Historias

-Patrick

-…-

-¡Patrick!.

-Ohh lo siento, estaba pensando en otra cosa.

-¿En que pensabas?

-¿Qué te importa bruja?-dijo para sus adentros- En nada de importancia.

-Esta bien. ¿Has estado tomando las pastillas?

-si -En realidad no-.

-Bueno, nos vemos la siguiente sesión.

-Vale.

Patrick Mc-Coild se levanto rápidamente y salió del estudio de la psiquiatra, como si estuviera contando los segundos para largarse de aquel bombardeo de preguntas.

De regreso en el apartamento, el único lugar donde Patrick podía alejarse de todas esas almas perdidas de la luz de Dios, herejes, pecadores, malvivientes, prostitutas. Era divertido saber que todas esas almas arderían en las llamas eternas y sofocantes del dolor eterno, pensaba Patrick con una sonrisa burlona en el rostro.

Sentado frente al televisor encendido, Patrick fumaba un cigarrillo y bebía cerveza. Dejo la cerveza en sima de la mesa de centro que estaba frente al televisor y cogió el cilindro de pastillas que estaban en el bolsillo de su chaqueta, se levanto frenético y corrió hacia la cocina, encendió el triturador de basura y dejo caer el cilindro completo dentro de estas navajas que giraban a gran velocidad. Regreso a el sofá, apago el cigarrillo en el cenicero, se puso las botas que estaban a un costado del sofá,y se dirigió al gabinete donde guardaba sus herramientas, tomo con la mano derecha el martillo y cogió las llaves del auto.

- Vámonos de putas.

Conducir por las calles de los barrios pobres de la ciudad no le agradaba del todo, pero era un pequeño sacrificio para obtener un placer emocional y espiritual como ningún otro. Fue bajando la velocidad hasta detenerse, bajo el cristal de la ventana del copiloto y dijo:

-¿Subes?.

-No creo que te alcance el dinero, primor.

Patrick saco un rollo de billetes del tablero del auto y los movió de un lado a otro, casi como si estuviera alardeando. La mujer, con un escote muy provocativo y un falda tan corta que casi parecía cinturón, subió al auto.

-¿Tienes algún lugar a donde ir, un apartamento, casa, algo?

-Me gustaría hacerlo en un lugar al aire libre, traje sabanas, están en el portaequipaje.

-No importa, solo quiero ese fajo de billetes y que me des mucho placer, guapo.

-Muy bien.

Patrick arranco y se dirijo al parque de la ciudad, un parque muy grande, con un bosque donde nadie se atrevería a estar ahí durante altas horas de la noche. Llegaron a una pequeña carretera en pedregada, condujo varios minutos hasta estar seguro de que nadie los vería ahí. Patrick bajo del auto y saco las sabanas y las tendió enel suelo de frondoso césped.

-Listo.

-Perfecto.

-Desnúdate y espérame unos segundos

-Vale.-La mujer se desnudo y se recostó sobre las sabanas-

Patrick regreso

...