Filosofia Sin Espejo
Enviado por anabel2013 • 16 de Abril de 2015 • 2.457 Palabras (10 Páginas) • 458 Visitas
Taller:
“Comentario de texto”
“Capitulo VIII:”
“Filosofía sin Espejos”
Integrantes: Alejandro Olguín
Jorge Pozo
Verónica Ramírez Omar Rojas
Comentario de Texto capitulo VIII
Una filosofía sin metáforas visuales.
La filosofía y el espejo de la naturaleza Libro escrito en 1979 donde nuestro autor le hace una critica a la metafísica, que parece obsesionada con ponerse en un lugar privilegiado desde el cual someter y limitar toda la realidad bajo el juicio soberano de una razón omnipotente. Ese modo de hacer filosofía es el que para Rorty termina divorciándose de la realidad y es el que, finalmente, genera una filosofía que sólo habla de sí misma y que gira sobre sí misma en una especie de metalenguaje.
En este capitulo Rorty toma unas ideas de Gadamer y Sartre, para desarrollar las diferencias que existen entre filosofía sistemática y filosofía edificante, y mostrar la relación entre la filosofía normal y la anormal, que es la que no se adapta a la matriz tradicional (cartesiano-kantiana). Para esto Rorty nos presenta a Wittgenstein, Heidegger y Dewey como filósofos que ayudan a la sociedad, a liberarse de vocabularios caducos.
En la primera parte de este capitulo Rorty realiza una critica a la filosofía ligada al intento kantiano de hacer conmensurables todos los intentos de conocimientos, que ya casi no se puede imaginar a la filosofía sin la epistemología, esto es por la idea de Descartes, de que el hombre es capaz de representarse las cosas del mundo, y de que el mundo esta compuesto por cosas simples y cognoscibles, constituyendo con esto el “vocabulario” que permite la conmensuración de todos los discursos. Rorty quiere dejar de lado la idea clásica de que la epistemología es el centro de la filosofía, para esto utiliza la hermenéutica, en el contexto que la utiliza Gadamer en el libro verdad y método donde Gadamer deja claro que esto no es un método para buscar la verdad, él dice que la hermenéutica es un intento por entender que son verdaderamente las ciencias humanas, y que es lo que conecta esto con su experiencia de mundo.
Rorty, colgándose del termino Bildung de Gadamer que quiere decir educación, auto-formación, utiliza la palabra edificación para referirse a este tema para buscar nuevas formas de hablar más interesantes y provechosas. El intento de edificar, pude consistir en la actividad hermenéutica de establecer una conexión entre nuestra cultura y otra distinta que parezca buscar metas inconmensurables con un vocabulario inconmensurable, el contraste que se da entre el deseo de edificación y el deseo de verdad es justamente querer conocer todo lo de afuera, siendo esta solo una forma de edificación de las muchas que hay.
Nuestro autor nos dice que el discurso que edifica es el considerado anormal, y que el buscara que este discurso sea catalogado de sospechoso solo por su anormalidad. Luego para terminar la primera parte de este capitulo Rorty dice que en realidad no hay ninguna forma de argumentar si en verdad se tiene que seguir con el modelo kantiano o que es mejor dejarlo de lado, en realidad dice que el busca mostrar el aspecto del otro bando desde su punto de vista, es decir ser hermenéuticos con la oposición para mostrar como las cosas extrañas o inofensivas que dicen se unen al resto de lo que quieren decir y que es lo que se formula o cual es la impresión que deja cuando se entiende en nuestro idioma.
Rorty nos presenta dos tipos de filósofos revolucionarios, una es la filosofía sistemática, la cual él crítica y la filosofía edificante, con la cual el planteamiento de dicho autor simpatiza. Los filósofos sistemáticos son los que se mantienen dentro de las principales corrientes filosóficas, este tipo de filosofo crean nuevas escuelas, en las cuales se practica la filosofía normal, piensan que sus problemas de vocabularios solo es un problema pasajero, producto de los errores de sus predecesores y que se superara con la institucionalización de su vocabulario, quieren colocar sus estudios en el camino de la ciencia. En cambio la filosofía edificante esta en contra de cualquier proyecto de conmensuración universal, plantean que el significado de las palabras toma su significado de otras palabras no de su carácter representativo, no se presentan como si hubieran logrado una verdad objetiva, no quieren ofrecer representaciones exactas de cómo son las cosas, nos enseñan que debemos entender el hablar, no como exteriorización de las representaciones internas, sino como no representación de nada en absoluto.
En la Tercera parte de este capitulo el autor nos esta dando una postura con respecto a lo que la historia de una filosofía edificante quiere, que radica en un dialogo profundo, mas que encontrar la verdad que tanto se cuestiona filosóficamente hablando. Esto alude desde la subordinación de la verdad y a la edificación que hemos estado hablando. Durante el desarrollo de este texto.
Una de las cosas que no hay dejar pasar es lo que Rorty menciona con respecto a lo que el filósofo edificante desde una perspectiva cultural, no debe caer esto sin dudas es el auto engaño, facilitado esto ultimo desde un una mirada objetiva, obviamente Rorty en su afán de seguir defendiendo su tesis y sin dejar un planteamiento a medias, propone al conductismo al naturalismo y al fisicismo, saberes que ayudan a no caer en este auto-engaño que el filósofo edificante no debe sumergirse. Ahora bien, Rorty nos habla con respecto a la verdad, pero, de esa verdad que topa con lo correcto de las cosas desde un punto de vista de acción, ya que Él en sus conclusiones nos dice que un referente único no se logrará si tanto una teoría de verdad y lo que es verdaderamente correcto no se definen, logrando un consenso entre ambos, pues desde un punto de vista epistemológico se cae en confusión, mas aun si cuestionamos lo que verdaderamente es y como se debería entender, desde aquí para los filósofos, según Rorty, esto no es de mucha sorpresa pues este dilema moral no es distinto ni desde el hombre, ni desde el mundo.
Avanzando más en este capítulo, el dilema que surge porque el relativismo no formula condiciones de verdad, de realidad ni de bondad, es desde Platón según Rorty desde donde debemos abordar este dilema, ya que el filósofo deberá buscar criterios que ayuden a esclarecer el dilema, y la otra arte de su accionar apuntara si este criterios aportaran en la practica filosóficas actuales.
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