Estado Y Sociedad Civil
Enviado por ayaaleja • 25 de Febrero de 2015 • 1.352 Palabras (6 Páginas) • 249 Visitas
John Locke
1. Para Locke, el estado de naturaleza del hombre es desencadenado en un estado de guerra cuando hombres irracionales atentan contra la propiedad privada de otros. Lo cual originará conflictos en torno a ella y terminará con la idílica existencia del estado de naturaleza, conflictos que sólo podrán ser resueltos con la constitución de leyes positivas en la sociedad civil o comunidad política.
2. Para Locke, en el estado liberal, la intervención estatal tiene que ser mínima y el soberano del poder político, es el pueblo, el cual incluso tiene derecho a la rebelión.
Separa los poderes en:
1.- Legislativo. En el que estarán presentes los ciudadanos, sus estados sociales, sus intereses y sus derechos constituidos.
2.- Ejecutivo, (que se deberá confiar preferentemente a una monarquía) sencillamente delegado para garantizar la ejecución de las leyes.
Locke respetó la libertad religiosa y apoyo la separación de la Iglesia y el Estado; segu él, el Estado no existe para la salvación espiritual de los seres humanos sino para servir a los ciudadanos y garantizar sus vidas, su libertad y sus propiedades bajo una constitución, que tiene como objetivo limitar al Estado y cuidar la propiedad (en el sentido amplio) del individuo.
3. Para Locke, la libertad, en consecuencia, será aquella condición en la que "cada uno ordena sus acciones, dispone de sus posesiones y personas” como juzga oportuno, la libertad opera, entonces, cuando la relación entre los hombres no obstaculiza la relación entre hombres y cosas, abriendo paso a su equiparación en términos del derecho a la propiedad privada. La propiedad privada corresponde al propio metabolismo humano: el hombre, al procurarse las cosas necesarias para la subsistencia, opera sobre la naturaleza mediante su trabajo, transformando los bienes colectivos de la creación en bienes privados.
LOCKE, John. (1990) "Segundo Tratado sobre el Gobierno Civil", Alianza, Madrid PP 36, 38, 146.
David Hume
1. Hume justifica la existencia del estado en la "convención". Consistiría en el actuar conjunto de los hombres en un mismo sentido, con el fin de obtener una utilidad que se da por sabida, sin mediar palabra de por medio. Para él, la sociedad y el derecho son ordenamientos espontaneos, que surgen de la necesidad humana y se desarrollan de forma paralela al progreso de la comunidad, la institución de la propiedad privada, por ejemplo, surge como una convención a la que le llegan los hombres de forma espontanea, convencidos de que , si no se estblecen derechos estables sobre las cosas, el estado de guerra y violencia seria permanente.
2. Hume está convencido de que las formas de gobierno no dependen de los "humores y temperamentos" de los seres humanos, por lo que, analizando adecuadamente la experiencia, se pueden extraer conocimientos generales y seguros sobre la sociedad, semejantes a los que nos ofrecen las ciencias empíricas. "Es evidente que si el gobierno fuera totalmente inútil nunca hubiera tenido lugar; y que el único fundamento del deber de obediencia a la autoridad pública es la ventaja que procura a la sociedad, manteniendo la paz y el orden entre los hombres". (Hume, Investigación sobre los principios de la moral) Según Hume, cesa el deber de obediencia cuando el estado no cumple dichas funciones. Es decir que no es necesario llegar a una situación de despotismo para que cese el deber de obediencia, la sola inoperancia es justificativo suficiente.
3. Sostenia que la propiedad privada se hallaba en un grado casi igual de seguridad en una republica que una de las monarquías civilizadas de europa. Hume apoya la distribución desigual de la propiedad, aunque lo hace en el curso de una prolongada discusión en la que la utilidad es utilizada, una vez más, como criterio preponderante. La igualdad perfecta puede parecer algo "muy útil", ya que, cuando nos apartamos de ella, "quitamos al pobre más satisfacción de la que le damos al rico" Sin embargo, el coste social de la igualdad perfecta sería prohibitivo, ya que ello destruiría la laboriosidad y el ahorro y conduciría, por tanto, a un empobrecimiento general. Hume, a diferencia de los mercantilistas, no consideraba que el comercio exterior
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