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Historia de la filosofía- METAFÍSICA


Enviado por   •  13 de Junio de 2017  •  Síntesis  •  5.569 Palabras (23 Páginas)  •  154 Visitas

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Historia de la filosofía II

METAFÍSICA

  1. FORMA, CONTENIDO Y ORDEN DE LOS LIBROS DE LA METAFÍSICA
  1. Forma de los libros metafísicos

Como es sabido, la palabra «metafísica» no aparece en el propio Aristóteles. El «más allá» del prefijo (metá) apunta, según la interpretación tradicional, tanto al orden de la realidad (estudio acerca de las realidades inmateriales o inmóviles que se hallan más allá de las cosas físicas) como al orden del conocimiento (estudio teórico que ha de iniciarse  con posterioridad al estudio de la física).

La Metafísica fue publicada por el peripatético Andrónico de Rodas (s. I a .C.) a quien se debe la ordenación y edición del Corpus Aristotelicum.

  1. El contenido de los libros de la «Metafísica»

El libro I (A) posee un carácter claramente introductorio. En él se comienza ofreciendo una  caracterización preliminar de la Sabiduría (sophía) como conocimiento (a) de lo universal,  (b) de las causas y los principios primeros y (c) de la divinidad (caps. 1-2). A continuación, y tras proponer brevemente su propia teoría de las cuatro causas,  Aristóteles pasa a exponer y criticar las doctrinas que los filósofos anteriores mantuvieron acerca de las causas (caps. 3-final), argumentando que todas ellas resultan insuficientes y que no son, en realidad, sino pasos sucesivos hacia el reconocimiento final de cuatro tipos de causas.

El libro II (a: alpha minor) el más breve de cuantos se incluyen en la Metafísica, contiene algunas indicaciones sobre la pertinencia de considerar a la filosofía como «ciencia de la Verdad» (cap. 1), una argumentación sobre la imposibilidad de que las causas sean infinitas (cap,  2) y algunas consideraciones de carácter metodológico general (cap. 3).  No hay en él referencia.

El libro III (B) conecta directamente con el libro I y posee también un carácter  introductorio. En él se enumeran primero (c. 1),  y se desarrollan a continuación (caps. 2-final), una serie de problemas o «aporías», hasta un total de catorce, con los que ha de enfrentarse «la ciencia que se busca». Viene a ser, pues, algo análogo a un proyecto de investigación. Dada su naturaleza, constituye un buen punto de referencia para situar el resto de los libros sobre la base de su relación con las aporías expuestas en él.

El libro IV (Γ) responde —directa o indirectamente— a las cuatro primeras aporías del libro III, aporías de carácter general sobre el objeto de la ciencia cuya constitución se pretende. Se comienza afirmando la existencia de una ciencia universal que estudia «lo que es, en tanto que algo que es» (to ón héi ón) (cap. 1). A pesar de la pluralidad y dispersión de sentidos que comportan el verbo ‘ser’ y la expresión ‘Ίο que es’ tal ciencia es posible en la medida en que todos esos sentidos refieren a uno primero y fundamental que los unifica, la entidad (ousía) (cap. 2). A continuación se establece que a esta ciencia corresponde ocuparse también de los primeros principios de la de mostración y que el  principio supremo de todos ellos es el de No-Contradicción (cap. 3). El resto del libro  (caps. 4-final) se dedica a desarrollar toda una batería de argumentaciones contra los negadores de tal principio.

El libro V (Δ) es una suerte de diccionario filosófico en el cual se distinguen los diversos sentidos o usos de ciertos términos, hasta un total de treinta, dedicándose un capítulo a  cada término. Muchos de los términos analizados son de gran importancia dentro del léxico aristotélico, pero especialmente relevante es el capítulo séptimo dedicado a distinguir los múltiples sentidos de 'ser' (einai) y 'lo que es (to ón). Se trata de un libro totalmente autónomo que no hace referencia a ningún otro libro de la serie de los metafísicos (los libros VI,  Vil, IX y X se remiten a él expresamente).

El libro VI (E), en su primer capítulo, conecta con el libro IV, con la problemática desarrollada en éste acerca de la ciencia universal de lo que es, en tanto que algo que es.  El capítulo segundo se inicia con la enumeración de los distintos sentidos de ‘ser' expuestos en el capítulo séptimo del libro V. El resto se dedica a dos de estos usos o sentidos: «ser accidentalmente» (caps. 2-3) y ser en el sentido de «ser verdadero» (cap. 4).

Los libros VII (Z) y VIII (H) constituyen una unidad, forman un amplio «méthodos» dedicado al estudio de la entidad sensible. El capítulo primero del libro VII se remite  también a la exposición de los múltiples sentidos de ‘ser' ofrecida en el libro V para  centrarse en las categorías, en la pluralidad de sentidos de ‘ser’ que comporta la  pluralidad categorial, mostrando la primacía de la entidad (οπίκτία). Esta tesis de la primacía de la entidad como sentido primero y fundamental de 'ser' es la misma que se  establece en el capítulo segundo del libro IV, si bien no se hace referencia explícita alguna a este libro, ni tampoco a la problemática de la ciencia de «lo que es, en tanto que algo que es». Por otra parte, es importante señalar que en el cap. 2 del libro VII Aristóteles señala que su objetivo final, al cual se ordena el estudio de la entidad sensible que va a emprender, es el determinar si existen entidades carentes de materia,  inmateriales, más allá de las sensibles.

El libro IX (Θ) se ocupa de los sentidos de ‘ser’ como ser en potencia y ser en acto,  actualmente. Se trata de los dos sentidos de ‘ser citados en último lugar en el capítulo correspondiente del libro V.  El libro IX se inicia con una referencia explícita a los dos  libros anteriores, con los cuales conecta directamente. El modo de esta referencia indica  inequívocamente que estos tres libros (VII, VIII y IX) constituían para Aristóteles un bloque unitario.

El libro X (1) constituye un «méthodos» o tratado unitario y autónomo dedicado al estudio de la unidad y nociones afines (identidad, semejanza, igualdad), así como a los distintos  tipos de oposición. En el libro IV había establecido Aristóteles que el estudio de estas  nociones corresponde a  la ciencia universal de «lo que es, en tanto que algo que es». El  libro X no hace referencia explícita a ello. Sí que hace referencia al libro III, a una de las aporías expuestas en él, y también hace referencia al libro VII. Por otra parte, ninguno de los libros de la serie de los metafísicos hace referencia alguna al libro X.

El libro XI (K) es un libro extraño que carece de unidad interna. En su presentación actual no puede considerarse un «méthodos». En sus ocho primeros capítulos encontramos una exposición abreviada de los contenidos correspondientes a los libros III, IV y VI. Más que un resumen de éstos parece ofrecer un desarrollo paralelo de la temática  correspondiente. La última parte del libro (capítulo 9-12) contiene un extracto de pasajes de  la  Física copiados de un modo prácticamente literal.

El libro ΧII (A) constituye, por su parte, un tratado autónomo acerca de la entidad o sustancia y acerca de la entidad suprema, inmaterial, inmóvil (Dios). Es el gran tratado «teológico» de Aristóteles.  No hay en él ninguna referencia a ningún otro libro de los que componen la Metafísica. No conecta, pues, con la serie desde el punto de vista formal.

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