Habitos De Estudio
Enviado por aldieja • 14 de Octubre de 2013 • 2.597 Palabras (11 Páginas) • 358 Visitas
HÁBITOS DE ESTUDIO
Los hábitos de estudio son el mejor y más potente predictor del éxito
académico, mucho más que el nivel de inteligencia o de memoria.
Conocer y entrenarse en hábitos de estudio que potencien y faciliten la
habilidad para aprender, son pasos clave para sacar el máximo provecho y
conseguir el mejor rendimiento en los años de formación académica.
Tanto los hábitos como las actitudes tienden a estar encerrados en el método
de estudio que posee cada persona. Así, entendemos el hábito como la facilidad
adquirida para su ejecución mediante el entrenamiento en las diversas actividades
que implica.
A. PLANIFICACIÓN
Como cualquier actividad humana, el estudio debe someterse a los principios
de racionalidad y economía; es decir, conseguir el máximo rendimiento invirtiendo
el mínimo esfuerzo. Tenemos la necesidad de elaborar y desarrollar hábitos en
esta actividad tan necesaria y decisiva.
La organización es fundamental para la realización de cualquier trabajo, ya sea
de estudio o de otro tipo.
Ventajas de la planificación.
• El estudiante sólo necesita adaptar el plan de trabajo y procurar llevarlo a
cabo, rompiendo con la indecisión de cada momento, la improvisación o el
pasar de una actividad a otra sin control.
• Condiciona a un trabajo diario, que favorece la creación del hábito y la
concentración.
• Por tratarse de algo personal, el alumno o alumna ajustará su tiempo a sus
circunstancias y a las distintas áreas de aprendizaje.
• Resulta el estudio más llevadero, agradable y eficaz, con una menor fatiga
mental, evitando la acumulación de trabajo en el último momento.
• Permite analizar el nivel de cumplimiento del plan y su rectificación si se
considerase necesaria.
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Cómo ha de ser la planificación.
• Personal: tiene que ser algo propio, elaborado por el alumno/a. Ni todos los
estudiantes necesitan dedicar a estudiar la misma cantidad de tiempo, ni
todos pueden permanecer sentados ante el libro por igual espacio de
tiempo.
• Sencilla y Realista: lo importante de una planificación es que resulte útil; de
poco serviría una atractiva planificación si fuese imposible llevarla a la
práctica. La planificación tiene que estar adaptada a las posibilidades y
limitaciones personales, tiempo disponible, dificultad de los aprendizajes,
objetivos a lograr, condiciones familiares, etc. Asimismo, debe ser algo
sencillo, que entre por los ojos y se perciba de un golpe de vista.
• Flexible: que una programación sea flexible no significa que pueda alterarse
o incumplirse constantemente. La flexibilidad se entenderá en el sentido de
poder contar con un tiempo de reserva para, ante situaciones o
acontecimientos imprevistos, evitar el incumplimiento de la programación.
• Rectificable: cuando se llegue a comprobar que la planificación no es
ajustada a la realidad, hay que efectuar los ajustes pertinentes hasta lograr
que se convierta en una herramienta que sirva de orientación en todo
momento. Resulta comprensible que el alumno/a, hasta que adquiera cierta
práctica cometa importantes errores de cálculo en conjugar tiempo y
aprendizaje con las posibilidades personales.
• Escrita: el escribir la planificación tiene varias ventajas; se clarifican las
ideas, ayuda a fijarla en la mente, permite colocarla a la vista, cerca de la
mesa de estudio, refuerza el compromiso personal de llevarla a cabo.
En el espacio de control se van anotando al final de la jornada las causas por
las que no se cumplen los objetivos planificados. El reconocerlas nos ayudará a
ponerles remedio.
Para aprender a planificarse hay que empezar por ponerse unos objetivos
tanto en materia de estudio como en tiempo que seguro los puedes cumplir e ir
aumentándolos progresivamente en el transcurso de los días.
Reglas para fijar las propias metas:
• Regla 1: La meta debe expresarse en términos positivos. La negación no se
traduce al terreno de la imaginación.
• Regla 2: La meta debe expresarse en términos sensoriales. Nos fijaremos
objetivos precisos, identificables y cuantificables.
• Regla 3: La meta debe ser realizable según las propias capacidades
flexibles.
• Regla 4: La meta debe ser aceptable, tanto moral como éticamente, por
nosotros y por los demás.
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Una forma concreta de llevar a cabo mis objetivos y crearme un hábito de trabajo
es planificar mi tiempo de estudio de forma que me dé confianza y seguridad en
mí mismo. Además, mi planificación me ahorrará tiempo y esfuerzo, a la vez que
me dará una visión global del quehacer.
Para ello debo tener en cuenta:
• Estudiar todos los días el mismo tiempo y, a ser posible, a la misma hora.
• Buscar las horas de estudio donde mi rendimiento sea más alto.
• No trasnochar ni madrugar excesivamente.
• Poner el orden de estudio de cada materia de acuerdo con mi propia curva
de trabajo (nivel de concentración).
• Distribuir el tiempo de estudio para cada materia de acuerdo con el grado
de dificultad y exigencia personal.
• Estudiar en varios periodos seguidos, intercalando pequeños descansos
después de cada periodo.
• Concretar qué tengo que estudiar en cada periodo.
Una vez realizado mi tiempo de estudio debo seguirlo y revisarlo
periódicamente a fin de introducir las correcciones necesarias. También debo ser
constante y no desanimarme si en los primeros días no consigo cumplirlo
totalmente.
“Si cumplo mi horario de estudio conseguiré avanzar más, sentirme más seguro y
más capaz.”
Ejercicios de planificación:
• Elabora tu propio calendario personal.
• Confecciona tu horario personal.
• Programa tu trabajo mensual.
• Planifica tu tiempo semanal y diario.
Planificación de una sesión de estudio:
Consiste en distribuir el material a estudiar y las tareas a realizar por orden de
realización, asignando tiempo a las tareas y a los descansos. Nuestra atención
asciende y desciende en función del tiempo que llevemos estudiando.
Según la curva de rendimiento:
El primer momento de estudio es el más adecuado para realizar las tareas de
dificultad
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