Fedon O Del Alma.
Enviado por ccarlosserrano • 15 de Mayo de 2013 • 408 Palabras (2 Páginas) • 481 Visitas
fedon o del alma.
Este es un episodio en el cual Equécrates pide a Fedón que le cuente como fue el último día de vida de Sócrates, y éste accede a hacerlo.
Alli se encontraban Sócrates, Apolodoro, Critobulo, Hermógenes, Antístenes, Ctesipo, Simmias, Cebes, Fedondas, Euclides, Terpsión y el propio Fedón.
Comienza diciendo que socrates afirmaba que hay algo después de la muerte y que es mejor para los buenos que para los malos. Además dice que el que se dedica a la filosofía, se dedica al morir y al estar muerto1. El cree falsos los datos que dan los sentidos, que solo el pensamiento lleva a la verdad. Para hallar la verdad el alma ha de separarse del cuerpo o alejarse de él, y esto se da del todo en la muerte2.
Sócrates les habla sobre la integridad del ser humano, ya que la posición que se debe tener ante la muerte porque cuando se es amante del saber, lo que más se ansía es precisamente el abandono del cuerpo para liberar el alma, que es la que permite un estado pleno.
Ya que el creía en la inmortalidad del alma para el hay dos especies de realidades: la visible y la invisible. La invisible está siempre en el mismo estado mientras que la visible nunca lo está. Hay dos partes en nosotros: el cuerpo y el alma. El cuerpo es visible y el alma invisible. El alma se asemeja a lo divino y el cuerpo a lo mortal. Por tanto el cuerpo muere, pero el alma no. Al morir el cuerpo, el alma va al Hades. El alma que ha filosofado se separa del cuerpo en estado de pureza. El alma pura va a lo invisible, divino, inmortal y sabio, y allí es feliz. Pero el alma que se libera del cuerpo impuro, es arrastrada de nuevo a lo visible, y vuelven a ser atadas a otro cuerpo.
Por lo tanto decía que el aprender es solo recordar, que al nacer traemos los conocimientos y que el olvido es dado por la transición del nacer, pero que una vez que recordamos entonces el conocimiento lo recuperamos.
“Mientras que cuando ella examina las cosas por sí mismas, sin recurrir al cuerpo, se dirige a lo que es puro, eterno, inmortal, inmutable; y como es de la misma, porque está unida a lo que no cambia jamás y participa de su naturaleza; y este estado del alma es lo que se le llama sabiduría”3.
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