorados más allá de su utilidad a los seres humanos?
Sí, merecen ser respetados más que por su utilidad a los seres humanos, porque tienen vida, y si las personas buscan preservar la vida, entonces, no es válido un doble discurso en el que con arrogancia se busque establecer una pirámide en la que unas vidas valgan más que otras.
Ya decía e filósofo Sri Aurobindo “La vida es vida, sea un gato, un perro o un humano. No hay diferencia entre un gato y un humano. La idea de la diferencia es una idea humana para provecho del hombre”.
Desde la perspectiva cristiana se ha establecido un modo de vida antropocéntrico, en donde todos los elementos naturales pueden ser utilizados para la supervivencia de los seres humanos; desde su inicio fueron creados para servir al hombre.
“y a toda bestia de la tierra, y a todas las aves de los cielos, y a todo lo que se arrastra sobre la tierra, en que halla vida, toda planta verde les será para comer. Y así fue”. Génesis 1: 30
Y como este otros ejemplos en los que Dios pone al hombre por encima de cualquier otro ser viviente sobre la tierra.
Así pues, desde el principio de la vida, según la religión predominante en occidente, los seres humanos han aprendido que son ellos los únicos merecedores de valor intrínseco.
Los seres humanos son, pues, una respuesta de las costumbres y conductas de los círculos sociales anteriores que han dejado establecidas normas con las cuales regirse en espera de una sociedad organizada.
Sin embargo, desde una perspectiva científica, es decir, con un perfil secular, se obtienen datos y perspectivas distintas desde las cuales se pueden comprender mejor los sistemas naturales.
En la época contemporánea, existen ya diferentes teorías que apoyan la comprensión de los sistemas naturales así como su relación con los seres humanos, éstas buscan explicar su cosmovisión, pero este escrito se basará en la teoría de la ecología profunda
Por lo anterior se busca un modelo en el que se respeten a los seres vivos, no sólo por el beneficio que representen a la sociedad de humanos, sino por su inherente derecho a ser reconocidos y valorados por sí mismos.
Otorgarle derechos a los seres vivos responde a la necesidad de actuar con conciencia, con ética, con disciplina y madurez, recordar a Mahatma Gandhi cuando dijo “La grandeza de una nación y su progreso moral pueden ser juzgados por el modo en el que se trata a sus animales”, es una forma de comprender a un grupo social capaz de sentir y de socializar.
Sin embargo ante esta postura ecocentrista ha habido posturas contrarias, que niegan la posibilidad de un reconocimiento de valor intrínseco a los seres vivos, pues argumentan que los seres no humanos no tienen capacidad de sentir ni razonar, por lo tanto son ajenos a los deberes éticos.
“Reconocer el valor objetivo no es suficiente para prescribir deberes morales. Hacen falta premisas adicionales para afirmar el valor intrínseco de algo y tratarlo como un fin en sí” (Arribas, 2006).
Al reconocer a todos los seres vivos como tales, y no como instrumentos utilitaristas, se hablaría de seres con derechos y obligaciones, aquí algunas críticas por autores que argumentan que los no humanos son incapaces de adquirir obligaciones, pero se recuerda que la mayoría de lo seres vivos, o seres inertes ya tienen comprometidas sus tareas en pro de la sociedad humana, es decir, ya tienen asignadas diversas tareas, como sus obligaciones, mas no se les asignan derechos con los cuales protegerse de la crueldad con la que son tratados, en ocasiones, por humanos presuntuosos de raciocinio.
En la época contemporánea los seres vivos, tienen asignadas sus tareas y son criados sólo para que cumplan con esa encomienda, sin dejar ni un instante un espacio para otorgarles el derecho a una vida digna, en la que si bien es cierto que las obligaciones se deben cumplir, también se deben otorgar garantías que permitan el respeto a la vida.
Por otra parte, al ser, los seres vivos no humanos, instrumento del bienestar de los seres humanos, son objeto de manipulación libre por parte de las personas, lo cual una vez más les quita el derecho a la libertad.
Los seres humanos viven regidos por estándares establecidos de diversas
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