Etica Griega
Enviado por lina1r • 30 de Noviembre de 2013 • 5.581 Palabras (23 Páginas) • 1.824 Visitas
INTRODUCCIÓN
La tradición de la ética filosófica occidental -en la acepción general de la búsqueda de una comprensión racional de los principios de la conducta humana- comenzó con los griegos de la antigüedad. Desde Sócrates (469-399 a.C.) y sus inmediatos seguidores, Platón (c. 427-347) y Aristóteles (384-322) hay una clara línea de continuidad que, pasando por el pensamiento helenístico (es decir, en sentido amplio, postaristotélico), romano y medieval, llega hasta la actualidad.
Si bien es cierto que los problemas e intereses de los filósofos éticos modernos con frecuencia se separan de los de los antiguos griegos, sus discursos constituyen una reconocible continuación de los que tenían lugar en los siglos V y VI.
La cuestión de dónde concluye la ética griega es una cuestión discutida. Por ejemplo, Lucrecio y Cicerón, los dos primeros escritores filosóficos más importantes en latín, aspiran sobre todo a interpretar las fuentes griegas para un auditorio romano, y fue el pensamiento griego principalmente el estoicismo en sus diversas formas- el pensamiento dominante de la vida intelectual de Roma desde el final de la República en adelante.
En el presente trabajo hablaremos sobre los tres autores más importantes de la ética griega: Sócrates, Platón, Aristóteles.
ETICA GRIEGA: SOCRATES, PLATON, ARISTOTELES
Entendemos como ética a la Parte de la filosofía que trata de la moral y de las obligaciones del hombre.
Conjunto de reglas morales que regulan la conducta de las personas, en general, o en un campo específico.
La palabra ética proviene del griego ethika, de ethos, ‘comportamiento’, ‘costumbre’, y se refiere a los principios o pautas de la conducta humana. A menudo y de forma impropia se la llama moral (del latín mores, ‘costumbre’) y por extensión, el estudio de esos principios a veces llamado filosofía moral.
La ética, como una rama de la filosofía, está considerada como una ciencia normativa, porque se ocupa de las normas de la conducta humana.Esto es justamente la reflexión ética: preguntarse por cuestiones como:
* ¿Qué debo hacer?
* ¿Qué es el bien?
* ¿Qué es lo justo
* ¿Por qué debo actuar moralmente y no al contrario?
A lo largo de la historia de la filosofía podemos encontrar diversos sistemas morales: conjuntos de valores, normas y criterios que dirigen y guían nuestras acciones. A través de ellos podremos descubrir nuestros propios puntos de vista, comprendernos y comprender a los otros.
Los griegos no sólo fueron los inventores de la democracia, el teatro, la matemática pura y muchas otras cosas, sino también de un nuevo tipo de pensamiento que hoy denominamos “filosófico”.
Los dioses en que los griegos creían eran inmortales, violentos, cachondos y políticamente incorrectos. Con frecuencia recomendaban a sus súbditos mortales que fueran a la guerra. Se enamoraban y desamoraban y no dejaban de pelearse unos con otros. Seducían y fecundaban a los humanos, a menudo en circunstancias muy peculiares y alternando con su apariencia.
Para pensadores como Sócrates, los dioses debieron ser muy poco adecuados como modelos morales. La mitología griega no ofrecía nada parecido a los “diez mandamientos”. Así pues, aunque la mayoría de los intelectuales griegos como Sócrates respetaban, de palabra, las habituales ceremonias religiosas, no tomaban muy en serio la religión.
Algunos filósofos, como el sofista Prótágoras (490 – 420 a.C.) decían que no podía saber con certeza si los dioses existían o qué forma tenían.
Por su parte, el filósofo Jenófanes (575-475 a.C.) afirmaba:
“Si los caballos, los leones y los bueyes hubieran tenido manos para dibujar y crear obras de arte como los hombres, a la hora de dibujar y dar forma a los cuerpos de los dioses, los caballos los representarían como caballos y los bueyes como bueyes, en cada caso con su misma forma”.
Estas ideas de los filósofos griegos daban a entender y trataban de plantear que la ética tenía que buscarse al margen de la religión.
Desde el inicio de la reflexión filosófica ha estado presente la consideración sobre la ética. Platón afronta la temática ética en diversos lugares y desde contextos diferentes. Así, por ejemplo, en el Gorgias busca superar el hedonismo y la ley del más fuerte. En el Fedón evidencia la importancia de lo que exista tras la muerte para regular el propio comportamiento. En La República aborda juntamente la ética individual (desde la perspectiva de una justicia dentro del alma) y la ética pública, con una compleja teoría del Estado, que encuentra complementos y puntos de vista diferentes en otras dos obras, el Político y las Leyes.
Temas y Cuestiones de la Ética Griega
La ética griega de todos los períodos gira sustancialmente en torno a dos términos, eudaimonía y areté; o bien, según su traducción tradicional, felicidad» y «virtud». Estas son quizá las mejores traducciones posibles, pero -como veremos- en muchos contextos pueden resultar muy equivocas. Así pues, no estará de más comenzar por aclarar el significado verdadero de estos dos términos nucleares.
LA EUDAIMONÍA. La versión habitual de este término al español, «felicidad», en la actualidad denota quizás ante todo una sensación subjetiva de satisfacción o placer (como en la expresión, «más feliz que un niño con zapatos nuevos»). Sin embargo, los griegos atribuían la eudaimonía a alguien haciendo referencia más bien a lo que normalmente sería la fuente de estos sentimientos, es decir, la posesión de lo que se considera deseable, algo más parecido a un juicio objetivo.
Así pues, alguien puede ser denominado eudaimon porque es rico, poderoso, tiene buenos hijos, etc.; si bien estas cosas pueden procurar satisfacción, la atribución de eudaimonía no la implica necesariamente (si así fuese, la máxima de Solón «no llames feliz a ningún hombre hasta que ha fallecido» sería literalmente absurda; también lo sería la idea de Platón de que un hombre bueno sería eudaimon incluso si estuviese empalado -aunque éste es un ejemplo menos seguro, pues en cualquier caso se trata de una paradoja intencionada). Por supuesto, el término «felicidad» también puede utilizarse en un sentido «objetivo» como éste, pero probablemente sólo por derivación del otro sentido: si «la felicidad es un café caliente» esto es así porque o bien el café o el calor le hacen a uno sentirse feliz.
ARETÉ: La relación entre «virtud» y areté es algo más compleja.
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