Historia.

El siguiente texto, es un ensayo sobre el libro El Señor Presidente , escrito por el poeta, narrador, dramaturgo, periodista y diplomático guatemalteco Miguel Ángel Asturias, considerado uno de los protagonistas de la literatura hispanoamericana del siglo XX. En esta obra, el autor realiza una crítica a la dictadura de Estrada Cabrera, dicha dictadura es sinónimo de terror, crueldad y muerte, puesto que, Asturias presenta de forma muy directa la realidad, en donde todos los hechos se realizan en un reinado poco democrático y terrorista, dichos hechos se muestran sumamente despiadados contra algunos personajes inocentes.

Para comenzar a analizar el libro, primero tenemos que se entiende por hombre político a:

“Un sujeto que se sitúa en la esfera de acción en la cual predomina la actividad humana: la política, y a la vez interactúa con otros pares en la realidad dada. Al ser la realidad dinámica, el individuo deberá ser también dinámico, siempre luchando por la obtención del poder y/o su conservación. Una vez que el sujeto ya se ha situado en el poder, existe una relación simétrica entre dos partes, es decir, el sujeto impone su voluntad y otro acata su decisión ”.

Es importante aclarar que no pretendo contar todo el libro, sin embargo es necesario realizar una breve sinopsis de la novela para adentrarnos en el contexto de nuestro sujeto de estudio: el Señor Presidente. La primera parte de la obra se desarrolla temporalmente los días 21,22 y 23 de abril y comprenden once capítulos que preparan la trama de la novela: la muerte del general José Parrales Sonriente “el hombre de la mulita”. En el portal del señor, al caer la noche los pordioseros se reunían para dormir sin más lazo en común que la miseria: el Patahueca, el Pelele (lo llamaban ‘idiota’ porque en sueños clamaba a su madre), el Viudo y el Mosco, un ciego al que le faltaban las dos piernas.

Un día el Pelele subió hacia el Portal del Señor, herido en la frente, se quedó dormido en aquel sitio. Por el Portal avanzó el general Parrales, quien en broma aprovechó la ocasión para asustar al Pelele gritándole ¡madre!, pero lo único que consiguió fue que el idiota se le abalanzara y lo matará. Posteriormente, en aquel lugar se encontraban más presos muertos de miedo y hambre en la oscuridad. A su vez, tras el asesinato del general Parrales Sonriente, se realizaban averiguaciones para encontrar al culpable, así fue que los generales capturaron a todos los pordioseros incluyendo al Mosco para tomarles declaración. Tras someterlos a torturas, los mendigos terminaban declarando cualquier cosa para salvar la vida, intento absurdo, pues los generales los terminaban matando. Así continuaron torturando a varios hasta que llegó el turno del Mosco, el Auditor general lo interrogó sobre quien había sido el autor del asesinato, logrando que el Mosco confesara que había sido el Pelele, sin embargo el general no le creyó, le dijo que los verdaderos asesinos eran Carvajal y Canales, después mató al Mosco.

A su vez, el Pelele huye y se va a refugiar a un basurero donde las aves de rapiña lo atacan, momentos más tarde, el Pelele se rompe una pierna y agonizando del dolor se desmaya en pleno basurero. El Pelele sueña con su madre y horas después, un leñador se lo encuentra. Cuando el leñador detecta que el Pelele aún tenía vida, de pronto llega Cara de Ángel, uno de los favoritos del Señor Presidente, este ayuda al Pelele con unas monedas y posteriormente se va. El leñador lleva al Pelele a la ciudad. El Pelele arrastrándose a la plaza, es alcanzado por Lucio Vázquez, quien le disparó y después huyó con Rodas.

Por otro lado, el secretario del Presidente acompañó al doctor Barreño unos pasos. El Presidente de la República le recibió en pie y, sin darle tiempo a que lo saludara, le dijo:

“Yo le diré dónde, Luis, ¡y eso sí!, que no estoy dispuesto a que por chismes de mediquetes se menoscabe el crédito de mi gobierno en lo más mínimo. ¡Deberían saberlo mis enemigos para no descuidarse, porque a la primera, les boto la cabeza! ¡Retírese! ¡Salga!…, y ¡llame a ese animal! ”.

Aunque suene bastante extraño, esta parte del texto es un elemento clave que Asturias nos proporciona para introducirnos al despotismo del Señor Presidente, puesto que refleja la preocupación que Estrada Cabrera tiene por mantenerse el poder y seguirse reeligiendo en elecciones fraudulentas, aunque el autor no es muy explícito del todo, trata de dar a entender que el Señor Presidente es represivo, pues trata de tenerlo todo bajo control a través del miedo, y a quienes se les ocurra insurreccionarse o simplemente no esté de acuerdo porque le estorban interfiriéndose en sus planes, simplemente aplica el uso legítimo de fuerza.

Volviendo a la novela, el Señor Presidente llama e su secretario para firmar un despacho, el secretario (¡ese animal! Como se refiere en el libro) se equivoca y derrama tinta sobre el oficio, error que le costó muy caro, pues el Señor Presidente llamo a un genera y le dio la orden de dar a su secretario 200 azotes por ‘animal’, el secretario resignado pensó que tal vez se lo merecía por torpe, pero momentos más tarde, no aguantó la tortura y murió.

Posteriormente, el Señor Presidente conversaba con Cara de Ángel, le pedía que ayudara al general Eusebio Canales a fugarse, pues se le achacaba el asesinato del general José Parrales, le dio órdenes para que esa misma noche lo ayudara a escabullirse, pues a la mañana siguiente iba a ser apresado y posiblemente asesinado.

Cara de Ángel se dirige a casa de Canales, quien se encuentra custodiado por ser presunto culpable de dicho asesinato, pero al llegar a la casa de Canales se da cuenta de que no sería fácil prevenirle por la extrema seguridad con el que era resguardado Canales. Para despistar Cara de Ángel se introduce a una fonda donde le atiende la masacuata. Momentos más tarde, la hija de Canales sale de su casa y Cara de Ángel aprovecha para que prevenga a su padre. Después, Cara de Ángel realiza un plan para justificar su acercamiento con la hija de Canales, inventa una historia a la masacuata y a Lucio, y en l noche fingen un robo donde Canales logra escaparse.

Yo considero, como lo he mencionado un par de párrafos atrás, que el Señor Presidente era muy opresor, básicamente en esta obra Asturias relata una serie de hechos abominables, como lo son asesinatos, mentiras, pero cuando se refiere al Señor Presidente, el autor nos presenta aquella figura déspota y malhumorada. Tal vez Asturias quería decir con esto que, en aquella tragedia colectiva, no era lo más importante la personalidad del tirano, que había uno allí y siempre habría uno allí, sin nombre, sin personalidad, un "Señor Presidente" producto y efecto de toda aquella máquina colectiva

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