El desapego nos haría más felices

Wilson Campoverde

Tamara Trownsell

Seminario Socráticos Ser y Cosmos

2016-05-02

El desapego nos haría más felices

¿De dónde venimos y cuál es nuestro propósito? Son preguntas que desde la antigüedad el ser humano ha tratado de contestar desde que su razón se desarrolló. Incluso las mentes más sabias han tratado de contestarlas, pero no han tenido éxito. Preguntas que a la larga lo único que hacen es menospreciar lo que somos y dudar de nuestras capacidades, porque nos genera incertidumbre. Una sensación que lo único que hace es limitarnos y que podemos evitar eliminando las barreras invisibles que delimitan nuestra realidad, tomando en cuenta los siguientes puntos: dejar de pensar que no sabemos lo suficiente y no debemos llegar a un punto, que debemos descubrir de dónde venimos y que el caos o lo desconocido es una amenaza.

La incertidumbre puede derivarse de una falta de información o incluso por que exista desacuerdo sobre lo que se sabe o lo que podría saberse. Puede tener varios tipos de origen, desde errores cuantificables en los datos hasta terminología definida de forma ambigua o previsiones inciertas del comportamiento humano. La incertidumbre puede, por lo tanto, ser representada por medidas cuantitativas (por ejemplo, un rango de valores calculados según distintos modelos) o por afirmaciones cualitativas (por ejemplo, al reflejar el juicio de un grupo de expertos). (Green Facts, s/f). La incertidumbre se genera cuando nos enfrentamos a lo desconocido, esa sensación de falta de conocimiento en muchos de los casos nos genera intriga, incluso miedo. Esta es la razón por la que se puede considerar a la incertidumbre como algo dañino. Este sentimiento aparece cuando no conocemos algo y lo que delimita lo que conocemos o no son nuestras barreras imaginarias, que generalmente, se forman por los condicionamientos que tenemos acerca de lo que consideramos como verdadero y como falso. Barreras que, en sí, lo que hacen es delimitar nuestra verdad, porque lo que se encuentra afuera de la barrera son las ideas que no consideramos como falsas o que dudamos de su veracidad. Estas son la principal causa de que tengamos incertidumbre porque limitando nuestra realidad dejamos fuera algunas cosas las cuales no sabremos si son verdades o mentiras, lo que nos genera una duda sobre conocer si la realidad que tenemos es la correcta o es la incorrecta.

Las barreras que limitan nuestra realidad según mi opinión son cuatro. La primera es la barrera es la de adelante, la cual representa el futuro y que está ligada a la necesidad que tenemos de buscar la razón por la que estamos aquí y una vez que la delimitamos tratar de llegar a esta. La segunda barrera es la de atrás, que representa el pasado y que está enfocada a la idea de nuestro origen. Origen que en la mayoría de los casos está dado una religión. La tercera barrera es la de la derecha que está relacionada con el caos y que se encuentra en el presente. La última barrera es la de la izquierda, es lo desconocido, la cual suceden en el presente igual que la del caos y está conformada por las cosas inexplicables que algunas personas toman como verdaderas y otras como falsas. A la hora de diferenciar estas barreras hay que tomar un punto muy importante que es que todas las personas piensan de manera distinta y por lo tanto las cosas que unas toman como verdaderas, para otras son falsas, esta es la razón por la que considero que estas barreras son propias de cada ser humano y aunque las influencias de las personas que nos rodean inciden un poco en la delimitación de estas, quien la delimita no es más que uno mismo.

Si decimos que la incertidumbre se genera por la barrera que limita nuestra realidad entonces para acabar con la incertidumbre un paso clave es tratar de eliminar estas paredes que nos delimitan y una forma de eliminar una de estas paredes es dejar de pensar que no sabemos lo suficiente. Si empezamos a pensar que no nos falta nada y que no debemos seguir un camino para llegar a la autorrealización como seres humanos que somos. Porque si dejamos de creer que hay un punto al que debemos llegar, lo único que nos queda es enfocarnos en el presente y dejar de pensar en el futuro o a lo que debemos llegar, pues ya no existe ningún punto final y si no existe ninguna meta, por así decirlo, ya no existe esa presión de llegar hasta ese punto y por tanto al eliminarla junto con esta, se va también la incertidumbre que se genera por saber si lograremos llegar o no a ese punto.

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