Ensayo De Casas

Ana Laura Yañez no se cómo empezar a describir tantas cosas que sucedieron en mi desde la primera vez en que tuvimos la oportunidad de intercambiar algunas palabras y quien se lo iba a imaginar que esas palabras darían comienzo a una gran y maravillosa historia, pero antes de hacerlo, comenzare diciendo que definitivamente y sin duda alguna me he enamorado de ti como no te imaginas, jamás en mi vida me había sucedido esto y ahora que me ha sucedido no pienso dejarlo ir. Y bueno como olvidar aquel 20 de Julio del 2014, un domingo como cualquier otro o bueno al menos así parecía, ya que era la rutina de cada ocho días, el levantarme un poco temprano, desayunar y cambiarme, para así dirigirme a la iglesia, pero en esta ocasión recuerdo que yo iba demasiado feliz y con unas ganas inexplicables. Proseguiré diciendo que antes que el servicio terminara, yo decidí salir para retirarme, pero en ese pequeño lapso algo maravilloso paso, tú aquella persona de la cual anteriormente me parecía interesante, se acerco a mi dirigiéndose con un “Chucho”, nuestras miradas se cruzaron y aun que no fue por mucho tiempo, puedo decirte que fue algo muy hermoso y si estaba feliz, esa mirada hizo mi día doblemente feliz. Este grandioso día fue el que dio comienzo a esta inigualable historia, desde ese día tú no has dejado de estar en mi mente ni un segundo. Y recuerdo bien que el motivo por el que tú me hablaste era para preguntarme si asistiría a la velada para así darme un papelito. Pero bueno ese no es el punto, el punto es que yo esperaba ansiosamente a que llegara el miércoles de esa semana, solo para poder verte y si se podía volver a intercambiar algunas palabras. Y fue así, ese miércoles llego, yo no quería hacerme demasiadas ilusiones ya que igual y había posibilidades de que no te cayera nada bien. La noche transcurría y nadamas no lograba hablarte, pero recuerdo bien que se hizo una dinámica en la cual casi al finalizar tú y yo por primera vez competimos juntos y si, logramos ganar. Pero a pesar de que eso había pasado, seguía sin poder tener una charla bien contigo, aun que todavía no me daba por vencido ni poquito y trataba de hacer algo para que aun que sea supieras que existía jaja!. Las horas pasaban y nadamas no lograba nada, hasta que en alguna hora de la madrugada comenzamos a jugar creí que si en ese momento no podía llegar a hablarte, ya no habría ninguna otra ocasión de hacerlo. Y fue así, en esas horas mientras jugábamos, no pude lograrlo ni tantito y al parecer yo no caía nada bien o al menos fue de lo que me pude dar cuenta. Y bueno, decidí ir a preparar café, ya que si no era bueno para hacer una conversación al menos creía que podía hacer un café jajaja, no lo imagine ni tantito, que tuviera el valor de poderte decir “Gustas un café mushasha” y más aun que tu me lo aceptaras. Aun que esto había pasado, no encontraba la ocasión para poder platicar bien, así que recuerdo muy bien

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