Ensayo Lógica de la Crueldad

Ensayo Lógica de la Crueldad

Presentado por:

Jose Israel Casas Parra

20152001020

Presentado a:

María Claudia Duarte Martínez

Universidad Distrital Francisco José de Caldas

Facultad de Medio Ambiente y Recursos Naturales

Proyecto Curricular de Administración Deportiva

 19 julio de 2020

Bogotá D.C

Lógica de la Crueldad

En el siguiente documento se pretende realizar un análisis sobre la lectura “Lógica de la Crueldad” contrastándola con la actualidad del territorio colombiano que establece en el preámbulo de la Constitución Política, que el pueblo de Colombia en el ejercicio de su soberanía representados por la Asamblea Nacional Constituyente, e invocando la protección de Dios con el objetivo de fortalecer la unidad de la nación y asegurar a los habitantes del territorio, la vida, la convivencia, el trabajo, la justicia, la igualdad, el conocimiento, la libertad, la paz en un marco jurídico democrático y participativo el cual deberá garantizar un orden político, económico y social equitativo para todos. (Asamblea Nacional Constituyente, 1991)

Bajo esta premisa y de acuerdo con el autor las reglas simplemente reconducen y formalizan la crueldad, es común escuchar noticias que nuestra nación ahora es conocido como el país del sagrado de corazón de Jesús y el inmaculado corazón de María, ya que se piensa que a través de la Fe se podrá ayudar a liberar a todos los secuestrados, persuadir a la guerrilla y grupos paramilitares para llegar a un cese al fuego o porque no, que nos ayuden a acabar con la corrupción política y la violencia que sufre el país (EL TIEMPO, 2008).

Quizás Nietzsche tenía razón en afirmar que aún no estamos preparados para desembarazarnos de Dios, ya que seguimos creyendo en la gramática, la cual es la premisa en dónde se encuentra el núcleo operativo de la lógica de la crueldad, cuando nos referimos a la gramática hacemos referencia a cómo se interpreta el mundo el cual tiene hechos interpretados, hechos valorados y que estos hechos son juzgados y creados desde una perspectiva determinada, lo que significa que al nacer estamos en un mundo que ya tiene identidad propia y que por lo tanto la educación transmite dicha gramática conocida como la transmisión de un mundo interpretado o un mundo moral. (Melich, 2014)

Según el texto la moral se entiende como gramática, esto significa que es un conjunto de signos, hábitos, normas de decencia y de costumbres los cuales son propios de una cultura en un momento específico de su historia, el término gramática moral es un reflejo del mundo y sus habitantes, ya que la línea entre lo injusto y lo justo esta clara y nítidamente trazada, a diferencia de la ética la cual a veces se tiñe de oscuridad, sin embargo, la decisión moral es clara y distinta no es subjetiva, ni situacional, no depende del entorno, ni del tiempo o la circunstancia, la respuesta moral no admite excepciones, porque la moral es una lógica de la normalidad y en ella no caben anomalías. (Melich, 2014)

Es importante señalar que la moral es a priori, siempre nos indica que se debe hacer, mientras que la ética nos dice que tengo que hacer algo pero se desconoce que es lo que debo hacer, por lo tanto la moral establece horizontes de significado los cuales nos ayudan a determinar la manera de ser y proceder dictándonos lo que es y lo que se puede pensar, decir y hacer, por ende la gramática de la moral enmarca lo que nos protege y nos ignora, a su vez se apoya en marcos rituales que establecen ordenes de ser, de pensamiento, de orden y de acción, por lo tanto son estos marcos los que otorgan poder a los horizontes de significado para ayudarnos a distinguir de lo que es normal de lo patológico, es decir, nos aclara la importancia de la crueldad desde una perspectiva gramatical la que justifica la crueldad de la buena conciencia, la crueldad del trabajo bien hecho y el deber cumplido, en otras palabras la lógica de la crueldad, la cual nos permite trazar lo que llamaríamos normas de decencia, las cuales excluyen y prohíben formas de pensar, decir y hacer consideradas como inmorales. (Melich, 2014)

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