En torno a la filosofía y al filósofo
Enviado por adrianzz • 11 de Mayo de 2015 • 12.158 Palabras (49 Páginas) • 116 Visitas
En torno a la filosofía y al filósofo
Enviado por Simón Royo Hernández
Partes: 1, 2
Los principios elementales de la ciencia y de la filosofía
Educación y Estado: la difusión de la ideología dominante y los posibles lugares de la filosofía en la sociedad actual
La filosofía como brote entre las ciencias, que a su vez surgen entre las ideologías
Los ciudadanos con juicio crítico: ¡es entre los ciudadanos críticos que brotan nuevos ciudadanos críticos!
La educación griega: la paideia en un pueblo donde abundaban los filósofos
LOS PRINCIPIOS ELEMENTALES DE LA CIENCIA Y DE LA FILOSOFÍA.
1) Ya Wittgenstein nos ilustraba acerca de la misión y la esencia de la filosofía: "La filosofía no es ninguna de las ciencias naturales (…). El objetivo de la filosofía es la clarificación lógica de los pensamientos" (Tractatus Logico-Philosophicus 4.111 y 4.112). No es, por tanto, cualquier discurso, sin más, filosófico.
De acuerdo con Hegel el comienzo de algo es de algún modo ya parte de su resultado, de modo que el comienzo de la filosofía, el debate mundano, es ya, de algún modo, parte de la filosofía. Pero una parte nunca será el todo ni llegará a serlo sin transitar por todas las fases de su desarrollo.
La universalidad de la filosofía es lo que hace que se piense que es posible exponer sus resultados sin transitar sus momentos. "La filosofía existe esencialmente en el elemento de lo universal, que lleva dentro de sí lo particular" (Hegel, Prólogo a la Fenomenología del Espíritu). Es decir, que no hay filosofía cuando no se investiga lo más general, sino que se limita el estudio a una parcela particular. Ese carácter universal induce al error, o, como dice Hegel, suscita la apariencia, de que en los resultados de la investigación filosófica se expresa la verdad filosófica. Pero Hegel insiste en que no es posible captar la verdad filosófica sin haber transitado por todos sus momentos. Lo universal que contenga lo particular, así como el desarrollo completo que ha llevado al resultado, son elementos esenciales de la filosofía. Si la filosofía provoca la sensación errónea de que en el resultado se expone la verdad, las ciencias positivas, como la anatomía, provoca la sensación errónea inversa, esto es, aparece como si no bastase con el conocimiento de las partes del cuerpo en su existencia inerte, con el resultado, sino que hubiese de atender también, por ejemplo, a la biología, (en cuanto análisis de las partes del cuerpo en su existencia viviente y particular), para poder captar su verdad. En este sentido las ciencias positivas no merecen el nombre de ciencia en sentido estricto, porque no tratan de lo universal, sino que son siempre investigaciones parciales que aíslan una parte del todo en el que están inmersas. La verdad como sistema científico, esto es, la verdad de la totalidad en un sistema que integre sus momentos o partes, es la verdad filosófica.
Los debates acerca de los resultados filosóficos no difieren de la forma en que la anatomía habla de las partes del cuerpo inerte, lo cual demuestra que si la filosofía quiere tener el derecho de denominarse ciencia, tendrá que evitar el modo de proceder científico-positivo, que no sirve para captar la verdad filosófica, que es la que reside en lo universal. Por eso, a continuación, dice Hegel que: "la determinación de las relaciones que una obra filosófica cree guardar con otros intentos en torno al mismo tema suscita un interés extraño y oscurece aquello que importa en el conocimiento de la verdad" (Hegel Ibid.). Punto en el que no hay necesidad de estar completamente de acuerdo con su posicionamiento y punto débil de su filosofía, ya que la sistematicidad filosófica y la clarificación lógica de los conceptos puede también ganar cuando se hace cargo de los resultados científicos en su desarrollo conceptual, al estar el núcleo de la ciencia en estrecha relación con el núcleo de la filosofía.
2) Una cosa es la pretensión escéptica que conduce al absurdo de la "relatividad absoluta de la verdad de los juicios" y otra la de la "mutabilidad temporal de la verdad" que, por ejemplo, el evolucionismo admite perfectamente desde que se hace cargo de la transformación de las especies.
La verdad de la teoría de la evolución no descansa sólo sobre la coherencia interna que demuestra y que demostró frente alternativas lamarckistas y desvaríos esotéricos, sino también en su engranaje con todo un cúmulo de disciplinas que la complementan y que se vinculan con ella: "La verdad de la teoría de la evolución biológica de Darwin descansaría también sobre la confluencia de diversas operaciones construidas por cursos distintos: observaciones de geología, estratigrafía y estudio de fósiles; análisis de ecología animal y vegetal; estudios de aEl reduccionismo se mueve en una perspectiva claramente metamérica e intencional, como por ejemplo, la sociología fisicalista de Neurath (1931-1932). Por ésto no debe confundirse con los espisodios de reducción internos a un determinado teorema gnoseológico cuyo mecanismo reductivo se mueve a un nivel diamérico, y resulta efectivo en la medida en que logra construir una verdad esencial por identidad sintética material". (Las citas transcritas arriba corresponden al libro de David Alvargonzalez titulado Ciencia y materialismo cultural. Edición Aula Abierta de la Universidad Nacional a Distancia, Madrid 1989, págs 62,63,65 y 66. Para la distinción entre metamérico y diamérico cfr. Diccionario de Filosofía. En: www.filosofia.org).
El conocimiento científico así como el filosófico son solidarios en relación a ciertas pautas de racionalidad y al núcleo duro de la razón en general, que no es otro que la Lógica (epistemología) y la Ontología. La sociología de la ciencia acierta y es muy loable cuando desvela las determinaciones que puede imponer, por ejemplo, la industria armamentística a la investigación científica (aunque Internet surgió de la investigación militar), pero desvaría cuando se radicaliza hacia el constructivismo absoluto y el relativismo cultural. Es caricaturesco el heraclitismo extremo tanto como el parmenideismo extremo y cuando no se ve que filosofía y racionalidad, desde Grecia a nuestros días, no consiste sino en el esfuerzo por adoptar un justo medio entre esos dos extremos, cosa que de un modo u otro han hecho todos los pensadores, entonces hay que dudar que se sea capaz de pensar o se hayan seguido con provecho las lecciones de la vida escolar y académica.
Sobre las consecuencias perversas de la aplicación de la razón instrumental (pleonasmo, pues la razón instrumental no es la Razón sino la razón aplicada) obviamente se verá que se deben
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