Filosofia clásica y Hobbes

CRITERIO

FILOSOFÍA CLÁSICA

CRISTIANISMO

HOBBES

NATURALEZA HUMANA

El hombre es racional por naturaleza, aunque necesita llevar a plenitud dicha condición. El hombre sabio es el hombre feliz, pero para ello, debe dominar y purificar sus pasiones.

El hombre es creatura de Dios y está llamado por naturaleza a Dios, sumo Bien y fuente de felicidad eterna. Pero para eso, debe dominar su maldad, pues sus inclinaciones están dañadas por el pecado.

El hombre es egoísta por naturaleza. El egoísmo no es un obstáculo a vencer, sino la condición originaria del ser humano. A lo que debe aspirar es a pactar con los demás para cumplir con sus propios objetivos.

CONDICIÓN POLÍTICA

El hombre solo puede llevar a plenitud su naturaleza racional en el contexto de la polis. Bajo un buen gobierno, las leyes le permiten desarrollar las virtudes necesarias para dominar sus pasiones. Ahí también el hombre puede discutir sobre el bien y el mal, lo justo y lo injusto. Fuera de la polis el hombre solo puede ser un animal o un dios.

La polis o el Estado es respetado como el contexto de realización terrenal del hombre. Pero también cuenta con una instancia de comunidad religiosa: la Iglesia, o comunión (común-unión) de los santos.

El hombre es un lobo para el hombre (homo homini lupus). Su condición egoísta le hace enfrentarse a otros constantemente, generando una situación de guerra permanente. Esta situación la denomina “estado de naturaleza”. La vulnerabilidad que supone dicha condición lo empuja a autorizar que un soberano absoluto decida por él, garantizando así la paz.

RELACIÓN INDIVIDUO-COMUNIDAD

Hay una primacía ontológica y ética del bien de la comunidad sobre el bien del individuo. Si el individuo sólo se comprende como tal en tanto que pertenece a una polis, debe trabajar a favor del bien general, bajo el entendido de que ello conlleva su bien particular.

Hay una tensión entre individuo y comunidad. La comunidad tiene un valor absoluto, pero también el individuo. No se debe sacrificar el bien de uno en función del bien del otro ni viceversa, sino armonizarse.

Para el individuo lo más importante es su propio bienestar. Si está dispuesto a sacrificar su libertad en manos de un soberano absoluto, es a cambio de su propia seguridad.

IGUALDAD

El hombre es naturalmente desigual. Aunque hay un género humano común, los hombres y las mujeres no son iguales y existen los esclavos por naturaleza, es decir, personas que necesitan de otros para conducir su propia vida.

El hombre es igual por naturaleza, pues todos hemos sido creados a imagen y semejanza de Dios. Sin embargo, la importancia de la comunidad reclama el respeto a una autoridad jerárquicamente organizada.

El hombre es igual por naturaleza. Todos los hombres son igualmente egoístas y se dejan llevar por sus pasiones. La diferencia en inteligencia y talentos no es importante, pues un solo hombre inteligente puede ser vencido por un conjunto de hombres que no lo sean. Sin embargo, una vez instituido el soberano, éste será superior sobre sus súbditos.

RÉGIMEN POLÍTICO

Existen diversos regímenes políticos. El mejor es la monarquía, por ser uno el que mira por el bien común. Por tanto, el peor es la tiranía, por tratarse de la perversión del mejor gobierno.

Aunque existen diversos regímenes políticos, ninguno acomoda nunca a los súbditos porque todos le exigen el sacrificio de su libertad personal, es decir, todos atentan contra su egoísmo. La tiranía es en todo caso un mal menor, pues impide el mayor mal, que es el estado de guerra propio del estado de naturaleza del hombre ante a la ausencia de gobierno.