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Fugacidad del deber y la felicidad.


Enviado por   •  24 de Agosto de 2016  •  Apuntes  •  1.335 Palabras (6 Páginas)  •  290 Visitas

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Fugacidad del deber y la felicidad

Omar Aceitón

Desafíos éticos en la sociedad del conocimiento

Profesora: Ailyn Bravo

12 de abril de 2016

I.- Resumen

En primer lugar, en La cuestión ética, Guillermo Obiols se encarga de dar a conocer una definición de ética, decimos entonces que esta se ocupa del obrar humano o de las acciones del hombre. A partir de aquello, se desprende que la cuestión ética corresponde al ¿qué debo hacer?

Si bien las respuestas son múltiples, estas se pueden agrupar en tres grandes grupos de éticas que se enunciarán a continuación:

  • Éticas de bienes o fines: Pretende alcanzar un fin último o sumo bien. Es en función de este bien que las acciones realizadas son calificadas como buenas aquellas que nos aproximan a dicho fin y malas las que nos alejan del mismo.
  • Éticas formales: Kant es el máximo ejemplo. No existe un bien último, sino que se basa en el deber y la obligación. Así, las acciones que se realizan se califican a partir de la intención de las mismas, una buena acción es buena en sí misma.
  • Éticas de valores: Así como las formales, rechazan la idea de bien supremo o bien último, consideran que la moral no puede definirse por la persecución de un objeto. Para juzgar la moralidad del acto, estas éticas se sirven de una escala de valores.

Para Aristóteles, enmarcado en una ética de bienes o fines, el fin común de todas nuestras aspiraciones apuntará a obtener un bien supremo por lo que se entiende que la cadena de medios y fines no es infinita. Si esta cadena no se cierra, todo el querer de las acciones será en vano.

Así, el objetivo de este bien debe ser el mismo tanto para el individuo como para el estado puesto que si un bien personal es posible aplicarlo al estado, estamos en presencia de un bien bello, incluso divino.

Entonces, para Aristóteles, el fin último es la felicidad que, de acuerdo a su origen griego, además puede entenderse como buena fortuna, prosperidad o bienestar.

Finalmente, Aristóteles entiende las virtudes como hábitos que invitan a obrar de un modo determinado con el fin de perfeccionar las acciones, así como perfeccionar el carácter y la inteligencia, lo que a su vez  permite al hombre forjar su esencia.

Kant, siendo parte de las éticas formales, considera que muchas cosas pueden ser buenas por definición, pero ninguna de ellas puede llegar a considerarse buena si no es realizada con una buena voluntad. El foco se deposita entonces en el querer o la intencionalidad.

En contraparte a las éticas del tipo aristotélico, Kant dice que el fin último no puede ser la felicidad, puesto que el instinto es el más adecuado para estos fines. Y agrega que es por lo mismo que el hombre, con el fin de poder discernir, ha sido dotado de razón.

Kant introduce la noción de deber para determinar en qué circunstancias una voluntad es buena en sí misma, con lo que se pretende dejar de lado las inclinaciones personales. Sólo el acto que se realiza por deber y no conforme al deber pueden ser considerados moralmente buenos.

Lo ideal para Kant es obrar a partir de la ley suprema o imperativo categórico que, a partir de la razón, seremos capaces de reconocer.

II.- Citas

  • Así como para el músico, para el estatuario, para todo artista y, en general para todos los que producen alguna obra y funcionan de una manera cualquiera, el bien y la perfección están, al parecer, en la obra especial que realizan; en igual forma, el hombre debe encontrar el bien en su obra propia

  • ¿Qué son las virtudes? Son hábitos, modos de obrar constantes que inclinan a las facultades a obrar de un modo determinado, que las perfeccionan.

  • la calificación moral no puede aplicarse a lo que nos pasa, sino a lo que hacemos con lo que nos pasa; el modo en que nos comportamos frente a lo que nos pasa es lo que interesa desde el punto de vista ético.
  • Según Kant, la razón es capaz de conocer lo que todo hombre está obligado a hacer. La razón práctica da a la voluntad una ley suprema capaz  de tornarla buena en sí misma.
  • Al obrar debemos guiarnos por máximas que puedan ser universalizables; que nunca nos consideremos una excepción y que por lo tanto no nos permitamos nosotros mismos aquello que no le permitiríamos a los demás.

III.- Ideas Principales

Fin último

Con todas sus acciones el ser humano pretende alcanzar un fin último o absoluto, un fin que ya no es medio para alcanzar ningún otro. De lo contrario no encontraríamos con la paradoja de que los fines son fines de nada, lo que los haría absurdos.

Así, para Aristóteles el fin último es la felicidad mientras que para Kant corresponde a acciones que, realizadas con una buena voluntad, son positivas tanto para mí como para los demás.

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