La filosofía de Hobbes
Enviado por MARIATALY • 1 de Mayo de 2013 • Ensayo • 1.986 Palabras (8 Páginas) • 287 Visitas
Platon
Para Platón el ser humano está constituido de cuerpo y alma. Dicha alma es de naturaleza INMATERIAL y ESPIRITUAL, y tiene gran semejanza a las cosas divinas; así pues, es INMORTAL y existe previamente al CUERPO.
Para apoyar estas aseveraciones —la existencia del alma al cuerpo--Platón partía de la existencia de CONOCIMIENTOS INNATOS en él (debemos recordar siempre que para Platón, CONOCER es siempre recordar).
Pensamiento de PLATÓN: Fedón ( discípulo) 76.
¿Cuándo han adquirido nuestras almas el conocimiento de esas mismas cosas? Porque NO son a Partir de cuándo hemos nacido como hombres, sino que, existían, Simmias, (a las almas) incluso ANTES de existir en FORMA HUMANA, aparte de los cuerpos, ya tenían ENTENDIMIENTO.
Para Aristóteles, el ser humano es una sustancia natural compuesta de materia (cuerpo), y de forma (alma); el alma es la forma sustancial del cuerpo; el ser humano surge de la unión de ambos principios (también en este punto se aparta Aristóteles de su maestro). En su obra Sobre el alma afirma:
« El alma y el cuerpo forman juntamente al ser viviente (...) El alma es forma de un cuerpo natural que tiene la vida en potencia »
Aristóteles, Sobre el alma
El alma es una sola en cada ser viviente y, por supuesto en el ser humano, informa todas y cada una de las partes del cuerpo; las enfermedades (pathos), son también cosa del alma y de la filosofía (este aspecto lo desarrollarán las escuelas morales postaristotélicas, epicúreos y estoicos).
El origen del alma humana no está claro en Aristóteles; en algunos textos parece deducirse que el alma se produce por generación como en los animales, y en otros como en el Tratado sobre el alma, afirma que la inteligencia humana, no surge por generación. Igual sucede con la inmortalidad, los textos son contradictorios, en la Metafísica parece hablar de una inmortalidad de la inteligencia, mientras que en la Ética a Nicómaco, la niega. En todo caso a Aristóteles le interesa sobre todo explicar racionalmente la naturaleza humana sin entrar de lleno en esas otras cuestiones.
Martin Heidegger
En Ser y Tiempo, pese a ser una obra que quedó incompleta, Heidegger plantea ideas centrales de todo su pensamiento. En ella, el autor parte del supuesto de que la tarea de la filosofía consiste en determinar plena y completamente el sentido del ser, no de los entes, entendiendo por «ser», en general, aquello que instala y mantiene a los entes concretos en su entidad.
En la comprensión heideggeriana, el hombre es el ente abierto al ser, pues sólo a él «le va» su propio ser, es decir, mantiene una explícita relación de co-pertenencia con él. La forma específica de ser que corresponde al hombre es el «ser-ahí» (Dasein), en cuanto se halla en cada caso abocado al mundo, lo cual define al «ser-ahí» como «ser-en-el-mundo» (según traduce José Gaos) o «estar-en-el-mundo» (según vierte Jorge Eduardo Rivera). De esa estructura parte la analítica existencial del Dasein, que en Ser y tiempo juega el papel de ontología fundamental.
La filosofía de Hobbes
Pese al hecho de que Hobbes fue uno de los filósofos relevantes del siglo XVII, habiéndose relacionado con Bacon, Gassendi, Descartes (a quien realiza serias objecciones a sus Meditaciones) y habiendo conocido personalmente a Galileo, es decir, a los más significativos filósofos que procuran el paso del pensamiento a la modernidad, no goza entre nosotros de gran consideración su filosofía, lo que no es de extrañar, si tenemos en cuenta que nos hallamos ante un pensador materialista hasta la médula, muy lejos de las concesiones metafísicas de Descartes, y resuelto a aplicar al análisis del ser humano y de la sociedad los mismos presupuestos que al estudio de la Naturaleza. No ha ocurrido así con su pensamiento político, más conocido entre nosotros, del que ofrecemos un resumen a continuación.
La filosofía política de T. Hobbes
En el análisis de la vida social y política Hobbes partirá de la consideración de que la sociedad está compuesta por una multiplicidad de seres individuales conducidos por sus pasiones, intentando explicar como se produce la transición de este individualismo atomista a la construcción de un cuerpo social artificial, o estado, de carácter absolutista. Tradicionalmente se ha considerado la obra política de Hobbes como la fundamentación teórica de la absolutismo.
1. El estado natural de guerra
1.
En lo que Hobbes llama el estado natural, es decir, el estado en el que se encontraba el ser humano antes de la organización de la vida social, los seres humanos son iguales por naturaleza en facultades mentales y corporales, produciéndose, también de una forma natural, la compensación entre las deficiencias y las cualidades con las que la naturaleza ha dotado a cada cual. Cada ser humano busca su propia conservación, en primer lugar, lo que da origen a la competición y a la desconfianza entre los seres humanos. En este estado natural no existen distinciones morales objetivas, por lo que dicha competición da lugar a un estado permanente de guerra de todos contra todos, en el que cada cual se guía exclusivamente por la obtención de su propio beneficio y, no existiendo moralidad alguna, no hay más límite para la obtención de nuestros deseos, que la oposición que podamos encontrar en los demás. No existiendo distinciones morales objetivas Hobbes considera, pues, que las acciones humanas se desarrollan al margen de toda consideración moral, como resultado de la fuerza de las pasiones, únicos elementos por los que se pueden guiar, en dicho estado, los seres humanos. Dado que no hay lugar para las distinciones morales no se puede juzgar dichas pasiones como buenas o malas. Podría parecer que Hobbes, al hacer depender de las pasiones la acción de los seres humanos en el estado de naturaleza, y al
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