Ensayo La felicidad está dentro de uno, no al lado de alguien

“La felicidad está dentro de uno, no al lado de alguien”

John lennon.

¿Somos realmente felices?

Qué es la felicidad? , definir este concepto es algo complejo. Desde los tiempos más remotos e insólitos, el ser humano ha estado en busca de la felicidad por un estado de bienestar utópico1, sin embargo la felicidad pareciera estar compuesta de pequeños lapsos, detalles que se viven día a día y su principal cualidad sea de aparecer y desaparecer de forma constante en nuestras vidas.

Históricamente pensadores y filósofos han tratado de definir este concepto de felicidad, en donde las conclusiones expuestas desde los orígenes del pensamiento son de tal diversidad, amplitud y desigualdad que llevan a preguntarme cuántos de los que filosofaron acerca de esta y su búsqueda, lograron luego, con la determinación y el tesón que les eran propios, alcanzarlas y vivir en aquel estado de ensueño.

El término felicidad, poco sorprendente, o en realidad nada, resulta descubrir que tanto el origen latín del término (phoelix) como su paralelo griego (eudaimonía) refieren a circunstancias espirituales y trascendentes y en ningún aspecto su aplicación literal estaba asociada a cuestiones referidas al Placer, el bienestar sensorial o el epicureísmo2 con que frecuentemente se lo refiere hoy. En la sabia Grecia antigua se hablaba de eudaimonía (eu-bien y daimwn-divinidad) como el mayor bien posible de un ser humano. Los filósofos antiguos definían de hecho esta disciplina como búsqueda de la felicidad, mediante el amor al conocimiento, y no como la mera búsqueda de una ”verdad” improductiva. Podríamos resumirlo diciendo que tener un buen espíritu, cercanía de las cosas espirituales buenas o malas, de allí pareciera provenir.

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1.-Utópico: Representación de algo ideal, algo perfecto.

2.-Epicureísmo: Actitud de una persona para buscar el placer.

En el latín resulta que el término phoelix, Félix y luego feliz, fue creado como definición de la fecundidad, y especialmente comenzó a utilizarse para ilustrar el estado de una hembra amamantando a su cría, como máximo ejemplo de esta profusión de la vida productiva y la abundancia. Luego el término se asoció más a la mujer, y en agricultura se hablaba de árbol Félix, como definición de su generosa producción. Porque si algo queda claro en este sentido de la palabra feliz, en su origen latino, parece estar más relacionado al hecho de dar, que de recibir algún bien o dádiva.

Por tanto no es lo suficiente llamativo el hecho de que una sociedad construida sobre principios como el egoísmo antes que de la compasión, la individualidad antes que la solidaridad, la satisfacción externa antes que el mérito espiritual, y la posesión antes que la dádiva, como conclusión de una generación de hombres y mujeres escasamente felices. La incoherente relación comparativa que existe entre el nivel de vida de la sociedad y su sentimiento de realización o felicidad. La inversa relación entre una especie cada día más evolucionada técnicamente, con avances  incomparables en términos de bienestar, superpoblada de recetas espiritualistas mágicas, y sin embargo frecuentemente insatisfecha.

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