Filosofia Sin más
Enviado por danieltoas • 30 de Noviembre de 2013 • 1.655 Palabras (7 Páginas) • 333 Visitas
REZEÑA DEL LIBRO “FILOSOFÍA AMERICANA COMO FILOSOFÍA SIN MÁS” DE LEOPOLDO ZEA
La filosofía de Leopoldo Zea es una filosofía práctica más que teórica abstracta. En diferentes obras Zea pone de manifiesto su postura a favor de una filosofía americana frente a las críticas de diversos autores que niegan que en estas tierras se pueda dar una filosofía pues, según opinan ellos, solo puede llegarse a una literatura pero nunca a una filosofía como tal.
En este libro se defiende y se argumenta mediante diversos textos, que sí existe una filosofía americana y que es original y auténtica, por que plantea que , los diferentes filósofos a lo largo de la historia no se preguntaban si tenían una filosofía, ellos solamente pensaban, creaban, ordenaban, separaban y esto es filosofar. Así pues, el hombre americano al cuestionarse sobre cosas de su vivir diario y no tanto del origen de las cosas e ideas abstractas, va haciendo una historia de las ideas y desde ahí una filosofía de la historia.
El hecho de que el hombre americano no se cuestione de la misma manera que lo hacían los grandes pensadores del antiguo mundo, no significa que su pensar no sea filosofía, sino que es un modo de filosofar diferente.
Para Zea el filosofar debía tener un sentido social, alejarse de la teoría para incidir en la historia de los hombres y de sus circunstancias. Por tanto para Zea el filósofo debe buscar soluciones a la problemática que su circunstancia le impone. Por ello, filosofía americana será aquella que los hombres americanos en medio de sus circunstancias hagan sobre América.
La filosofía americana, para Zea, no es pues una copia de la europea puesto que el hombre americano le ha puesto un rasgo particular, siendo éste el sentido práctico en su modo de pensar las cosas. Es así pues que Zea en este escrito mediante 6 textos expresa su postura filosófica en relación a la filosofía americana.
La filosofía en Latinoamérica como problema del hombre: A raíz de que varios filósofos no consideraran nuestro modo de pensar como filosofía surgirá la interrogante ¿puede nuestra filosofía llegar a ser universal y por qué? La respuesta es, indiscutiblemente, sí, porque el análisis de nuestras experiencias humanas originales irá perfilando un aspecto de lo humano que, quizá no ha sido tomada por filosofía alguna.
El filosofar mexicano no será otra cosa que un medio para captar al ser humano. Y esto porque el americano tuvo que justificar su humanidad, los europeos pretendieron negarle la calidad humana, como nos lo muestra la polémica entre Fray Bartolomé de las Casas y Ginés de Sepúlveda.
Ni los griegos ni los romanos, ni los medievales, ni los filósofos modernos europeos se preguntaron jamás si lo que estaban haciendo merecía o no el nombre de filosofía, ni menos aún si había una filosofía griega o romana. En cambio nosotros, en Latinoamérica, hemos dudado sobre nuestra capacidad de hacer filosofía. Nos hemos preguntado y nos seguimos preguntando si lo que hacemos merece el nombre de filosofía, si alguno de nuestros pensadores merecerá ocupar un lugar importante en lo que se ha llamado historia de la filosofía.
El discurso filosófico en Latinoamérica será un discurso antropológico. El hombre como preocupación del hombre. El hombre latinoamericano debe asumirse. Tomar conciencia de algo que parece ordinario pero que la circunstancia americana ha vuelto un problema: el que pretenda hacer filosofía en Latinoamérica va a tener que justificar su intento, va a tener que superar su tendencia a buscar la aprobación de los europeos para su quehacer filosófico.
La filosofía como originalidad: Zea parte del supuesto de que una filosofía es original no porque cree una y otra vez nuevas y exóticas soluciones, sino porque trata de dar respuesta a los problemas que una determinada realidad y un determinado tiempo han originado.
¿En qué consistirá esa originalidad? Zea cita a Andrés Bello, quien exhorta a los jóvenes latinoamericanos diciendo: “Interrogad a cada civilización en sus obras; pedid a cada historiador sus garantías. Esa es la primera filosofía que debemos aprender de Europa”
La filosofía latinoamericana deberá, pues, emanar de las necesidades más imperiosas de nuestro tiempo y de nuestro país. Una filosofía del orden social y político que nos correspondió una vez que formamos parte de Europa, del orbe llamado occidental.
Toda filosofía funciona como ideología, da razones del orden político y social, así lo hizo la escolástica, la ilustración, el iluminismo y el positivismo y así lo hicieron también Platón, Aristóteles, San Agustín, Santo Tomás, Descartes, Hegel, Marx y otros y así lo hace Latinoamérica convirtiendo las filosofías que surgen en Europa en instrumentos de su preocupación política. De la inautenticidad original se pasa a la autenticidad de la asimilación. Latinoamérica se lanza a la acción y luego trata de encontrar la filosofía que la justifique.
El centro de autenticidad y originalidad se encuentra en el derecho, no ya a copiar sino a hacer propios valores que se presentan como universales y, por ende, al alcance de todo hombre y para la
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