FUNDAMENTO TEORIA DE SIDMUND FREUD

El psicoanálisis nació como una respuesta a la comprensión de algunas enfermedades neurológicas, ya que a principios del siglo XX los neurólogos tenían la concepción de que las enfermedades de este tipo eran de carácter químico-físicos y patológico-anatómicos. Conceptualizando la teoría implantada por Freud se puede definir como una teoría sobre la estructura, la dinámica y el desarrollo del psiquismo y además como generador de cambios en la personalidad. El psicoanálisis parte de un supuesto básico cuya discusión concierne al pensamiento filosófico, pero cuya justificación radica en sus propios resultados; en lo que puede denominarse psiquismo o vida mental se conocen dos cosas: por un lado, su órgano somático y teatro de acción, el encéfalo o sistema nervioso; por el otro, nuestros actos de conciencia que se nos dan en forma inmediata y cuya intuición no podrá tornarse mas directa mediante ninguna descripción. A pesar que Freud no inventó el concepto de mente consciente versus mente inconsciente, si o difundió de manera notable. La mente consciente es todo aquello de lo que nos damos cuenta en un momento particular: las percepciones presentes, memorias, pensamientos, fantasías y

sentimientos. Cuando trabajamos muy centrados en estos apartados es lo que Freud llamó preconciente, que se refiere a todo aquello que somos capaces de recordar; esos recuerdos que no están disponibles en el momento, pero que podemos traer a la conciencia. Actualmente, nadie tiene problemas con estas dos capas de la mente, aunque Freud sugirió que las mismas constituían solo pequeñas partes de la misma. La parte más amplia está formada por el inconsciente e incluye todas aquellas cosas que no son accesibles a nuestra consciencia, teniendo en cuenta muchas que se habían originado allí, tales como nuestros impulsos o instintos, y otras que no podíamos tolerar en nuestra mente consciente, como las emociones relacionadas con los traumas. Según Freud, el inconsciente es el origen de nuestras motivaciones, ya sean simples deseos como el apetito o el deseo sexual, compulsiones neuróticas o los motivos de un artista o científico. Además, tenemos una tendencia a negar o resistir estas motivaciones de su percepción consciente, de manera que solo son observables de forma disfrazada. 1.1 El ello, el yo y el superyo El entorno psicológico según Freud comienza con el mundo lleno de objetos. Entre estos se encuentra el cuerpo. El cuerpo1 es fundamental en tanto sirve para sobrevivir y reproducirse, guiado a estos fines por sus necesidades (sed, hambre, sexo y el evitar el dolor). El sistema nervioso es una de las partes primordiales del cuerpo humano, y una de sus características más principales es la sensibilidad que posee ante las necesidades corporales. Al nacer, este sistema es relativamente como el de cualquier animal, una “cosa”, o más bien, el Ello. El sistema nervioso como Ello, traduce las necesidades del cuerpo a fuerzas motivacionales llamadas por Freud pulsiones (en alemán “Triebe”) o deseos. Esta traslación de necesidad a deseo es lo que se ha dado a conocer como proceso primario. El Ello tiene la función de preservar el principio de placer, lo que se comprende como una demanda de atender de forma inmediata las necesidades, es decir, el Ello es la representación psíquica de lo biológico. Aunque el Ello y la necesidad de comida puedan satisfacerse a través de la imagen de un alimento provocativo, al cuerpo no le ocurre lo mismo. A partir de aquí, la necesidad solo se hace más grande y los deseos se mantienen aún más. Cuando nuestras necesidades no se han satisfecho, en este caso como el comer, esto comienza a demandar en mayor medida nuestra atención, hasta el punto en que no se puede pensar en nada mas. Lo que sería el deseo irrumpiendo en la conciencia. Sin embargo existe una pequeña porción de la mente (el consciente) sujeta a la realidad a través de los sentidos. El Yo se apoya en la realidad a través de su onsciencia, buscando objetos para satisfacer los deseos que el Ello ha creado para

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Se relaciona a cuerpo como vocablo para traducir “organism”, ya que en psicología es más aceptado el término.

representar las necesidades orgánicas. Esta actividad de búsqueda de soluciones es llamada proceso secundario. El Yo, a diferencia del Ello, funciona de acuerdo con el principio de realidad, el cual determina que se “satisfaga una necesidad tan pronto haya un objeto disponible”. Representa la realidad y hasta cierto punto, la razón. No obstante, aunque el Yo se las ingenia para complacer al Ello (y finalmente al cuerpo), se encuentra con obstáculos en el mundo externo. En ocasiones se encuentra con objetos que ayudan a conseguir las metas. Pero el Yo capta y guarda celosamente todas estas ayudas y obstáculos, especialmente aquellas gratificaciones y castigos que obtiene de los dos objetos más importantes del mundo de un niño: mamá y papá. Este

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