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¿Era Extraterrestre El Dios Cristiano? (cesarea)


Enviado por   •  29 de Marzo de 2014  •  2.401 Palabras (10 Páginas)  •  287 Visitas

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¿Era extraterrestre el Dios Cristiano?

El Dios Cristiano

Si difícil nos resulta admitir siquiera la posibilidad de que seres extraterrestres tuvieran una presencia y notable influencia hace miles de años en una cultura y ubicación tan lejanas como las de la antigua civilización maya, cuánto más difícil nos ha de resultar superar todas nuestras ideas preconcebidas, inculcadas en nuestro interior por nuestra educación y cultura.

Quizá podamos admitir que los mayas recibieron la visita de seres extraterrestres a los que veneraron como dioses y de los que recibieron conocimientos y sabiduría durante siglos. ¿Pero qué pasa si son nuestras propias creencias, o las de nuestra cultura, las que se ven medidas por el mismo rasero?.

Como adelantamos ya en la introducción de esta serie de artículos, admitir la naturaleza extraterrestre de Dios, definiéndolo como un ser corporal de carne y hueso no tiene por qué afectar a su carácter, virtudes ni naturaleza. Seguiría siendo un ser superior, poseedor de conocimientos y técnicas aún hoy sobrenaturales, y lo que es más importante, poseedor del mensaje y las finalidades que impregnaron sus hechos en el pasado.

Aquel que sea un auténtico creyente no debería preocuparse por la naturaleza última de Dios, sea una nube de vapor, un concepto mitológico derivado de la observación de la naturaleza, un extraterrestre o un espabilado escondido detrás de una piedra y hablando a través de una estatua. Lo importante de una creencia es el mensaje, la finalidad, el objetivo a que conduce, que en el caso del cristianismo es el amor y la paz entre los hombres. Y este mensaje no es en absoluto incompatible con una posible naturaleza extraterrestre de Dios.

El prestigioso autor español J.J. Benítez presenta en varios de sus libros la teoría de que también el dios cristiano tiene un origen extraterrestre.

En sus estudios, el investigador sugiere la posibilidad de que exista una o varias "razas" extraterrestres de un nivel intelectual y tecnológico muy superior al nuestro que desde hace miles de años vienen visitando nuestro planeta e influyendo, lo más discretamente posible, en nuestra evolución intelectual y espiritual.

Estos seres, infinitamente más cercanos que nosotros a la Perfección absoluta habrían estado preocupándose por nosotros desde antes de que el mundo existiera y vendrían tutelándonos para ayudarnos a avanzar por el camino de esa Perfección, aunque siempre respetando la libertad individual y la necesidad, imprescindible en cualquier aprendizaje, de equivocarse para poder encontrar la verdad.

El autor busca sus fuentes tanto en los textos de la Biblia como en los llamados Evangelios Apócrifos, reconocidos por la Iglesia como redactados por un autor sagrado aunque no investidos de la inspiración divina. Por supuesto que la calificación de un texto como dotado o no de esa inspiración depende únicamente de criterios humanos, los responsables en cada momento de su calificación. De hecho, después de haber sido ocultados y luego perseguidos, la misma Iglesia Católica les reconoce hoy a estos textos un gran valor, especialmente en lo referente al desarrollo de algunos puntos concretos que los Evangelios Canónicos no desarrollan suficientemente.

Idéntica finalidad persigue J.J.Benítez, en especial en lo referente a extender las informaciones que los libros oficiales presentan sobre la concepción y nacimiento de Jesús de Nazaret. Para ello utiliza los Evangelios apócrifos de Santiago, de Mateo, el Libro sobre la Natividad de María, el Evangelio de Pedro y el Armenio y Arabe de la Infancia de Jesús, todos ellos reconocidos por la Iglesia Católica como parte de la Tradición.

El Pueblo de Yahvé

Cuando estos seres extraterrestres asumieron, hace unos 4000 años, la tarea de preparar la llegada de un portador de su mensaje, empezaron por buscar una zona y un pueblo adecuados para la tarea que les esperaba. Se decidieron por una raza nueva habitante entre el Nilo y el Tigris. Esta zona era el foco cultural más importante del planeta, poblado por las, entonces, civilizaciones más avanzadas: Egipto, Babilonia, Nínive y Ur.

En vista de que todos los pueblos estaban influidos ya por diferentes creencias y religiones, fue preciso crear una nueva nación.

"Yavé dijo a Abraham: Vete de tu tierra, y de tu patria, y de la casa de tu padre, a la tierra que yo te mostraré. De ti haré una nación grande y te bendeciré." (Génesis 12, 1-3).

Varios siglos después, la nación judía comprendía a seiscientas mil personas. Todos ellos, y sus rebaños, fueron trasladados por el desierto en lo que ha dado en llamarse el Exodo.

"E iba Yahvé al frente de ellos, de día en una columna de nube para guiarlos en el camino y de noche en una columna de fuego para alumbrarlos…" (Exodo, 13 21-22).

Los egipcios no dejaron marchar a los judíos fácilmente. Eran unos excelentes esclavos, e hicieron falta varias plagas e incluso una matanza de los primogénitos egipcios para liberar al pueblo. Aún así, después de su partida no tardaron mucho en arrepentirse y salir en su persecución, alcanzándolos junto al Mar de Suf.

"Levantóse el Ángel de Yavé que marchaba al frente del ejército de Israel, y se puso detrás de ellos. Levantóse también la columna de nube de delante de ellos y se colocó a la espalda, intercalándose así entre el campamento de los egipcios y el campamento de los israelitas. Era nube y tinieblas (por una parte), y (por la otra) iluminaba la noche, de modo que no pudieron acercarse aquellos a éstos en toda la noche.." (Exodo 13, 19-20).

Lo que sucedió después, es sobradamente conocido.

Evidencias

Existen aproximadamente doscientas apariciones de ángeles en el Antiguo y Nuevo Testamento. Siempre son jóvenes de gran belleza y de ropas brillantes. Su aspecto, sin embargo, es tan humano que a veces pasan inadvertidos.

"el ángel de Dios se presentó a Joaquín rodeado de un inmenso resplandor…" (Libro sobre la Natividad de María).

"Y sucedió que, al ofrecer Joaquín su sacrificio, juntamente con el perfume de éste y, por decirlo así, con el humo, el ángel se elevó hacia el cielo" (Apócrifo de San Mateo)

Sobre la infancia de María, criada en el Templo de Jerusalén, resultan reveladores algunos fragmentos del Libro sobre la Infancia de María (cap. VII):

"Diariamente tenía trato con los ángeles. Asimismo gozaba todos los días de la visión divina, la cual la inmunizaba contra toda clase de males y la inundaba de bienes sin cuento. "

"(…) Y María permaneció en el templo como una palomica, recibiendo alimento de manos de un ángel." (Protoevangelio de Santiago,

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