FRAGMENTOS DE HERÁCLITO.
Enviado por sanchezcris • 30 de Marzo de 2016 • Reseña • 525 Palabras (3 Páginas) • 386 Visitas
FRAGMENTOS DE HERÁCLITO.
(Cristian Andrés Sánchez Rodríguez).
Heráclito, como los milesios, buscó el principio de las cosas. Para él era el fuego. Pero este fuego era regido o gobernado por una razón independiente de las cosas (el solo y único sabio). En sus fragmentos se refleja la razón que gobierna todo, el fuego que es el medio para hacerlo. También cómo se ha de conocer y cómo no. E incluso el alma es un tema a tratar.
Entabla que los hombres ignoran la razón de las cosas. La verdadera naturaleza gusta de ocultarse, dice. Pero es esta razón por la cual Todo transcurre. Para conocer tal razón es necesario seguir lo común, pues en todas las cosas está esta razón. Lo común es la base para las leyes humanas, que surgen de una sola que es divina. El orden del mundo es uno y común. Todas las cosas surgen por la contienda, de opuestos, y la necesidad; éstas son determinadas por la razón.
Del fuego se componen todas las cosas. Siempre está vivo pero se apaga y se prende según medidas (contienda y necesidad). La contienda, o guerra, es de todos padre, a todos les da lugar. La contienda se da en opuestos, pues de la injusticia, surge la justicia,. El fuego es el medio que toma la razón para gobernar las cosas, púes ésta es independiente de las cosas. El fuego es el que da orden al mundo. Pues el fuego es lo común en la cosas. Argumenta lo común diciendo: “Pues lo uno, convertido, es lo otro, y lo otro, convertido, es lo uno a su vez.
Da una crítica a los que basan su conocimiento en la mera experiencia pues consideraba que la razón estaba en aquella divinidad que regía todo, e independientemente de las cosas. Ésta no quería que se le llamase Zeus porque era una representación de lo humano, pero sí quería que se le llamase Zeus porque era divinidad gobernante. De ahí que dijese que el hombre era pueril en comparación a la divinidad y que el hombre no tenía capacidad de juicio y la divinidad sí.
No puede crearse un conocimiento, como tal, de la razón, pues ella sólo da señales y los más no las saben entender (lo que el hombre sabe, es sólo una aproximación a la verdad). Y así queda claro cuando dice que la erudición no enseña sensatez. Pues con ella se configura el conocimiento, en vez de conocer en realidad. Y también que las creencias son lo más acreditado y custodiado, incluso si no se debiera hacerlo. Rezarle a una estatua, consideraba, era hablarle a la pared.
Sostiene que el alma también tiene razón, y que ésta es infinita. Por tal cosa no se le encontraran límites. Es preciso resistir a los deseos pues éstos hacen que el hombre pierda el alma que tiene. También se resiste a los deseos porque después de la muerte esperan cosas inimaginables e inesperables, dependiendo de la actuación antes de la muerte.
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