Hipias Mayor
Enviado por LolitaSeduction • 23 de Febrero de 2014 • 1.478 Palabras (6 Páginas) • 666 Visitas
Reporte de Lectura sobre: Hipas Mayor de Platón
Hipias Mayor consiste en un diálogo entre Sócrates e Hipias, un sofista aclamado en la época por su gran cantidad de saberes, para discutir sobre la existencia de lo bello en sí; la obra se llama Hipias Mayor en honor a uno de los locutores Hipias y la palabra Mayor viene de la idea de Platón sobre que esta discusión es más importante que aquella en el segundo dialogo llamado Hipias Menor. En la introducción se dice que muchas personas dudan sobre la verdadera identidad y la veracidad de este diálogo, ya que la manera en que se trata a Hipias es muy despectiva y podría ser que Sócrates no lo haya dicho de esa manera, sino que Platón agrego su propio punto de vista a la situación, aunque las formas para recaudar información de las que se atribuye Sócrates se sabe que eran tal como Platón refleja, además del espacio y tiempo donde Hipias y Sócrates nunca se pudieron haber encontrado y dialogado.
La obra comienza cuando Sócrates encuentra a Hipias y le pregunta por la razón de su ausencia en Atenas, a lo que Hipias responde que por su ardua labor como gran sofista había acudido de visita a Lacedemonia como embajador para mediar problemas por lo que Sócrates adula irónicamente a Hipias diciendo que es un hombre sabio y perfecto, que conoce bien de relaciones públicas y de recibir dinero de jóvenes, pero le pregunta ¿Por qué los sabios de antes no lo hacían y se mantenían alejados de dichas cosas? La respuesta de Hipias fue que no eran lo suficientemente capaces para hacerlo, lo cual a Sócrates le pareció bueno para preguntarle si creía que los antiguos sabios quedarían en ridículo en esos momentos comparados con los grandes avances de los sofistas actualmente para lo que su respuesta es que si y es aquí también, cuando Sócrates comienza a atacar a Hipias, haciéndole creer mediante proposiciones de orden lógico que Hipias no se creía lo capaz suficiente para enseñar a los jóvenes de Lacedemonia; que si bien él si fuera capaz estaría haciendo que los Lacedemonios se revelaran ante sus propias reglas al dejar en manos del sofista la enseñanza de sus hijos o bien, si lo hacían era porque tenían un conocimiento inferior y por lo tanto la cultivación de su mente estaría mejor a cargo de Hipias.
Posteriormente a esto, Sócrates infiere que a los Lacedemonios les gusta escuchar sobre astros, geometría, calculo y letras de la boca de Hipias, pero este dice que al contrario de lo que él cree, ellos prefieren escuchar sobre los linajes, héroes y fundación de las ciudades, Sócrates hace la comparación de Hipias con una anciana contándole viejas historias a los niños pero a Hipias no le parece molesto e incluso afirma que es así, dice que esa es una actividad bella esa de narrar y analizar la historia por lo que invita a Sócrates a asistir a su discurso para escucharlo y que lo pueda juzgar también. Sócrates aprovecha la invitación que le acaba de hacer Hipias para abordar por fin el tema del que él quería hablar para lo que, desde mi punto de vista, inventa una historia sobre un hombre insolente que le pregunto ¿Qué es lo bello? y le pidió ayuda a Hipias para contestar tal incógnita que él por su ignorancia no supo responder.
A partir de esta parte comienza la discusión entre Sócrates e Hipias sobre lo que hace a las cosas bellas, Sócrates se refugia en el personaje del hombre que lo cuestiono para criticar los razonamientos de Hipias cada que éste le da una respuesta; la primera respuesta que da sobre lo que es bello es una doncella bella pero Sócrates le dice que en ese caso las yeguas y las ollas dignas de admirar dejan de ser bellas porque no son doncellas por lo que hace entender a Hipias que entonces lo que hace bello a algo no es una doncella, sino que debe de haber algo que al existir en un objeto lo hace bello, a lo que lleva a Hipias a su segunda respuesta; el oro, porque según él, cualquier objeto que fuese feo antes, al bañarlo con oro parece bello pero tomando en cuenta el ejemplo que Sócrates propuso, sobre la representación que le dio Fidias a Atenea con Marfil
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