Hablando de Valores

Hablando de valores:

Hablar de valores se ha convertido en una tendencia, una moda dentro de las organizaciones, sean estas empresas privadas, gubernamentales o no lucrativas. Vemos en las diferentes instituciones un listado de conceptos en marcos con finos acabados. Sin embargo, el sentido intrínseco de los mismos se ha perdido y se han convertido en un objeto más que pasa a ser parte del paisaje en las paredes de las recepciones. Pero más allá de las organizaciones, esto también ha permeado a la persona como individuo perdiéndose así el verdadero significado de los valores, en otras palabras, nos encontramos en una sociedad donde el valor del valor se ha devaluado a tal punto que los mismos, en un mundo relativista, ya no significan nada.

¿Pero que son los valores? En primera instancia podemos decir que un valor es la prioridad que ponemos en las personas, las cosas, las ideas o bien en los principios. Es lo que más atesoramos, en palabras de Jesucristo “Donde está tu tesoro ahí está tu corazón” Esas prioridades a las que llamamos “valores” son al fin de cuentas las que modelan nuestra vida, las que le dan forma a nuestro carácter.  Son los faros que deben guiar las decisiones tanto a nivel personal como organizacional.

Por otro lado, un valor también es un principio puesto en práctica. Podemos conocer muchos principios, pero si no los interiorizamos resultan, aparentemente, inútiles y nada prácticos. Los principios se tornan en un cumulo de normas y reglas que están en desuso. Es el individuo o la organización la que le da vida a esos principios al atesorarlos y practicarlos en el diario vivir. Ejemplifiquemos a una empresa que ha elegido como un valor “El servicio al cliente” si ese valor es más que un adorno, entonces el actuar de la empresa con respecto a los clientes debe girar en torno al mismo. Atender con cortesía, hacer sentir en casa al cliente que le visita, atender sus demandas con prontitud y esmero y muchas cosas más. Eso hará ver que en verdad se atesora “El servicio al cliente” como un valor. Pero ¿que del individuo en particular? La sociedad como el conjunto de familias formadas por individuos ya no modelan valores pues elegir un valor significa compromiso, tomar decisiones de acuerdo al o los valores elegidos. Por ejemplo, la persona que afirma que la honestidad es uno de sus valores, deberá modelar su vida familiar, profesional y social de acuerdo a la honestidad, no será corruptible pues el valor elegido le marcará el rumbo de sus decisiones diarias.

En fin, hablar de valores es un tema muy amplio y con muchas aristas, la pregunta para el lector es ¿sus valores son tesoros o adornos en su vida? Si la respuesta es que son tesoros y guían sus decisiones diarias va por buen camino, si por el contrario son adornos es tiempo de convertirlos en tesoros que le ayuden a tomar decisiones coherentes en un mundo relativista.

Con aprecio

Arturo René Blanco

Profesor de los cursos Desarrollo Humano y Profesional y Ética profesional

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