Filosofia, la condición humana.

PROBLEMAS FILOSÓFICOS CONTEMPORÁNEOS 

Trabajo práctico

Comisión 8

Profesora: María Luján Ferrari.

Alumnos: Tomas Ressa (24911/6)

                 Sol Benitez Gaona (25096/4)                                                                                                                                                                                                                                                                                                          

1. Rastrear una hipótesis en los textos.

En el presente trabajo plantearemos, a modo de hipótesis, el modo en el que el hombre mediante el trabajo, entendido desde el desarrollo conceptual de la filósofa y escritora Hannah Arendt, ha ido modificando su propia condición humana a través de las consecuencias ambientales que conllevan sus formas de impactar en la tierra.

Se entiende por condición humana a “la totalidad de la experiencia de ser humanos y de vivir vidas humanas”^[1]. El ser humano, según Arendt, no tiene una conformación particular predeterminada sino que vive bajo ciertas condiciones de existencia, condicionado por lo que el mundo le impone y esa imposición varía con los contextos y los tiempos.

La autora considera que esta condición está constituida por tres dimensiones básicas de la vida activa del ser humano: Labor, trabajo y acción. En este desarrollo, nos centraremos en la noción de trabajo.

El concepto de trabajo tomado desde la concepción arendtista es definido como “el trabajo de nuestras manos que fabrican la interminable variedad de cosas cuya suma total constituye el artificio humano” ^[2] , es decir,  es todo aquello relacionado con la producción de un mundo artificial de objetos perdurables. Es una dominación sobre los objetos naturales, desde la obtención de la materia prima hasta la fabricación de un producto. Con esta actividad el hombre se distancia de la naturaleza para poder dominarla

HIPOTESIS:

El ser humano depende íntimamente de la naturaleza para mantenerse con vida, sin embargo, no se queda con lo simplemente dado por esta, sino que, gracias a la acción del trabajo, produce su propia subsistencia “artificial”, que toma una importancia trascendental en la vida social, refiriéndonos a todas aquellas cosas que constituyen el mundo alejándose de lo biológico, como la tecnología, artesanías, productos industriales en general, etc.

De esta forma el trabajo, que se da a partir de la naturaleza, termina provocando paradójicamente que el medio ambiente se deteriore. Las industrias, la explotación del suelo, del agua, del aire, de los recursos naturales de los que nos valemos desde nuestro comienzo, y que constituyen (en cuanto a la totalidad del planeta tierra) nuestra condición humana, por ser habitantes de la tierra y estar vivos debido a esta, están siendo arrasadas cada vez con mayor brutalidad por la propia mano del hombre.

Con el pasar de los años notamos que la tierra no es eterna y manifiesta sus daños en diversos contextos o espacios naturales como por ejemplo el efecto invernadero, el derretimiento de glaciares, la extinción de especies vegetales y animales, la deforestación, entre tantos otros.

En esta contextualización en la que deja marcas irremediables, justamente, el trabajo, podemos denotar, el carácter destructor del hombre hasta en la misma naturaleza que los sustenta.

Hannah Arendt plantea: “El material ya es un producto de las manos humanas que lo han sacado de su lugar natural, ya matando un proceso de vida, como el caso del árbol que debemos destruir para que nos proporcione madera, o bien interrumpiendo uno de los procesos más lentos de la naturaleza, como el caso del hierro, piedra o mármol, arrancados de las entrañas de la Tierra. Este elemento de violación y de violencia está presente en toda fabricación” ^[3]

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