Existencia

¿Existencia? Yo solo hablaba de arte.

Mi gran pregunta de la vida que seguramente comparto con muchos otros seres habitantes de la tierra tal vez eso suena muy trillado, pero realmente creo que la culpable de pensar en esta pregunta es la mera curiosidad. Supongo que soy así por naturaleza, soy humana o eso dicen. Personalmente además de curiosa tengo una gran imaginación y pasión por ir más allá de lo que veo, sea real o no. Si claro que si, a veces me sumerjo en la fantasía y empiezo a soñar sobre ¿qué pasa con esto? ¿Para qué es esto? Si existiera tal cosa entonces ¿Cómo seríamos? En realidad la gran pregunta a la que me quiero enfocar es: ¿Qué es la existencia, para qué?

Dentro de esta pregunta podría englobar varias vertientes como cual es el motivo de vivir, cuales son los límites del ser humano, sobre que es la libertad, en fin. Pero realmente me quiero enfocar en algo que para mi sobrepasa cualquier pregunta y va de la mano con la primera que me hice sobre la existencia y esta es ¿qué es el amor?

La vida o existencia se valora ¿no? Pero ¿quién nos dice el significado en sí de “valorar”? en si valorar se define como: señalar el precio de algo, o bien reconocer o estimar el valor o mérito de algo. Aquí quiero destacar un hecho muy importante que como humanos que somos siempre corremos el peligro de caer. Primeramente creo que el ser humano valora las cosas por su precio, es ese entonces el significado primordial que se tiene. Pero en realidad la vida no se compra ¿o sí? Supongo que si nos enfocamos en una sociedad capitalista donde el materialismo es dominante en las ideas de las personas, pues entonces es muy válido. En mi punto de vista valorar “la vida” va mas allá de este primer significado o el segundo de estimar o dar el valor o merito de algo.

Quisiera sugerir algo. Qué tal si en lugar de valorar la vida o existencia y confundir el término, ¿por qué no agradecer? sería mejor emplear ese término. Agradecer es sentir y mostrar actitud por algo recibido, que finalmente la vida es dada por esa figura extraordinaria, dependiendo de las creencias de cada quien. Ya sea madre y padre o un dios o la misma naturaleza. Al sentir o mostrar actitud por eso tan hermoso que nos fue dado creo que se traduciría en el amor. El amor es dar y puede ser puro. Y digo “puede” porque el amor condicionado o “comprado” viviéndolo en la falsedad no es amor, es conveniencia.

Quiero traducir a la existencia y al amor como arte. El arte tiene muchas definiciones y todo mundo le da diferentes significados. Por mi parte quiero definir el arte como una virtud, dícese a la capacidad para obrar o surtir efecto. El arte no es más que una virtud que expresa, que incita, que sorprende, que toca, que abre los ojos, que inspira, una virtud que lleva a sensaciones y sentimientos. Pienso que el alma de la vida pueden ser los sentimientos del ser y por ende el sentido de la vida es el amor. Y ¿por qué digo que el alma de la vida son los sentimientos? El alma es la parte espiritual del hombre, la cual es capaz de entender, querer y sentir. Entonces creo que el alma de la vida son las virtudes que podemos dar.

Pero entonces si todo se trata de amor y virtudes hermosas, ¿por que el ser humano se limita a eso tan bello que es amar? Creo que el gran y gordo obstáculo de todo esto es nada más y nada menos que el miedo. A veces me pongo a pensar que por el miedo el ser humano se limita a tantas cosas, se pierde de oportunidades y de vivencias ya sean buenas o malas, pero aun así lo pierdes y jamás será recuperado, nunca sabrás el “qué hubiera pasado”. Me resulta angustioso pensar en la incertidumbre de algo que no supiste como iba a pasar o más bien que iba a pasar. Es así como el miedo es el gran enemigo del ser humano. La gente le tiene miedo a lo desconocido o a lo extraño. Si es algo desconocido, resulta ser nuevo de su cotidianeidad y entonces causa conflicto entre sí “estará bien o mal”. Bien dice Fromm “el bien o el mal no existen si no hay libertad para desobedecer” y es aquí cuando me pongo a reflexionar que finalmente es cuestión de decisión. Tenemos ese poder de decidir, ya tomando como referencia a Erich Fromm nos dice en su libro de “el arte de amar” que el amor es un poder activo del hombre. Creo entonces que aquí el reto a vencer es el miedo.

La sociedad, otro limitante de lo que sentimos, pensamos o decimos. Y es más bien el miedo a lo que la misma sociedad vaya a pensar de nosotros. Aquí me pregunto: finalmente, ¿quién está bien? Todos con sus pensamientos distintos, además de que cada generación posee creencias diferentes a las de la época actual y así sucesivamente. Entonces estamos pues atrapados

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