Habilidad Argumentativa En El Derecho
Enviado por edgarcabrerautm • 1 de Febrero de 2013 • 2.324 Palabras (10 Páginas) • 642 Visitas
CAPÍTULO 4:
LA HABILIDAD ARGUMENTATIVA DENTRO DEL DERECHO
“Muchas veces el poder de una idea no está en la idea misma, sino en la fuerza que
se imprima, la actitud… las ganas de hacer que se realice son fundamentales para
las ideas: el convencimiento puede llegar a mover montañas”
Anónimo
Como es de nuestro conocimiento el acto de argumentar, se da cuando se tiende a
discutir sobre un tema, en el cual las partes mantienen sus posturas expresadas hacia
los demás, manifestando y dando razones o argumentos para apoyar sus respectivos
planteamientos.
La argumentación surge con el propósito de convencer, a lo largo de la vida, dentro
del Derecho uno va desarrollando la habilidad de expresarse con mayor claridad,
precisión y coherencia en base a la necesidad de defender, persuadir, modificar,
contradecir o justificar una tesis, frente a otras personas que escuchan.
La habilidad argumentativa en Derecho se irá perfeccionando en relación a
testimonios, opiniones, creencias, sospechas, indicios e hipótesis y gracias a la
facultad que se tenga para fundamentar y motivar adecuadamente lo que se afirma o
se niega, generando bien sea una aprobación o una discusión conforme lo
argumentado.
Así la argumentación puede ser escrita u oral y a la vez puede ser preparada o
espontánea respectivamente, la misma que se puede dar desarrollando diversas
destrezas como citando algún personaje, aludiendo a una experiencia de la vida real,
en base a estudios e investigaciones relacionadas con el tema y escuchando o
receptando la opinión de los demás.
En el ámbito del Derecho la habilidad argumentativa se manejara como una labor
técnico-jurídica, cuyos fines será lograr una decisión adecuada según los intereses
que defienda. Así por ejemplo un abogado usa su habilidad de argumentar ante los
jueces para provocar, inspirar y motivar comprometiendo una decisión a favor de su
cliente. La argumentación será considerada como una herramienta clave en el
momento de solucionar un problema, aclarar un punto de vista, llegar a un acuerdo, o
defender en una controversia, a través del análisis, persuasión, influencia y
conocimiento de la lógica jurídica, donde se actuara en base a premisas y
conclusiones para conseguir un razonamiento favorable de quien lo expresa,
esclareciendo el porqué de sus palabras y trasmitiendo su mensaje hacia quienes le
escuchan.
4.1.1. Aspectos fácticos y normativos en relación al silogismo jurídico:
Dentro del Derecho, los hechos y las normas jurídicas son factores fundamentales
para cualquier resolución que se deba tomar, es así que resulta indispensable conocer
acerca de cada uno de ellos.
Los hechos, son aquellos acontecimiento de la vida, que aparecen como responsables
directos, los mismos que dan inicio al proceso jurídico, deben ser sometidos a un
proceso de verificación, para su respectiva calificación y valoración, la misma que
muchas veces tiende a complicarse debido a las diversas apreciaciones que se tiene
del mismo (gracias al razonamiento de cada individuo), por ello es necesario
seleccionar aquellos datos y circunstancias que son verdaderamente relevantes para
producir diversos efectos jurídicos, marginando los que resulten intrascendentes, lo
cual será de gran importancia, ya que con estos datos se podrá determinar el marco
normativo que se deberá considerar para su aplicación.
Las normas, consideradas como aquellas medidas jurídicas que se utilizan para la
valoración de los hechos y aplicación jurisdiccional del Derecho, la búsqueda
indicada para la aplicación a un caso concreto se da mediante la realización de una
compleja gama de operaciones cognoscitivas, interpretativas y valorativas,
relacionadas al caso que se va aplicar. Considerando que la aplicación del Derecho
dentro de un sistema de relaciones sociales, puede realizarse, bien sea de manera
voluntaria por parte de los sujetos obligados o de manera forzosa, impuesta de forma
coactiva por los respectivos órganos jurisdiccionales. Teniendo presente que las
resoluciones judiciales que aplican las normas jurídicas a los casos en particular, no
son resultado de una simple derivación silogística, sino que incluyen varias
actuaciones y decisiones que no están previamente determinadas en esas normas y
que son puestas como actos de la voluntad de los jueces.
Entendiendo que un silogismo se compone de dos premisas y una conclusión
derivada de aquéllas; sin importar la verdad material de las premisas, sino
simplemente que la conclusión se derive de ellas, ya que las premisas que dan paso a
la inferencia en el silogismo jurídico deben únicamente estar establecidas conforme
una estructura lógica (Premisa Mayor: norma vigente; Premisa menor: caso concreto;
Conclusión: inferencia silogística). Sin embargo, aunque la lógica debe ser respetada,
su satisfacción no es condición única o suficiente para que el razonamiento sea
jurídicamente correcto, sino más bien se la establecerá como una condición
necesaria.
Es así que en la actualidad, la idea de un actuar mecánico en la actividad judicial y la
obtención de sentencias de una manera silogística, donde la conclusión se obtiene
únicamente en base a las premisas planteadas, ha ido evolucionando ya que hoy en
día se pretende ir aportando algo nuevo, innovador, creativo e inevitable, en base a
otros factores que intervienen en una decisión, más no considerando a los hechos y
las normas, como los únicos elementos, para la toma de dicha solución.
De tal motivo que para determinar y poder tomar la decisión más adecuada, el juez a
lo largo de todo el proceso judicial, deberá tener presente: la verificación del hecho,
la búsqueda de la norma más adecuada a aplicar, la calificación jurídica del hecho,
conforme lo expuesto, las pruebas presentadas, las investigaciones realizadas, etc.,
dando finalmente una resolución en Derecho.
Es necesario señalar que si bien el Derecho no solo se basa en un silogismo jurídico,
es importante mantener aquella relación coherente y razonada entre el aspecto formal
y la norma; es decir adecuar los hechos a lo que dispone la norma, garantizando
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