Extracto de los escritos
Enviado por LyzJonas • 2 de Junio de 2012 • Ensayo • 683 Palabras (3 Páginas) • 633 Visitas
Hola.
Probablemente creo que ahora no te he de caer como dicen “bien”, ha pasado tiempo desde la última vez que hable contigo. No mencionaré los días, ya que realmente me la he pasado torturándome con el tiempo. Hasta la fecha, me he estado preguntando que nos paso. Y puedo decir que hasta ahora no he llegado a muchas respuestas, -por no decir que a ninguna-.
No sé realmente por dónde empezar, así que te diré las etapas en las que he caído estas últimas semanas…
1. Enojo. ¿Cómo pierdes a un amigo? Intente enojarme. Intente ver el lado malo de nuestra amistad. Intente verte como la mala de esta historia. Y tal y como dije solo quedo en el intento, porque no pude enojarme contigo, no pude. No pude ver el lado malo de nuestra amistad porque simplemente cada día de ella fue único y especial, no me arrepiento de nada. ¿Verte como la mala? Al final caí en cuenta de que no fuiste tú, fuimos NOSOTRAS, en nuestra amistad no eras tú y yo aparte, éramos las dos juntas.
2. Negación. Después de 3 días me negué a pensar en que ya no éramos tú y yo… era solo yo. Me negué tantas veces que puedo decir que perdí la cuenta.
3. Lucha. Empecé a idear varios planes para poder hablarnos, para poder arreglar un problema, que ni yo estaba segura que existía.
4. Miles de suspiros. Después de todo, nada funcionó… estuve triste todo el tiempo. Simplemente ya no era lo mismo.
5. Resignación. Todos me decían “Lucha por su amistad”, ¿por qué no hice caso?, porque como ya dije… en la lucha también debíamos luchar las dos… y tal vez –porque no lo sé- tu luchaste como yo, pero ninguna se dio cuenta.
6. Temporada de despedidas. Me resigne a que nuestra amistad estaba por perdida, comencé de nuevo, te veías tan feliz, -claro! Katia siempre me decía… “Mira ahí va Ary”-, creí que yo debía sonreír tan bien como lo hacías.
7. Cuando la tormenta se va. No, jamás supere la separación de nuestra amistad, pero volví con mi rutina normal, estuve 3 semanas pensando, creí que era hora de dejarlo.
8. Solo sonrisas. Como tus amigas y mis amigas, nos ayudaron en el momento, nos hacían reír, olvidar un poco los problemas.
9. Se acercaba la tormenta. Poco a poco tanto tiempo con mis otros amigos me desesperaba, necesitaba algo diferente. Necesitaba a Ariadna. Pero exactamente por el problema de ‘demasiado tiempo’, nos comenzamos a hartar de nosotros mismos.
10. Después de nueve largas etapas. Me di cuenta de que solo estaba tratando de llenar un vacío. ¡Trate de reemplazarte! Imperdonable. Nadie puede ocupar tu lugar. NADIE. Y ahí es cuando salte de felicidad y estaba a punto de decir “Ariadna! ¿Podemos hablar?”, pero no contaba que justamente en esos mismos días estaba perdiendo a mi mejor amigo.
Descuide mi amistad con Isidro. En ese momento el valor y la felicidad se fueron. Y adivina qué?
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